J Cruz, el productor que ha roto récords con 12 discos de platino en 2020: «Omar Montes ha traicionado mi arte»

Este joven madrileño de 23 años, autor de enormes hits de estrellas de la escena urbana, es el productor y compositor de mayor éxito de la música española actual

Nacho Serrano

Esta probablemente sea la primera vez que lea su nombre en un periódico generalista, pero no será la última. A sus 23 años, José Montado Cruz, conocido como J Cruz , es el primer productor y compositor español que consigue doce discos de platino en solo un año con diferentes artistas. Ha creado hits de éxito colosal para Omar Montes (el músico más escuchado en este país), Nyno Vargas, Bad Gyal, Ana Mena, RVFV, Robledo, Mariah Angeliq o Lérica, se codea con los productores de Ed Sheeran, ya forma parte del equipo de trabajo de estrellas internacionales del calibre de Luis Fonsi, Juan Luis Guerra o Becky G., y ahora va a impulsar una carrera solista que lleva años cimentando a pico y pala, flirteando con este o aquel sonido, alejado de los focos mediáticos. ¿De dónde ha salido este chico? ¿Cómo ha conseguido todo esto sin que su nombre luzca en Times Square, y sin el menor apoyo de una gran multinacional? ¿Cuál va a ser su siguiente paso? Pasen y lean, porque a partir de aquí, todo les va a sorprender.

Después de conseguir doce discos de platino por su cuenta, ahora sí, acaba de fichar con Universal Music.

Justo ayer por la mañana se hizo real el contrato, después de un tiempo de negociaciones. Estoy contento, y con ganas de trabajar con ellos.

Intuyo que si se ha tardado en culminar la firma, ha sido porque usted ha sido exigente con las condiciones.

Yo siempre he sido bastante exigente con el trabajo, porque yo siempre respondo con la mejor actitud. Al final, si sigues así llegan los frutos.

Lo curioso es que ha fichado con ellos no para hacer música urbana, que es lo que predomina en su historial como productor, sino ¡punk-pop!

Lo puedes llamar punk, rock, pop, en una onda alternativa... En mi nuevo material habrá cosas más poperas, y otras más cañeras, más punk.

¿Qué influencias tiene del punk?

Casi siempre escuchaba grupos americanos, muy 'comercialotes' todos. Pero cuando descubría grupos nuevos en directo, en salas de música en directo, lo que más me gustaba era el metal. En cuanto a nombres del punk-rock, Blink 182 ha sido siempre una referencia importantísima en mi carrera. Yo creo que es el grupo que más he escuchado en mi vida. No tuve la oportunidad de verles, pero tengo todos sus discos.

Al grabar en esta onda no se va a privar de seguir usando el autotune.

Sí, lo voy a seguir utilizando porque para mí es una herramienta fundamental. Es como un instrumento. Al final, es como cuando le metes a una guitarra española le metes un sinte de guitarra eléctrica, o viceversa. La voz tiene en el autotune una herramienta más.

Sabe que eso levantará ampollas en el mundo del punk.

Sí, sí. También me veo peleando con los puretas del rock, pero creo que la gente se está habituando al autotune por todo lo que se ha trabajado con él. Creo que ya se ha quitado ese estigma. Yo no canto increíble, pero en directo no lo usaré. Sólo será en las grabaciones.

¿Podría existir una última frontera, el punketón?

Uf, no lo sé. Me gustaría escucharlo, sin duda. Yo no lo haría, porque son cosas muy diferentes. Me molan mucho las mezclas, pero hasta cierto punto. Hay que ser libre, pero hay límites, y eso sería sobrepasarlos (risas). Pero me molaría escucharlo si alguien se atreve.

Ha dicho en alguna ocasión que la etiqueta 'pop' es 'la antimúsica', y que el término 'urbano' ya está pasado de moda.

La etiqueta 'pop' te limita. En los premios, en los reconocimientos, te etiquetan en un lugar. Pero yo hago mezcla de R&B con guitarra eléctrica medio popera, medio rock... es una etiqueta perezosa. Y yo siento que hay que empezar a etiquetar las cosas de otra manera, y dejar de llamar pop a lo que no es pop, sino otra cosa. En cuanto al término 'urbano' es una palabra elegida por negocio. Es una etiqueta totalmente errónea, y los propios cantantes, por su conformismo, se dejan arrastrar por ella y se quedan callados, cuando en realidad quieren defender su música con otros términos. Es hasta ofensivo, porque hay ejemplos como el de Camilo, que no tiene ningún sentido que lo etiqueten como urbano, porque lo que hace no tiene nada que ver.

Ha dado clases online para enseñar a producir canciones. ¿Qué le han aportado a usted? Creo que va a ampliarlas a la bachata y otros géneros.

Así es. Me han aportado muchísimo. Enseñar humildemente mis conocimientos de composición a un montón de chavalitos que tienen muchas incógnitas en la cabeza, a cerca de cómo hacer una canción, de cómo expresar sus sentimientos con la música. Eso ha sido reconfortante para mí. Cuando acabe esto del Covid me gustaría hacerlas presenciales, porque es donde se puede llegar más en el aprendizaje.

Cuando enseña a alumnos, ¿detecta rápidamente quién 'lo tiene' y quién no?

Sí, sí. Eso se ve. Se siente quién tiene y quién no tiene vibra con la música. Se nota mucho cuando alguien tiene un aura diferente. Yo le digo a mi representante que responda a todos los que me escriben, y luego voy viendo qué me interesa y qué no de cada uno, y así se lo hago saber. Eso ayuda a mucho a crecer como artista.

Hablando de aprendizaje, usted pasó un año en Colombia tras confiar en una promesa de carrera discográfica que no salió bien.

Este es un tema que me encanta que saquen en las entrevistas, porque cada vez que lo recuerdo, me endurezco más. Ahora que he firmado con Universal, y aquello me demuestra que hay que confiar en uno mismo. Cuando aquello salió mal, tenía dos opciones. O madurar y asumir que hay cosas que pueden salir mal, o dejar la música. Me aferré a la música, y eso me ha llevado a una historia muy bonita.

Imagino que su nombre artístico, tomando su segundo apellido, rinde homenaje a su madre. Ella vino de Ecuador a España, y después, ¿dónde nació usted?

En Andalucía, en Huelva. Allí pasé dos mesecitos, me vine muy pequeño al barrio del Pilar, a Madrid. Después me fui a la sierra, a Galapagar. Allí he vivido toda la vida. Estudié en el colegio Carlos Ruiz, allí después fui profesor. Luego estudié en el Infante Vera, y cuando empecé a trabajar limpiando una estación de trenes, siempre lo cogía La Navata.

Su madre cuidó de usted sola, sufriendo ciertos episodios de racismo, y en ausencia de su padre. ¿Cómo cree que afectó esa carencia paternal en su música?

Mi madre me contó todo siendo muy pequeño, y yo creo que ha influido totalmente en mi música. Hizo que tuviese una sensibilidad especial para la música, y que cada cosa que escuchaba la recibía con más intensidad. Lo que escuchaba intentaba vivirlo, y las cosas malas que me pasaban, las podía llevar a un punto muy pasional, como si la música me diese acceso a un empoderamiento emocional.

Le pasé a su manager un artículo extranjero sobre la carta de protesta escrita por compositores británicos y estadounidenses, quejándose de que los intérpretes les roban la fama y, a veces, también el dinero.

Lo leí, y me encantó. Es un reportaje muy importante para los compositores.

A usted le ha pasado con Omar Montes y con algún otro artista, que se han atribuido la autoría de canciones que son suyas. ¿Cree que en España la figura del compositor está más infravalorada que en el mundo anglosajón?

Y más que en el mundo latino. Estamos muy, muy atrás. Yo creo que soy un ejemplo a seguir como compositor en este país, dado mi repertorio y mi trayectoria, y soy partidario de que hay que luchar más por los compositores. Desde todo el lío que ha habido con Omar Montes, y de toda la traición a mi arte que ha habido por su parte, creo que ha habido un antes y un después en este tema. He trabajado con otros compositores, y me comentan que sienten que en las discográficas están empezando a valorarles más. Cada compositor tiene que tener lo que se merece. Las canciones nacen ahí, y después, las discográficas entran en el marketing y todo eso, que también es necesario. pero hay que tener feliz a todas las partes. Yo he visto productores que ganan mucha pasta, a los que les digo 'joder tío, pareces una estrella del rock', y creo que tengo que llevar a otro lugar ese marketing como productor.

En el caso de Omar Montes, ¿su apropiación fue sólo de cara a la galería, o también fue en lo legal, en lo monetario?

Hay muchas canciones que compuse para él, y mi nombre no aparece en los créditos. En otras no, porque ya me metí de cabeza en ese tema. Y aparte de eso, a nivel social, nunca se dijo mi nombre. Se llegó a inventar historias de cómo habían nacido las canciones... ¡historias que eran mías! Le preguntaban en las entrevistas, y decía 'pues pasaba por este momento de mi vida y bla bla...'. Claro, cuando yo veía eso me llevaba las manos a la cabeza, lo tenía todo guionizado. Eso me mató. Porque algunos de esos temas, al terminar de escribirlos, lloré. Hoy en día, si me hacen eso otra vez, dejo la música. Es un desbarajuste total.

Ha cortado el trabajo con él, pero imagino que sin menoscabo de poder retomar en el futuro, si se pueden hacer las paces...

Yo siento que ya no lo necesito. Mucha gente nos quiere juntar, pero no lo veo.

¿Cree que seguirá haciendo lo mismo con los compositores con los que trabaja actualmente?

De los compositores con los que trabaja, algunos han hablado conmigo. Pero no les doy ningún consejo, no estoy en la mejor posición para hacerlo.

¿Qué va a ser lo próximo de J Cruz?

Como compositor no puedo contar nada. Sólo que ya tocaba que llegaran buenos tiempos. Y con Universal, siento que este contrato me va a hacer gozarlo muchísimo. Quiero experimentar, conocer gente, hacer mucha música. Quiero que nadie nos diga a las nuevas generaciones que metamos el freno, quiero que todo evolucione, por el bien de la música española.

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