Los cachés para actuar en festivales, al alza

La subida de precios por parte de los artistas y la escasez de material y personal incrementará los costes esta temporada

El festival madrileño Mad Cool ABC

Nacho Serrano

Los promotores de conciertos en salas se están encontrando con graves problemas para vender entradas , en buena parte debido al embotellamiento de actuaciones al solaparse las aplazadas con las nuevas, y al encarecimiento de la vida en general. La gente no tiene dinero para tanto concierto, y algunos promotores aseguran a este periódico que en este campo, lo ven muy negro: «Dudo que podamos aguantar mucho más», dice uno de los consultados.

En el ámbito de los festivales la cosa es distinta, ya que las buenas cifras de ventas de abonos indican que se han afianzado como propuestas no sólo culturales, sino también de ocio y turismo, que animan más a gastar. Sin embargo, en este sector también están apareciendo complicaciones que otros años no se producían. Una de ellas tiene que ver con la escasez de recursos materiales y humanos. Según varias fuentes del sector, el denominado 'colapso de la cadena de suministro' y los altos precios de la energía están dificultando y encareciendo la llegada del material logístico necesario para el montaje de las infraestructuras, y por otro lado, también está habiendo ciertos problemas para la contratación de personal .

Pero el fenómeno que probablemente encarezca más la próxima temporada festivalera, tal como confirman varios profesionales del gremio, es la subida de cachés . «Parece que la pandemia lo ha parado todo, pero en realidad hay grupos que han crecido mucho estos dos años. Como en cualquier otro negocio, hay 'marcas' que van subiendo de popularidad y eso implica un aumento de su caché. Quien genera más mercado, evidentemente tiene que cobrar más», explican desde una agencia de management de la escena indie. «Por otro lado, sí que es verdad que como ha habido tantas pérdidas por el parón de la pandemia, los artistas están apretando mucho a sus oficinas para que pidan más dinero por sus actuaciones, y así poder paliar un poco el bajón de ingresos que han tenido en 2020 y 2021 . Esto también se está viendo favorecido porque se está notando que los ayuntamientos están volviendo a invertir en música en vivo». Este alza de precios está siendo más incontrolable en el caso de los artistas extranjeros, ya que según varios promotores, éstos «están dejando mucho menos margen de negociación».

La consecuencia de todo esto está clara: los promotores tendrán un margen de beneficio más ajustado que otros años, y en algunos casos, tendrán que subir los precios de los abonos . Por ejemplo, en 2019 los del festival madrileño Mad Cool costaban 160 euros, y en 2022 cuestan 185 euros. Es cierto que este año hay un día más de conciertos, pero también hay abonos de tres días y siguen siendo más caros que en 2019: 179 euros. Además, la subida de 25 euros en el abono completo es indudablemente beneficiosa para el evento con una buena optimización de la logística, y por otro lado, en 2019 las entradas de día costaban 65 euros, y en 2022 cuestan 75.

El público, además de tener que pagar más en muchos casos, tiene que comerse con patatas los cambios que se han producido en los carteles de los festivales, ya que después de dos años de aplazamientos no está siendo nada fácil mantenerlos intactos. «En realidad, esa ha sido casi nuestra mayor pesadilla», dice uno de los promotores consultados. «Las agendas y las prioridades de los artistas son muy volátiles, y gestionar la sincronización de todos ha multiplicado el trabajo». En cualquier caso, aun teniendo menos beneficios por más esfuerzo, todos los promotores de festivales auguran un verano «para la esperanza».

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