'Encaja2', cuando los conciertos en 'streaming' son cosa seria
Hoy arranca este ciclo de actuaciones grabadas en multicámara con estándares de alta calidad, por el que pasarán San Jerónimo, L'Exotighost, Cicada, Ainara Legardon, Xaime Martínez y La Familia Tradicional, Cabezaguaje y María de la Flor
Desde el estallido de la pandemia, los conciertos en 'streaming' han experimentado un boom tan lógico como inédito. Pero dentro de este formato se han dado dos tipos de retransmisiones: las improvisadas y las ambiciosas de verdad. Dentro de esta última categoría hay que meter claramente el ciclo 'Encaja2', una serie de directos exclusivos que serán grabados en multicámara con unos estándares audiovisuales de alta calidad , dentro de la caja escénica del Teatro Jovellanos de Gijón, y que se llevarán a cabo ante un grupo reducido de público (35 personas) que comparte el espacio con el artista, manteniendo la distancia de seguridad. El ciclo ha sido desarrollado por un equipo que incluye ilustres músicos como Jose Luis García (Manta Ray, Elle Belga) o Pedro Vigil (Edwin Moses, Penélope Trap, Petit Pop y productor de Manta Ray, de La Buena Vida Nosotrash, Australian Blonde… ), y pretende dar visibilidad y programación a los grupos que no están presentes en los carteles de los grandes festivales de música. Tras la inauguración de hoy con San Jerónimo, por Encaja2 pasarán L'Exotighost (21 de abril), Cicada (27 de abril), Ainara Legardon (19 de mayo), Xaime Martínez y La Familia Tradicional (26 de mayo), Cabezaguaje (2 de junio) y María de la Flor (9 de junio). Por este ciclo ya han pasado artistas como Óscar Mulero, Rodrigo Cuevas, Pablo und Destruktion, Fasenuova, Nico Casal, Ramón Prada, Aurum o Pauline En La Playa.
Gracias a la voluntad de todos los artistas, las actuaciones de Encaja2, que se subirán a YouTube a los pocos días de su celebración, serán inéditas y verán la luz por primera vez en este formato intimista. Sin pausa, y partir de hoy, todas las semanas se podrá disfrutar de conciertos exclusivos en directo de los artistas más innovadores de la escena musical. Lo mejor es que el acceso al canal de YouTube es completamente gratuito y sin registro previo , y además de la retransmisión, los usuarios disponen de chats públicos en los que comentar todo lo que vaya ocurriendo durante el concierto. Otro elemento diferenciador con la mayoría de conciertos en streaming es que todos los artistas están dados de alta y protegidos en cuanto a Riesgos Laborales , coste que asume el propio ciclo. «La naturaleza del mercado de la música en vivo hoy en día es el resultado de una canibalización por parte de los festivales de mayor formato, que no permiten tener visibilidad apenas a pequeñas bandas, con precios ajenos a su mercado, con horarios y público que no son idóneos para su desarrollo», explican desde la organización.
Uno de esas pequeñas bandas es la que inaugura hoy el ciclo, San Jerónimo . Fue formada por María Mieres y Nacho Iglesias en Salinas (Asturias) en 2016, año en que graban, en casa, su primer álbum 'Salinas, 20:15', con influencias de Low, Mazzy Star o Luna. En 2018 publican su segundo álbum 'El Sur', donde se escuchan ecos de Beach House o Wild Nothing, y en 2019 y 2020 sacan sus últimos sencillos, 'Cuaresma' y 'Anita', ambos influenciados por sonidos de electrónica soft y sintetizadores que siguen empapados de la melancolía usual que caracteriza al proyecto.
¿Cómo han pasado este último año, en lo profesional y en lo personal?
En lo profesional ha sido una mezcla de sentimientos encontrados. Hemos tenido más tiempo para crear, explorar y experimentar en casa. De hecho, nuestro nuevo trabajo que se publicará este verano fue creado y grabado en su totalidad en casa durante el 2020, y eso ha sido muy enriquecedor. Por otra parte, echábamos mucho de menos tocar en directo y mostrar a la gente en vivo lo que nos gusta hacer. Los conciertos los echábamos de menos tanto desde el lado de músico como el de espectador, y ahí nos toca el lado más personal.
¿Qué significa para San Jerónimo actuar en esta propuesta de concierto en streaming tan ambiciosa?
Significa la vuelta a los escenarios tras un año de parón, por lo tanto es un momento bastante emocionante para nosotros. Sobre todo nos hace especial ilusión volver a encontrarnos con el público y demostrar que la cultura es segura y necesaria.
¿Cómo va a ser su actuación, a nivel de repertorio y puesta en escena?
El repertorio estará compuesto mayoritariamente por canciones de nuestro último disco publicado «El Sur» (2018) y los dos singles más recientes «Cuaresma» (2019) y «Anita» (2020), esta última creada y grabada también en casa durante el confinamiento. La puesta en escena es sencilla, compuesta por Nacho y María, y contaremos con sintetizadores, guitarras y cajas de ritmos.
¿Qué les parecen en general los conciertos en 'streaming' como artistas y como fans?
Durante el confinamiento fueron una herramienta muy necesaria de la que nosotros participamos y agradecimos que otras bandas también hicieran. Son un nuevo elemento a encajar y combinar en estos tiempos que corren, aunque nunca puedan sustituir la emoción y el calor de la música en vivo y en primera persona, alejados de los medios digitales. Eso es lo bueno que tiene el ciclo Encaja2, que aúna ambas propuestas.
¿Cómo es su relación con las redes sociales, tan importantes en pandemia para mantener el contacto con los fans?
Las redes sociales hoy en día son inevitablemente la carta de presentación para muchos. Para muestra podemos ver cómo funciona hoy Linkedin a la hora de encontrar un nuevo trabajo o estar actualizado en el mundo laboral. Para el mundo más artístico, Instagram, Facebook o Twitter suponen nuestra ventana al mundo y la forma de llegar a gente a la que nunca tendríamos acceso hace veinte años. De hecho hemos conocido otras bandas, nuevos seguidores e incluso nuevas colaboraciones y amigos precisamente a través de las redes sociales. Las vemos indispensables hoy en día. Agregamos mucho contenido en Instagram y Facebook. Twitter apenas lo usamos, aunque sí tenemos cuenta creada. A veces no da tiempo a actualizar todas las redes como quisiéramos.
¿Aún viven en Asturias? ¿Qué ventajas y qué inconvenientes tiene la ubicación geográfica para su trabajo?
Sí, siempre hemos vivido en Asturias, exceptuando un par de años que estuvimos estudiando fuera de España. Está claro que el cotarro musical y las nuevas corrientes se crean y mueven en ciudades como Madrid o Barcelona. Viviendo en ellas es a veces mucho más fácil acceder a ciertos eventos, conciertos, entrevistas u otros beneficios. De todas maneras, somos tranquilos y estamos muy satisfechos con la música que hacemos y nuestra situación artística actual. Tenemos un sello (Wearewolves Records) que entiende a la perfección nuestra forma de trabajar y entender la industria musical hoy en día, y siempre son capaces de conseguir que participemos en propuestas interesantes o que nuestra música llegue a las puertas en las que realmente se aprecien. Aunque esas sean las menores. Nunca cambiaríamos nuestra calidad de vida en Asturias por vivir en una gran ciudad. En nuestra tierra hay grandes artistas y grandes propuestas musicales y creo que poco a poco se están visibilizando en el resto del país y están siendo apreciadas, a pesar de vivir aquí en nuestro gueto tras los Picos de Europa.
¿Los confinamientos les sirvieron para descubrir componer, para encontrar influencias nuevas, investigar con programaciones etc…?
Desde luego. Como decíamos antes, durante este confinamiento hemos tenido más tiempo de explorar, ya no solo a nivel compositivo, sino también técnico con los programas de grabación que utilizamos. También hemos descubierto y trabajado con nuevas galerías de sonido de sintetizadores y nos hemos puesto más las pilas a nivel técnico con instrumentos como el piano o la batería, que antes no eran elementos que utilizáramos como primer instrumento a la hora de componer. Este proceso ha sido el más enriquecedor de todo el confinamiento. Respecto a las letras, hemos seguido un poco con nuestro denominador común que es la melancolía, la añoranza y los recuerdos del pasado, exceptuando el single «Anita» que trata sobre un tema bastante más actual: la app Tinder.
¿Cómo fueron los comienzos de su proyecto, y cómo ven su evolución a nivel musical y de popularidad?
Ambos veníamos de otros grupos de estilo diferente a San Jerónimo. En 2016, después de grabar unas demos en casa decidimos darle sentido al proyecto y enviarlas a varios sellos. Fue entonces WeareWolves Records cuando nos dió la oportunidad de publicarlas. Nuestra evolución musical ha sido muy notoria. Hemos pasado de un primer disco «Salinas, 20:15», de un aura más acústica e intimista a adentrarnos en el mundo de la electrónica más soft y las cajas de ritmos, sin perder la melancolía que nos caracteriza. Hemos aprendido cómo canalizar nuestros nuevos gustos y objetivos a través de la música que admiramos en cada momento. Hemos intentado encontrar nuestro hueco en las nuevas inspiraciones y es que la música es un carrusel que nunca se para. En ese sentido estamos muy satisfechos porque siempre hemos creado la música que queremos hacer. Por otra parte, a nivel técnico hemos aprendido un montón con los programas de grabación que utilizamos actualmente y que nos han dado la oportunidad de acceder incluso a nuevos sonidos. Respecto a la popularidad, como decíamos antes, tocamos pocas puertas pero siempre seguras. Preferimos llegar a menos gente pero que realmente aprecie el valor de lo que hacemos.
¿Qué importancia han dado a lo visual en su carrera musical, y cómo ha evolucionado en estos tiempos en los que ese aspecto parece cada vez más importante?
Lo visual siempre ha sido clave en nuestro proyecto. Tanto a nivel de fotografía como de vídeo. No podríamos concebir San Jerónimo separando lo musical de lo visual. Todo suma. Nos gusta mucho cuidar la imagen que mostramos al público y es que, además de esto, el cine ha sido una de las grandes influencias e inspiraciones a la hora de componer. Algún que otro título de canciones o de disco hacen alusión a películas de Victor Erice y Eric Rohmer, por ejemplo. Por tanto, en algunos conciertos vamos acompañados de visuales en los que confluyen extractos de películas e imágenes de grabación propia o por parte de nuestro amigo Guille Pando de« La Casa junto al mar», que grabó y dirigió nuestro primer videoclip «Capitanes intrépidos». Las fotografías siempre corren a cargo de Siro García y Cristina Fernández de Special Thanks Studio y, aunque la mayoría de videoclips han sido grabados por nosotros mismos (exceptuando «Mapas infinitos» por parte de Pablo Ruiz Sánchez y el anteriormente citado «Capitanes Intrépidos»), tanto Cristina como Siro nos aconsejan en la mayoría de elementos relativos a la imagen del grupo. Nos pasa un poco lo mismo con las imágenes de portada de nuestros dos discos. Necesitamos que sean elementos que agreguen sentido al conjunto de la obra. La imagen que acompaña a las canciones debe bailar al mismo ritmo. Nuestra imagen no ha variado tanto desde nuestro primer disco, simplemente nos adaptamos a los tiempos que corren y sin quererlo hemos ido quizás dejando de lado una imagen más naive. También tenemos cinco años más encima y hemos madurado en muchos aspectos, incluidos el de la imagen.
¿Qué planes tienen para el resto de 2021?
Este viernes 9 de abril se publica el primer single de nuestro nuevo EP que verá la luz este verano. Estará compuesto de cinco canciones y este single «Año nuevo» será la primera carta de presentación de este trabajo, que contará con la colaboración de Tarik Rahim. El nuevo EP estará cargado de colaboraciones y es un trabajo muy personal, donde volvemos, en cierta manera, a las raíces más intimistas que nos caracterizaban en nuestro primer álbum. Por otro lado, esperamos que sigan surgiendo conciertos para este 2021 y podamos seguir viéndonos en los escenarios.