Críticas de los discos de la semana: Natalia Lacunza, Baris y BTS
Nuestros especialistas musicales hacen un repaso de las novedades discográficas más interesantes de las últimas semanas
![Portada del nuevo disco de Natalia Lacunza 'Tiene que ser para mí'](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2022/06/15/natalia-lacunza-1-e1654855294833-kJ1--1248x698@abc.jpg)
Natalia Lacunza - 'Tiene que ser para mí'
(Universal Music Spain)
Por Fernando Rojo .
![Críticas de los discos de la semana: Natalia Lacunza, Baris y BTS](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2022/06/15/natalia-lacunza-1-e1654855294833-krnC--220x220@abc.jpg)
El hecho de haber pasado por la academia de Operación Triunfo no debería suponer un lastre para ninguna artista. Más bien lo contrario: sobrevivir a ese ‘pecado original’ y emprender una carrera es un primer mérito que reconocerle a Natalia Lacunza. El segundo, y no de menor importancia, es el de hacerse sitio entre las etiquetas. No le reprocharemos aquello que le espetaban las discográficas a un conocido grupo español: «Sois demasiado ‘indies’ para el ‘mainstream’ y demasiado ‘mainstream’ para el ‘indie’», porque Lacunza no termina de ser ni una cosa ni la otra, ni la contraria. Toca bastantes más palillos: en su disco de debut, hay pop, hay baladas clásicas, hay baile, y por supuesto mucho jugueteo urbano y autotune para estar en la onda. Planea en todo momento el aire del ‘Tiene que haber algo más’ de Alizzz, otra virtud sin duda , pues es uno de los mejores discos españoles de los últimos años, pero a veces queda la impresión de «esto ya lo he oído».
La verdad es que son ganas de buscarle pegas a algo que no las tiene. Porque nada malo se puede decir de este trabajo: está bien compuesto, estupendamente interpretado y producido con maestría. Alberga canciones muy hermosas, como ‘Tiempo atrás’, ‘El círculo’, ‘Cuestión de suerte’ o ‘Medicina’, pero queda todo tan en su sitio, parece todo tan perfecto, que a veces cuesta emocionarse . Acierta Lacunza cuando más arriesga, como en ‘Todo va a cambiar’, para nuestro gusto la mejor canción del disco, una fusión de pop y electrónica en colaboración con Carma C que no tiene demasiado que envidiar a lo que están haciendo otras artistas contemporáneas españolas de éxito como Zahara o Delaporte. Apetece ver cómo crecen todas estas canciones en directo (hay varias oportunidades este verano: en Tomavistas, Ribera Sound y Festival Gigante, entre otros), cuando salgan de su corsé. Igual nos llevamos otra grata sorpresa.
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Baris - 'Sintesi'
(Alesasandro Baris - Otono)
Por Jesús Lillo .
![Críticas de los discos de la semana: Natalia Lacunza, Baris y BTS](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2022/06/15/a0778110136_65-krnC--220x220@abc.jpg)
Está feo decirlo, pero hay que reconocer que ‘Sintesi’ es un disco bonito. Que Lee Ranaldo aparezca en los créditos junto a un par de vocalistas de sesión no estropea el conjunto concebido por el compositor italiano, del que apenas teníamos conocimiento al margen de su colaboración con otro ilustre marginado, Leonello Tarabella, con el que compuso hace una década ‘Collisions’, una maquinación cibernética que tiraba al jazz y a la que Baris aportó su experiencia con la batería. En ‘Sintesi’, Baris cambia de instrumento y se mete a teclista para componer y materializar una serie de piezas cuya principal virtud es que sabe a poco, como cuando el arroz está bueno , y con la que se las apaña para encandilar al oyente a partir de una serie de melodías sintéticas de exquisito gusto y buen acabado, música ambiental para gente sin ambiciones y enemiga del sobresalto. Podría ser ‘Sintesi’ el enésimo trabajo concebido en las últimas temporadas para el acompañamiento del aburrimiento, muy en boga, un álbum lineal para escuchar y dormir del tirón. Baris, sin embargo, ha tenido la mala idea de introducir la arritmia, siempre electrónica, para que nadie pegue ojo, modulando la velocidad a la que se mueven las canciones de un disco que aparenta ser una balsa de aceite y que de repente se pone a hervir, para freírle los sesos al más confiado. Está feo de decirlo. Pero hay que reconocer que ‘Sintesi’, además de bonito, es un álbum bien secuenciado.
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BTS - 'Proof'
(Bighit Music)
Por Javier Villuendas .
![Críticas de los discos de la semana: Natalia Lacunza, Baris y BTS](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2022/06/15/proof-krnC--220x220@abc.jpg)
País de moda por sus parásitos y calamares, el Korean Popular Music, K-pop, tiene (tenía) en BTS su grupo 'alpha industries' en un género que rivaliza de tú a tú con el otro polo vector de la música popular en los últimos años, el reggaeton, liderado ahora por Bad Bunny, J Balvin, Karol G, Annuel y compañía. En el bando anti Cao de Benós encontraríamos a TXT, Blackpink, Big Band y estos BTS que, mientras escribíamos ayer esta crítica, anunciaron que se tomaban un descanso indeterminado para centrarse en su carrera en solitario . ¡Vaya! ¡Qué desolación! Lo digo porque son siete miembros sacando sus consiguientes discos en solitario… Es broma, no me den un k-pón.
Lo impactante es que cuatro días antes, los Bangtan Boys habían publicado este ‘Proof’, antología que repasa sus 9 años de arrolladora trayectoria (36 millones de oyentes mensuales en Spotify; Rosalía tiene 19, los Rolling Stones tienen 21…) en un lanzamiento que colocó 28 de sus 35 canciones en el top 200 global en el mismo 10 de junio de su salida. ¿Podría algún artista lograr algo similar? Su ejército de seguidores se llama ARMY, nada menos, muy leales e intensos. Con solo tres temas nuevos realmente, ‘Run BTS’, ‘For youth’ y ‘Yet to come (the most beautiful moment)’, premonitorio título el de esta última, BTS deja un legado de casi una década de carrerón que podemos rememorar en las 2 horas y 8 minutazos que dura este recopilatorio perfecto en su expresión más alienante de Marx .
Y eso que cuentan con finas bases, arreglos, estupenda producción en general, además de estribillos de brillo, raps malotes, en un coctelera de hip-hop, R&B y pop comercial que suena demasiado a laboratorio y una borrachera insoportable si te bebes de trago las 35 canciones. Como decía el alquimista Paracelso y recuerda el mago Iggy Rubin, en el veneno está en la dosis. Hablamos de un triple disco no apto para el consumo irresponsable, sería demasiada cantidad de música siempre en cualquier caso, con una tromba de singles con todos los tics del 'mainstream' y no tantos de prestancia (molan ‘IDOL’, en línea de la inalcanzablemente mágica ‘Danza Kuduro’; ‘DNA’, ‘I NEED U’, ‘FAKE LOVE’, ‘Dynamite’, incluso el ‘Butter’ del tipo Michael Jackson y Bruno Mars).
Pero lo importante: qué colosal cambio de tornas del mundo mundial colar canciones en coreano en las listas de éxitos de un orbe ya, por fin, no dominado por lo anglo, ¿verdad? ¿O no ha cambiado tampoco nada tanto, realmente? La sociedad multipolar, la llaman. O, quizá, seguimos, multipolarmente, sí, pero igual de mal que siempre (o de bien, ¡o peor!). Con todo, estos Backstreet Boys de Seúl han sido (incluso a falta de que se reúnan de nuevo, veremos) una de las más exitosísimas 'boybands' y 'bands', a secas, de la historia del pop. Aunque como decía también Woody Allen en un vídeo que se volvió viral en Twitter hace poco, lo adulto, sofisticado y profundo intelectualmente haya quedado reducido casi a los escombros del silencio en la industria. Y es que en este griterío masivo de adolescentes que también son las redes, el Negocio mira recíproca y legítimamente a quien puede expoliar espiritual y materialmente con la inestimable ayuda de los medios (de mí). Con un futuro prometedor de miles de periodistas octogenarios de todo el mundo tecleando temblorosos el último clickbait que no interesa a nadie, a ellos mismos a quien menos.