El Cruïlla alza el telón de su edición más compleja con el reto de cribar a 75.000 personas en tres días

El festival barcelonés prevé realizar 25.000 test de antígenos diarios a todos los asistentes y trabajadores del festival

Interior del CCIB, espacio en el que se realizarán los test Inés Baucells

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Una semana después de que el Vida y el Canet Rock abriesen la temporada más atípica de grandes festivales musicales, el Cruïlla recoge este jueves el guante con la intención de demostrar que la música «puede ser un elemento de prevención contra la propagación del coronavirus». «Ahora mismo podemos ser aliados», constata Jordi Herreruela, director de una cita que va camino de convertirse en la más masiva y ambiciosa de cuantas se celebran este verano en España y parte de Europa. Para ello, los responsables del Cruïlla prevén realizar a partir de hoy y hasta el sábado un cribado masivo con hasta 25.000 test de antígenos diarios a todos los asistentes y trabajadores del festival.

El cartel, aquejado por las bajas de penúltima hora de Editors, presenta reclamos en como Morcheeba, Two Door Cinema Club, Carolina Durante, Manel o Sopa de Cabra , pero el auténtico cabeza de cartel en el Fórum de Barcelona será el despliegue inédito con el que el Cruïlla afronta su edición más compleja. Una operativa que en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB), justo al lado de Forum, se traduce se traduce en 200 boxes con 100 enfermeros y 200 auxiliares de enfermería que se encargarán de realizar los test y validar los resultados. Otros 6 médicos atenderán a los posibles positivos.

Preparativos del Cruïlla e el Forum Inés Baucells

Antes de eso, 80 personas tramitarán el cambio de entradas por la pulsera que permite el acceso al recinto y funciona también como monedero. Según las previsiones de la organización, el ritmo será de 4.200 pruebas a la hora durante siete horas. «Un cribado de 25.000 personas en siete horas (y en un solo espacio) no se ha hecho nunca en el mundo», destaca Herreruela, para quien esta edición del festival puede ser histórica «por muchos motivos». «Será memorable», asegura.

El dispositivo de cribado tiene un coste de un millón de euros, del que sólo una tercera parte se cubre con el sobrecoste que paga cada asistente. Otro 20%, apunta, esperan poder cubrirlo parte con una ayuda de la Generalitat, mientras que el resto correría a cargo del festival.

Para que nada falle, el festival ha calculado desde el tiempo que tardará en realizarse cada test (dos minutos y medio) al número de positivos que se pueden detectar en el proceso. «Creo que estaremos entre los 350 y 400 casos positivos durante los tres días -explica el director-. Es muy importante, porque estaríamos evitando el contagio de entre 3.500 y 5.000 personas».

Una vez dentro del recinto, donde el festival moviliza a unos 4.000 trabajadores, todos ellos también con test de antígenos negativo, el público se podrá mover con total libertad, aunque siempre con la mascarilla puesta. De hecho, en los últimos días el consejero de Salud, Josep Maria Argimon, ha hecho un llamamiento a evitar imágenes de grupos de gente a boca descubierta como las que se vieron el pasado fin de semana en algunos festivales, por lo que se ha diseñado un plan de actuación específico en el que 40 personas controlarán que las mascarillas estén en su sitio. Además, no se permitirá acceder con comida o bebida a las zonas frontales de los escenarios.

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