Clara Montes: «Las etiquetas me dan igual, al final dependen de cada uno que escuche mis discos»
La cantante madrileña publica su nuevo disco, 'Retratos', el trabajo en el que, asegura, se ha implicado más
Clara Montes está feliz con su nuevo bebé artístico en los brazos, su disco ' Retratos ' (CM Records / Disc Medi). Le ha costado; problemas primero con su grabación -estaba previsto que fuera en Brasil, pero la pandemia lo impidió-; tuvo que desistir también, más tarde, a editarlo en vinilo -«era un capricho, pero me apetecía publicarlo en este formato, que es para románticos y coleccionistas»-; las leyes del mercado actual, además, impusieron que antes de dar a luz el trabajo se publicaran tres singles: 'Kalima', 'Princesa Lili' y 'Pajarillo', el primero de los cuales salió hace ya ocho meses.
Pero bien está lo que bien acaba; o en este caso lo que empieza, porque ya está en las tiendas y las plataformas este disco, al que bien puede aplicarse el tópico de que es «el más personal de la artista», porque lo ha compuesto, lo ha interpretado y ha pagado su producción, su fabricación y su distribución.
La nota de prensa de 'Retratos' encaja el disco en una triple categoría: Flamenco Pop, World Music y Copla . «Estoy igual de cómoda en los tres -dice Clara Montes desde su casa en Cádiz-. Las etiquetas me dan igual, hago una fusión de estilos muy particular, y al final depende de quién lo escuche: habrá a quien le suene más a copla, a otro a flamenco, y a un tercero a otra cosa. El disco es un puzle dirigido al cien por cien por mí. Cada canción ha nacido de mi necesidad de contar».
«Escucho todo tipo de músicas, y eso se tiene que reflejar necesariamente en mis canciones. Sí puedo decir que cada una de las canciones suena muy diferente. Según lo que quiera contar en ellas, me piden un ritmo distinto: tangos, ritmos brasileños, flamencos...»
'Retratos' contiene diez canciones que son, dice la cantante y compositora, « historias de mujer , algunas narradas en primera persona y otras no, con un denominador común; son todas muy femeninas, presentan la visión de la vida de una mujer, su mirada».
Clara Montes ha contado para este trabajo con un aliado: Jesús Antúnez , productor y componente del grupo Dover. «Nos encerramos en su estudio ( Estudio73 ) durante dos meses, y poco a poco, con mucho mimo fuimos dándole forma a todas las canciones». Confiesa que el estudio de grabación no es su lugar favorito. «Cuando entras, se pone en marcha el cuentakilómetros, y lo paso mal; afloran las dudas, las inseguridades... Pero esta vez ha sido diferentes. He tenido la oportunidad de jugar junto a Jesús hasta que he encontrado lo que quería. Y he visto tanta ilusión, tanta emoción y tanta generosidad en todos los que estábamos allí, que ha sido un auténtico regalo ».
Que este disco es diferente a los anteriores lo demuestra la felicidad que casi se puede saborear. Confiesa Clara Montes que generalmente no disfruta de los discos que graba hasta que ha pasado mucho tiempo. En esta ocasión, sin embargo, está disfrutando ya cada escucha, «sobre todo porque me acuerdo de los momentos vividos, de los momentos de placer ».
El confinamiento que vivimos el pasado año ha supuesto para muchos artistas, también para Clara Montes, un antes y un después. En lo práctico, la artista ha cambiado las letras de alguno de los temas que ya tenía compuesto antes de que llegara la pandemia. Pero por lo que respecta a ella, ahora le da «mucha menos importancia a cosas que antes me quitaban el sueño; disfruto de cosas que son sencillas, o no tanto, como disfrutar de las cuatro personas que viven mi día a día, o de subirme al escenario y saber agradecer poder dedicarme a lo que me dedico. Y, sobre todo, he aprendido a buscar tiempo para mí ».