Elton John se confiesa frente al público londinense, que se rinde a sus pies
Miles de personas recibieron con una ovación de pie al músico en el Eventim Apollo de Hammersmith, en Londres. Todos iban a escucharle hablar sobre «Me» (Yo), su autobiografía
«Es un sueño compartir escenario con una leyenda». Con estas palabras, el actor, presentador y escritor David Walliams presentó ayer a su artista más admirado, Elton John , ante las miles de personas que lo recibieron con una ovación de pie en el Eventim Apollo de Hammersmith, en Londres. Todos iban a escuchar su voz, aunque esta vez, sin música, ya que el evento no era un concierto sino un mesa redonda sobre «Me» («Yo»), su autobiografía publicada publicada en España por Reservoir Books el 15 octubre en todo el mundo.
El acontecimiento fue anunciado como «íntimo» y «único en la vida» , adjetivos que se quedaron cortos. El cantante y compositor inglés hizo gala de un gran sentido del humor que provocó las carcajadas -y también algunos sonrojos - de sus fanáticos, entregados por completo a las historias que tenía para contar: “No supe lo que era el sexo hasta los 23 años… Mi padre me decía que si me masturbaba iba a quedarme ciego , y justo tuve que empezar a usar gafas», comentó con picardía.
El traje rosa de pequeños cuadros verdes, a juego con sus calcetines, zapatos y gafas, además del brillo de su reloj, un gran anillo y su pendiente, le recordaban al público que estaba ante una de las estrellas no solo más excéntricas , sino más grandes de la historia de la música, pero su cercanía, su familiaridad, la sencillez con la que respondió a las preguntas de Walliams, le quitaron el halo de celebridad y lo convirtieron en un ser humano con el que sentirse identificado, cercano y con los pies en el suelo pese a su fama. «Todos necesitamos algo que nos mantenga atados a la realidad», es uno de sus mantras.
Grandes amigos de juventud
Además de la risa, el llanto y la nostalgia fueron parte del acto. Con un afecto imposible de disimular, el también pianista habló de los grandes amigos de su juventud como lo fueron John Lennon y Freddie Mercury , para quienes solo tuvo palabras de elogio- «estar con ellos era un placer»-, de la relación íntima que lo une a Bernie Taupin, poeta y autor de una gran parte de sus canciones, de la dificultad de ser gay en una época en la que el estigma social y la amenaza del sida -que mató a algunos de sus seres queridos- eran sus peores enemigos, de la jaula de las drogas de la que logró salir y del amor tan grande que siente por su pareja y sus dos hijos en común.
«Antes de ser padre estoy seguro de que habría muerto en un escenario», aseguró, tras explicar que la paternidad los hizo redefinir sus prioridades y por ello dejó de viajar tanto y de hacer giras largas, ya que «lo más importante para mí es pasar tiempo con mi familia».
Que una estrella de su nivel sea calificada como «humilde» puede parecer un oxímoron, o directamente una tontería, pero todo el mundo salió de ese teatro con esa sensación. Una y otra vez Elton John manifestó su agradecimiento «con Dios, con la vida…, llamadle como queráis», por lo afortunado que ha sido, pese a los momentos malos que también ha tenido en su vida, como un reciente cáncer de próstata.
Nunca pensó que el que fuera un niño muy tímido se convertiría en el veinteañero que empezó a vestir de forma extravagante y a usar gafas estrafalarias sobre las tablas para convertirse así «en la mariposa que sale de la crisálida», fuera ahora a mirar atrás con tanto éxito, fama y fortuna y tanto qué agradecer a sus espaldas.
El acto, lejos de ser un «spoiler» del libro, dejó al público con ganas de más. Prueba de ello fue la cantidad de gente que se subió al metro tras salir del recinto y, una vez dentro, abrió el ejemplar que venía de regalo con la entrada.
No sorprende ver a los viajeros leer en el metro de Londres -aunque sí cada vez menos debido al uso de los móviles- pero sí fue fascinante ver a tantas personas leyendo el mismo libro al mismo tiempo, con ansias de profundizar en los detalles de las anécdotas que el músico relató a lo largo de los sesenta minutos que duró la charla y que se cerró de nuevo con el público de pie cantándole el cumpleaños feliz a David Furnish , su pareja desde hace 26 años y con quien iba a cenar tras el evento para celebrar la fecha. Sus prioridades en la vida volvieron a quedar claras.
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