Bryn Terfel y Gregory Kunde, protagonistas de lujo en el X aniversario de los «goya» de la ópera
Joan Font cocinó una deliciosa velada para los premios Líricos del teatro Campoamor llena de magia y de música
Alcanzar los díez años de la entrega de unos galardones es en sí mismo ya un gran logro, más si tenemos en cuenta que estos que nos ocupan, los premios Líricos de la Fundación Teatro Campoamor , considerados los «goya» de la ópera, nacieron poco antes de que se vislumbraran las primeras señales de una importante crisis económica que también afectó, y sigue haciéndolo, a este sector.
Por ello, la gala de ayer, con un cartel de lujo , tenía un sentido muy especial: mostrar la consolidación de una iniciativa -el reconocimiento de la crítica especializada a las mejores voces y producciones de la temporada-, pero también afrontar un futuro que, debido a los vaivenes de la política -en el Ayuntamiento oventense gobierna un tripartito formado por el PSOE, IU y Somos (de la familia de Podemos)-, parece marcado por la incertidumbre.
Esto, sin embargo, no impidió desplegar la noche del sábado todos los recursos posibles -«habrá que buscar un patrocinador para la gala», bromearon los presentadores, el barítono Borja Quiza y la soprano Silvia Vázquez - para llevar adelante la que, en mi opinión, ha sido la mejor hasta la fecha. Firmada por Joan Font , fundador de Els Comediants, el escenario del Campoamor se convirtió en un circo de dos pistas -¿acaso la ópera no es el mayor espectáculo del mundo?-. En una se pudieron ver trucos de magia, realizados por Raúl Rodríguez Alegría , con algunos guiños muy intencionados, como sacar dinero de donde no lo hay, algo a lo que se han habituado algunos responsables de festivales y de teatros líricos en los últimos años.
En la parte alta del escenario, también se situó una cocina de autor, un recurso muy de moda, en la que, en tiempo real, el conocido repostero Jacinto Rama realizó un pastel para celebrar los diez años de estos premios.
Magia y cocina
Asi, durante hora y media, se fue cocinando a fuego lento la velada. Los juegos de magia y las acrobacias se fueron mezclando con otra «materia prima» de mucha calidad: las interpretaciones de los galardonados de esta edición. Magnífica la intervención de Ruth Iniesta , reconocida como cantante revelación, y que ofreció un aria de «Mignon», de Thomas; y la entregada Nicola Beller Carbone , mejor cantante de ópera española y zarzuela, por su papel en «Pepita Jiménez» de Albéniz.
Las ausencias de la mezzosoprano Joyce DiDonato , que mandó un vídeo agradeciendo el premio a mejor cantante de ópera; y del director de orquesta Michel Plasson , que sufrió una caída hace unos días, lo que no le permitió viajar, no deslucieron el espectáculo. La presencia de dos de los mejores voces masculinas del circuito internacional, Bryn Terfel y Gregory Kunde , pusieron la guinda -metafóricamente hablando- del pastel.
Fiorenza Cossotto, premio a una carrera
Terfel llegó tan solo unos minutos antes de que comenzara la gala, lo que le permitió calentar un poco la voz y ofrecer un lied de Schubert y una canción popular galesa, en la que se le vio disfrutar de manera especial. Por su parte, el tenor estadounidense, uno de los más cotizados en estos momentos y reconocido ayer como mejor cantante de ópera, conmovió al público del Campoamor con su sentida interpretación del aria « Vesti la gubba «, de «Pagliacci», título que no podía faltar.
El momento más emotivo llegó con la presencia sobre el escenario de la legendaria mezzosoprano Fiorenza Cossotto , que recibió el premio especial a toda una carrera y fue aclamada por todos los presentes.
La gala concluyó, como era previsible, con el popular brindis de «La traviata», que abrió Kunde, al que se fueron sumando varios de los premiados, acompañados todos por la Oviedo Filarmonía , bajo la batuta de Marzio Conti . «Por la ópera, la zarzuela, la creación y el arte», alcanzó a decir Silvia Vázquez antes de que cayera sobre el escenario y el patio de butacas una lluvia de confetti algo más seca que la que nos aguardaba a la salida del Campoamor.