Comienzan las cancelaciones de festivales por el coronavirus: Tomorrowland y Ultra Music, las primeras víctimas

Los promotores españoles pedirán ayudas al Gobierno si la crisis sanitaria acaba afectando gravemente al sector

Un caso de coronavirus en un multitudinario concierto de la banda Tool causa la alarma en Nueva Zelanda

El festival Tomorrowland de 2018 AFP

Nacho Serrano

Los festivales de música ya empiezan a resentirse por el coronavirus. El de música electrónica Tomorrowland Winter, que iba a tener lugar del próximo 14 al 21 de marzo en los Alpes franceses , ha sido cancelado por las autoridades francesas debido al aumento de los contagios. «Hoy, con gran pesar, informamos de que el Gobierno francés ha decidido cancelar la edición de este año», han anunciado los organizadores del festival, una rama del gran festival belga Tomorrowland, en un comunicado publicado en su web. «Llevamos desde el sábado pasado en contacto con el Gobierno francés para conocer el impacto del coronavirus y finalmente hemos recibido su decisión oficial», ha señalado. Desde la organización se recuerda que las autoridades francesas están «tomando medidas drásticas» con respecto al virus. «Por lo tanto, se han centrado en la cancelación de grandes eventos que reúnen a un alto número de personas de diferentes nacionalidades en terrenos cerrados», han apuntado. Entre los artistas que habían confirmado se encuentran nombres como los de Steve Aoki, Martin Garrix o Bassjackers.

El Ultra Music Festival de Miami , otra de las grandes citas de la temporada festivalera de música electrónica, también se habría cancelado, según The Miami Herald . El festival estadounidense tendría que celebrarse del 20 al 22 de marzo y sus previsiones eran recibir a 50.000 personas de un centenar de países.

La incertidumbre se apodera del sector

Pese a la buena marcha de la música en vivo en España, con otra cifra récord en 2019, los promotores que la sostienen planean entablar conversaciones con el Gobierno en busca de «ayudas» que palíen los efectos de «incertidumbres» y crisis sobrevenidas como la que podría suponer el coronavirus, informa Europa Press. Segúna ha podido saber ABC, en principio todos los principales festivales españoles tienen previsto seguir adelante con la edición de este año, a falta de otra indicación por parte de las autoridades.

«Este es un sector con debilidades, no todo son fortalezas, y las gripes y resfriados le afectan mucho», reconoció Albert Salmerón, presidente de la Asociación de Promotores del Sector (APM), la mayoritaria del sector, en un encuentro mantenido el pasado viernes con la prensa.

Con el caso de Italia a la vuelta de la esquina, donde el nivel de alarma llevó a su Gobierno a decretar la suspensión de grandes espectáculos deportivos y culturales, el negocio español de la música en vivo ya ha empezado a hipotetizar sobre la repercusión de una medida así en su país.

«Lo hemos hablado y la idea es tener conversaciones con el Gobierno para intentar que considere tener ayudas como sector estratégico y ante según qué contingencias», ha reconocido sobre una actuación pública que, por ejemplo, se dio en Francia tras el atentado en la sala Bataclan de París para evitar el efecto cascada en la caída de venta de entradas y el desmoronamiento del sector.

A expensas» de lo que pueda suceder en el futuro («igual se queda en nada», ha relativizado Salmerón), lo cierto es que el negocio sigue al alza, con un récord de facturación en 2019 de 382 millones de euros, como se desveló hace ya unos días en el marco de la Asamblea Anual de APM, que agrupa a los promotores responsables del 80 % del volumen de negocio del sector en España.

Así consta también en el Anuario de la Música presentado este viernes de manera formal, una cifra que supone un 14,6 % más que el ejercicio anterior y que 2019 fuera el sexto año consecutivo en el que esta parte del negocio creció, por lo que se mantiene como el motor de la industria de la música, incluida la discográfica.

El hecho de que la tónica de crecimiento se haya aminorado sustancialmente (en 2018 el aumento fue del 24,1 % y en 2017 del 20%) no parece preocupar a los promotores.

«Tras dos años de subidas tan importantes que eran hasta sorprendentes, esta estabilización entra en una normalidad en su línea ascendente. Es un sector al que cualquier coyuntura le afecta mucho, desde que un año vengan grandes artistas extranjeros o que uno de los nacionales potentes no salga de gira», ha argumentado Salmerón.

Entre los festivales, con una tónica en general también ascendente o sostenida, se confirman asimismo los datos avanzados en verano. Esto es, que el electrónico Medusa Sunbeach de Cullera (Valencia) pasó por primera vez a la posición reina al pasar de 300 000 a 315 000 visitantes con el incremento de escenarios.

Por detrás Arenal Sound de Burriana (Castellón), de nuevo con unos 300 000 jóvenes; el Viña Rock de Villarobledo (Albacete), que fue de 210 000 a 240 000 personas; el Primavera Sound de Barcelona, que terminó igualando su mejor registro previo con 220 000 personas (y una jornada récord en la que cobijó a 63 000 espectadores) y Rototom Sunsplash de Burriana (Castellón), muy cerca del registro anterior (de 208 000 a 202 000).

Completaron el "top 10" el Mad Cool Festival de Madrid (de 240 000 a 185 000), el Dreambeach Festival de la localidad almeriense de Cuevas de Almanzora (de 155 000 a 165 000), el Weekend Beach Festival de la malagueña Torre del Mar (de 140 000 a 150 000), el festival Cabo de Plata de Barbate, en Cádiz (de 115 000 a 132 000) y el Festival Internacional de Benicàssim (Castellón), que pasó de 170.000 a 114.000.

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