CRÍTICA DE MÚSICA

Ensoñaciones en la Semana de Música Religiosa de Cuenca

El festival se inauguró con «Il giardino della vita», de José María Sánchez-Verdú

José María Sánchez-Verdú ABC

ALBERTO GONZÁLEZ LAPUENTE

La música de José María Sánchez-Verdú se ha hecho más sutil, más amable, más hechicera. Apenas comienza « Il giardino della vita » y el espectador se sorprende en un espacio en el que los significados se diluyen en una impresión. En el esqueleto está el persuasivo libreto del suizo Filberto Isella ; sobre el escenario el teatro de sombras de Controluce; pero es la música la que dirige y arrastra. «Il giardino della vita» es la novena obra escénica de Sánchez-Verdú, se estrenó en Lugano, tras el encargo de 900presente , y acaba de verse en Cuenca inaugurando la Semana de Música Religiosa.

«Il giardino della vita» (****)

José María Sánchez-Verdú / Gilberto Isella: «Il giardino della vita». Intérpretes: Rafa Núñez

Eva Higueras

La historia hace referencia a Antonio Gaudí , a partir de sus propios temores e inquietudes artísticas, de la niñez a la senectud. El retrato es frágil, dubitativo, entrañable, según lo explica reposadamente el actor Rafa Nuñez . En el caso de la madre todo es más ingenuo porque la voz de Eva Higueras se aniña. El texto se habla mientras la música colorea. Y el argumento fluye horizontalmente, implicado en una estructura formal y una limpia sencillez particularmente encantadora gracias a la presencia de las voces infantiles de la Escolanía Ciudad de Cuenca .

Sería fácil caer en la tentación de la estética del «retorno», pero no es el caso. « Il giardino della vita » sólo es posible si se ha transitado mucho. Lo complejo y lo abstracto tienen peso importante en la obra de Sánchez-Verdú, también las referencias culturales, el explorar territorios nuevos. Esta ópera de cámara da un paso más, aun cuando se mantengan cuestiones de estilo: la espacialización de las voces e instrumentos, una escritura de aparente facilidad y extraordinaria complejidad interior, y la dificultad por encontrar el pulso vital, en Cuenca sensatamente marcado por el director Arturo Tamayo .

«Il giardino della vita» es una fantasmagoría construida escénicamente por el director Alberto Jona . Una sábana sirve para el teatro de sombras: lo negro y blanco vuelve al color de los mosaicos de Gaudí cuando asoma lo infantil. Las cuatro cuerdas que la sostienen son el gesto esencial de la Sagrada Familia . Es la obra inacabada, el gesto melancólico ante un descontento.

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