Bob Dylan y Neil Young: duelo de dinosaurios en tiempos de pandemia

El viernes lanzan sus nuevos discos, «Rough and Rowdy Ways» y «Homegrown»

Bob Dylan AFP
Nacho Serrano

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Este viernes hay duelo de titanes. Dos de las leyendas vivas más importantes de la música popular, Bob Dylan y Neil Young , medirán sus fuerzas con el lanzamiento simultáneo de sus nuevos discos, dos obras llamadas a escribir una importante página en sus carreras, aunque por motivos bien diferentes.

El álbum de Bob Dylan , «Rough And Rowdy Ways», es el primero con material nuevo desde que el artista se convirtió en el único compositor en recibir el premio Nobel de Literatura en 2016; un premio que le otorgó la Academia Sueca «por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense». Y precisamente este logro es el que explota a fondo en el álbum, una colección de diez canciones que, según el director general de Sony Music, Rob Stringer, «no tienen precedentes, ni por parte de Bob ni de cualquier otro». Entre ellas está la impresionante «Murder Most Foul», increíblemente el primer y único número uno de Dylan en Billboard, y de la que Michele Ulisse Lipparini escribió: «Estamos lejos de cualquier cosa que Bob haya escrito antes».

«Rough And Rowdy Ways», trigésimo noveno álbum de estudio del músico de Minnesota, está sutilmente empapado de muerte . En muchas de las canciones, la parca sobrevuela a los personajes de un modo u otro. No acapara la atención de la narrativa, pero está ahí constantemente, como en la vida real. En «Crossing the Rubicon» («A tres millas al norte del purgatorio, a un paso del más allá / Hice una oración a la cruz, besé a las chicas, y crucé el Rubicón»); en el homenaje a Jimmy Reed («Goodbye Jimmy Reed»), héroe del blues que murió de forma prematura; en «False Prophet» («Entiérralos desnudos con su plata y su oro / Ponles a seis metros bajo tierra y reza por sus almas»); en «Key West (Philosopher’s Pirate)», una reflexión sobre la (in)mortalidad; en «Black Rider», literalmente una conversación con la señora muerte; en la mencionada «Murder Most Foul», que entre otras cosas habla del asesinato de Kennedy... Apenas hay una tonada que esquive la sombra de la guadaña.

Pero en ningún momento parece estar confesando sus temores por los efectos del paso del tiempo en su cuerpo, sino aludiendo a algo más, o mejor dicho algo mayor. «Pienso en la muerte de la raza humana, en el largo y extraño trayecto del simio desnudo», confesaba el autor en una reciente entrevista con The New York Times . «No es por ser frívolo con este tema, pero la vida de todos es pasajera. Todos los seres humanos, sin importar su fuerza ni su poder, son frágiles cuando se trata de la muerte. Lo pienso en términos generales, no de manera personal (...) Creo que la pandemia del coronavirus es el anticipo de otra cosa que va a llegar. La arrogancia extrema puede acarrear castigos desastrosos. Quizá estemos en la víspera de la destrucción». Tratándose de él, da miedo leerlo. Pero con suerte, esta «obra maestra» (según gran parte de la prensa) será escuchada durante mucho tiempo.

«Homegrown»

En el caso de Neil Young , lo de «nuevo disco» es muy relativo, ya que se trata de un álbum grabado hace cuarenta y seis años que nunca ha visto la luz. Titulado «Homegrown», estaba inicialmente previsto para ser publicado en 1974, dos años después del mítico «Harvest». Lo cual lo hace especialmente interesante para los conocedores de la obra de Young, que en aquel momento sufrió una pequeña crisis de identidad artística al alcanzar el éxito masivo . Aquellos sentimientos encontrados germinaron en este disco ultra orgánico e introspectivo, que obviamente resulta menos relevante que el de Dylan en cuanto a su valor como retrato social, pero no deja de brindar otro magnífico encuentro con la época dorada del genio canadiense.

Neil Young AFP

Levon Helm, Karl T Himmel, Emmylou Harris y Robbie Robertson participaron en las sesiones que contienen las cintas originales, que han sido restauradas por John Hanlon y masterizadas por Chris Bellman en un disco «lleno de amor perdido y exploraciones, una grabación que ha estado oculta durante décadas, demasiado personal y reveladora para exponerse en la frescura de aquellos tiempos», ha dicho el propio Young, que el pasado diciembre anunció que tiene otra tanda de grabaciones de conciertos y música sin editar.

Entre esos inéditos estarían «Chrome Dreams», definido por él mismo como un álbum «eléctrico» de 1977; «Homefires», de 1974; y «Island in the Sun», cuyo lanzamiento en 1982 fue abortado, pero del que se filtraron canciones como «Soul of a Woman» y «Like an Inca». El que nos ocupa, «Homegrown» , ha sido recibido de forma desigual por la crítica especializada, pero tiene al menos tres o cuatro joyas y alguna travesura interesante, e igual que lo nuevo de Dylan, es un formidable entretenimiento para despedir la primavera más extraña de nuestras vidas.

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