Críticas de los discos de la semana: Estrella Fugaz y Superchunk

Nuestros especialistas musicales hacen un repaso de las novedades discográficas más interesantes de las últimas semanas

Varios autores

Estrella Fugaz - 'Luminosa' (Sonido Muchacho)

Por María Alcaraz.

«Madrid tiene entrada / pero no tiene salida». Aunque las reglas no escritas del periodismo dicen que nunca se debe empezar un texto con una cita, en este caso por una frase como esta merece la pena saltarse el canon. La cita en cuestión pertenece a ‘Las plantas’, canción reggae del último disco de Estrella Fugaz . Si llegados este punto del texto está usted un poco confuso, pero tiene curiosidad por saber de qué va esto, entonces se siente igual que lo hace uno cuando empieza a escuchar ‘ Luminosa ’, tercer álbum de Estrella Fugaz, nombre artístico bajo el que se ampara el músico Lucas Bolaño .

Allá por 2019 Bolaño publicó ‘Un sendero fluorescente', álbum que pudo grabar gracias a una residencia artística en Matadero. El disco, casi indescriptible, dejó un rastro de bocas abiertas. Llegó con sonido nuevo y una producción impecable. Demostró que Bolaño pertenece a ese grupo de letristas del indie patrio (como David Rodríguez, de La Estrella de David, o Carlos Ynduráin, de Los Lagos de Hinault ) que son tan buenos que van unos pasos por delante de los demás. Ahora, con el sello Sonido Muchacho –el plantel de talento ahí reunido ya se torna inverosímil– Estrella Fugaz vuelve con un elepé en el que básicamente se permite hacer lo que le da la gana. ¿Que le apetece cantar media canción en italiano sin explicación alguna? ¡Pues allá que vamos! ¿Que le apetece hacer un reggae aunque no encaje, a priori, absolutamente nada? ¡Pues al lío! (Y lo bien que funciona).

La producción de Bolaños es, me permito la expresión, otro rollo. Consigue que los sonidos electrónicos más eclécticos encajen en cualquier sitio, guarden un sentido y sus sintes y sampleos suenen distintos y originales y de todo. Puede que ‘Luminosa’ sea un disco más accesible que ‘Un sendero fluorescente’, no por ello peor. Aunque cante el mismo que «no soportan su manera de cantar» ni «su música» , y no sé qué más, lo de Estrella Fugaz es para ponérselo y durante los 35 minutos de álbum solo sentarse a escuchar. Y esos sonidos fluorescentes – no solo habla constantemente de una luminiscencia en las letras; traspasa a lo sonoro – envuelven letras en las que Lucas Bolaño apela a la nostalgia de la adolescencia (tocó el cielo con la anterior ‘Max y Ellen’, ahora lo roza de nuevo con ‘Una cinta electromagnética’), la paternidad, la pandemia y de que aquello que te has tomado suba a tu cabeza como un ascensor. Una poquita de todo. En fin, lo dicho, que lo de Estrella Fugaz es otro rollo; es un imperdible.

Superchunk - 'Wild Loneliness' (Merge)

Por David Morán.  

Ojalá envejecer como Mac McCaughan y Laura Ballance, cabecillas de los efervescentes y siempre apasionados Superchunk, y llegar a las tres décadas de vida (la de la banda, se entiende; ellos anda ya rumbo a los cincuenta y tantos ) frescos como una lechuga y casi con las mismas ganas que cuando atropellaron el indie americano con ‘Slack Motherfucker’. Ayuda, y mucho, que los años no parezcan ni pesar ni pasar por la voz de McCaughan, pero ayuda aún más que la banda siga despachando discos como ‘Wild Loneliness’, su álbum número tropecientos (vale, ‘sólo’ es el duodécimo) y un perfecto ejemplo de cómo seguir madurando con elegancia y sin renunciar al ímpetu eléctrico ni a la sabiduría pop.

Venían los de Chapel Hill del espídico y frenético ‘What A Time To Be Alive’, lo más cerca que han estado en décadas del punk mellado y furioso de ‘On The Mouth’ y algo así como su su respuesta al pasmo de los primeros años de la administración Trump. Cuatro años después, las cosas tampoco es que hayan mejorado demasiado, pero en lugar de seguir apretando los dientes, Superchunk se permiten un ligero suspiro y rebajan las revoluciones para cantarle al desconcierto, la angustia o el desconsuelo desde un lugar más amable.

De ahí surgen, entre cuerdas y metales o simplemente retroalimentadas por el ánimo invencible de un estribillo resplandeciente, las magníficas ‘This Night’, ‘Refracting’ y ‘Endless Summer’, electricidad pop de la de toda la vida con escuderos de lujo (Norman Blake and Raymond McGinley de Teenage Fanclub, para más señas) y contagioso empeño. También canciones juguetonas como la irresistible ‘City Of The Dead’ o la imponente ‘If You’re Not Dark’, en la que McCaughan hace tándem con Sharon Van Etten para cantar que, con la que está cayendo, tampoco pasa nada por ser un poco cenizo.

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