Críticas de los discos de la semana: Idles, Colectivo Da Silva, Taylor Swift, Santiago la Barca y Damon Albarn
Nuestros especialistas musicales hacen un repaso de las novedades discográficas más interesantes de las últimas semanas
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Idles - 'CRAWLER'
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Los británicos Idles, como tantos otros, se quedaron sin girar en 2020 por culpa de la pandemia, por lo que lo que debía haber sido un año triunfal, su viaje a la cima del punk a hombros de ‘Ultra Mono’, se acabó por convertir en.. ¡Bingo! Otro disco. Un nuevo álbum nacido de las brasas del confinamiento con el que de los de Bristol han aprovechado para reiniciarse, recuperar todos esos matices que, según algunos, se dejaron por el camino durante la grabación de ‘Ultra Mono’, y demostrar de la mejor manera posible (esto es: con un maravilla estridente, ruidosa y emocionante como 'The Beachland Ballroom' ) que la furia expansiva del punk es compatible, cuando no complementaria, con el grito ahogado y desesperado del post-punk.
'CRAWLER', concebido como descarnado vistazo al turbulento pasado del cantante de la banda, Joe Talbot, así como a su abultado historial de adicciones, viene a ser la asilvestrada redención de una banda a la que puristas enfurruñados habían acusado de vendidos y comerciales. Una respuesta rotunda y brutal en la que casi todo gira alrededor de un traumático accidente de coche provocado con el consumo de drogas. Un mazazo que le salta a uno a la yugular a la altura de 'Car Crash' y que moldea a martillazos el tono de un disco en el que los ingleses dejan de ser una simple banda de punk para ser sencillamente Idles. A secas. Con sus gloriosos extremos y la voz de Talbot repartiendo dentelladas. Arrolladores pero introspectivos. Tiernos pero furibundos. Insolentes pero atentos. Implacables con el ritmo pero pendientes de cada detalle, de cada atmósfera.
Una banda capaz de armar un jaleo demencial con ‘The New Sensation’ y ‘The Wheel’ y, acto seguido, fundirse en las sombras de ‘When The Lights Come On” y 'MTT 420 RR'. Una banda que lo mismo hinca la rodilla ante Big Black que se adueña de los patrones rítmicos del hip hop, retuerce las estructuras convencionales de punk y el hardcore o se empapa de lo mejor de Sleaford Mods y Fountains D.C. Una banda, en fin, capaz de firmar su mejor disco (o, como mínimo, el más completo) cuando parecía imposible subir más arriba.
Por David Morán.
Colectivo Da Silva - 'Casa Vargas'
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A modo de tirita, vamos a quitarnos de en medio cuanto antes los peores aspectos de este disco. Por un lado, la inmensa melancolía que te invade cuando empiezas a escucharlo y no puedes echar más de menos el verano, el calor, las terrazas y los días largos. Y por otro, lo corto que se hace una vez que entras en materia, ya que solo te acompaña durante poco más de media hora.
Dicho esto, no tengo más que buenas palabras una vez más para el colectivo granadino, que ya me había conquistado con ‘Vacaciones’ hace apenas dos años. Si te atrae el combo de ritmos tropicales y latinos, letras de amor, chillwave y autotune, este es tu álbum; ‘ Casa Vargas ’ es la evolución perfecta de ese primer largo de 2019, donde combinan su synth pop característico con otras cadencias más folklóricas, sacando a relucir más que nunca, pero discretamente, sus raíces andaluzas.
Las letras, de amor y rutina millennial, son sencillas pero implacables, repetitivas como mantras que se te clavarán en la cabeza y no serás capaz de despegártelas en mucho tiempo, como la de la colaboración con dani ('Nos vemos luego') o 'After', el himno definitivo de los trasnochados, ambos con sus cantos a la juventud y al carpe diem. ¿Y qué decir del bolero ranchero que cierra el largo? Solo estos chicos sin complejos y con referencias tan dispares podrían poner un broche final así.
Por Julia P. Mateu .
Taylor Swift - 'Red (Taylor´s version)
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Un poco de contexto rápido: Taylor Swift es dueña de las letras de las canciones de sus seis primeros discos, pero no de los máster (es decir, la versión final de la canción, esa que escuchamos en Spotify, por ejemplo). Así, tras una trifulca legal con el productor Scooter Braun , la cantante se ha liado la manta a la cabeza y ha decidido regrabar sus seis primeros elepés para tener poder de decisión sobre ellos. La idea es recrear los álbumes de la manera más similar posible; un trabajo concienzudo y laborioso. Hace unos meses la artista regrabo ' Fearless ', su segundo álbum de estudio. Ahora ha llegado el turno de ' Red ', su disco de ruptura por excelencia y su consolidación como ‘diva pop’: fue cuando dejó atrás, de manera casi definitiva, el country que le dio la fama.
'Red' (Taylor's Version) dura dos horas y diez minutos: añade nueve canciones nuevas, entre las que se encuentran una colaboración con Ed Sheeran , una con Phoebe Bridgers y una esperadísima versión de 10 minutos de duración de 'All To Well', uno de los himnos 'swifties' por excelencia y que va acompañada con un corto dirigido por la propia Swift. El disco en general, y las nuevas pistas en particular son, claro, café para cafeteros. Hay algún arreglo un poco distinto, la voz de Swift ahora tiene más historia, pero a priori cumple su objetivo: recrear el disco original sin grandes variaciones. Más interesantes son las nuevas canciones, que como descartes originales del elepé, siguen su estela a nivel temático y sonoro. Destaca la ya mencionada colaboración con Bridgers; voces que empastan muy bien, melodías interesantes… es una delicia.
Dos reflexiones sobre ‘Red (Taylor’s Version): ¿Quién se puede permitir republicar un disco de 2012, y con ello romper el récord (previamente suyo) de mejor debút en Spotify para una artista femenina?, y ¿Quién es capaz de visitar a un trabajo de hace 10 años, compuesto cuando se tenían tan solo 22, y no solo no avergonzarse de ello, sino sentirse tan orgullosa como para publicarlo de nuevo? Por mucho que Taylor Swift pueda caer peor o mejor (saldría una tesis si abriéramos el melón del porqué de esa antipatía hacia la cantante), todo el mundo tendría que decir una cosa, sea cual sea su opinión personal sobre la artista: qué tía más lista.
Por María Alcaraz .
Santiago la Barca - 'Santiago la Barca'
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Como una carretera por la que has circulado día tras día durante la mayor parte de tu vida, pero en la que de repente se abrieran paisajes en los que nunca habías reparado. Así es el debut de Santiago la Barca , el nuevo proyecto de Santiago Fernández , la media naranja (mecánica) del núcleo duro de Autoescuela , esa prolífica mina de diamantes en bruto, el Brasil del 82 de la baja fidelidad asturiana... Esta reencarnación se plantea como un viaje en el tiempo hacia el territorio mítico que cruza las décadas de los sesenta y los setenta, con Dylan de omnipresente copiloto, aunque a lo largo del camino también hagan dedo Donovan , John Cale , … incluso el rostro menos hosco de Van the Man parece asomarse en 'Cierran los colegios'. Sisa y Vainica Doble son otras influencias confesas de unas canciones que trascienden la simple referencia reverencial gracias a la cálida ironía que impregna sus viñetas cotidianas, resueltas con una habilidad narrativa fuera de lo corriente. La misma insólita sensibilidad con la que Sergio Algora lograba poner nuestra mente al sol para fabricar un recuerdo perfecto tras otro. Sidra para todos: Santiago ha aprobado el teórico y el práctico a la primera. Y la magia en la voz de Marina Simal (flechazo instantáneo y absoluto en ‘Taicihi’, magnética al modo del mejor Stephin Merritt ) anuncia que con su otra aventura en marcha, La media distancia , no va a perder ni un maldito punto, así suelte las dos manos del volante.
Por Fernando Pérez .
Damon Albarn - 'The Nearer The Fountain, More Pure The Stream Flows'
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«La velocidad es lo que más caracteriza nuestro tiempo», oigo decir en 'La azotea', el nuevo 'late night' de 13TV. Si aprobamos este axioma, Damon Albarn se ha pegado 7 años para publicar la continuación de su debut en solitario, el notable ' Everyday Robots '. Ergo, el exlíder de Blur se aparta de nuestro tiempo rápido (y furioso) y algo así sí sucede, más allá de la trampilla lógica inicial, ya que este 'T he Nearer The Fountain, More Pure The Stream Flows ', inspirado en los paisajes de Islandia, es un disco reposado, frío y elegante. Como Twitter, eso es. En esta obra crooneristica (deriva transitada por otros indies como Jarvis Cocker, Gruff Rhys, Dean Wareham ... Habría que estudiar las alforjas psicoanalíticas que les ha llevado a todos a querer ser por un día Frank Sinatra ) encontramos varias picas en Flandes de sutileza, como la balada maravilla 'Darkness to Light', algunos pasajes experimentales de 'The Cormorant' o la ruidosa y fatwhitefamilera 'Combustion', también destaca la jazzy 'Tower of Montevideo', el instrumental de 'Giraffe Trumpet Sea' y la deslumbrante 'Royal Morning Blue', clase magistral de composición y finura desde el arreglo tenue. Pero el exnémesis de los Gallagher tiene sus defectos en sus virtudes. En Islandia, en verano, es prácticamente de día todo el rato. Y quien sepa dejarse mecer en estos parajes electrónicos-jazz-croonerísticos estará encantado, hallará todo luz. Pero quien no conecte con el glacial envoltorio con miras experimentales, se le hará tan bola como un invierno en Reikiavik para un tronista. En su ambient-pop, Albarn bordea con lo neutro aunque vence por sus muchos brillantes momentos.
Por Javier Villuendas .