Belako trae rock inclasificable a La Riviera
El grupo vasco brindó un concierto lleno de canciones de su nuevo disco «Plastic Drama», que ha llegado recientemente al número 5 de las listas de ventas en nuestro país
En la ribera del Manzanares hay un bastión; un símbolo cultural que es parte del alma de Madrid. Un recinto que otrora fue testigo (y artífice) de la revolución musical española. Un lugar en el que se consagran carreras; un escenario con historias, líos de amor y poetas malditos que ha recibido a los mejores artistas y DJ's de las últimas décadas.
El concierto de ayer, uno más dentro del ciclo Crew Nation Presenta, trajo a Belako a la mítica Riviera.
Puntuales y bajo una luz cenital morada salió la formación vasca al escenario. A Belako no le faltan motivos para sonreír; su último disco, Plastic Drama, ha llegado recientemente al número 5 de las listas de ventas en nuestro país. Arrancaron el concierto con « Fire Alarm «, un ejemplo muy directo del rock sólido y creativo del cuarteto. Sujeta por una sección rítmica muy activa, en la que brillan Lore Billelabeitia (bajo) y Lander Zalakain (batería), la guitarra de Josu Billelabeitia se aleja del rol de virtuoso que se suele asociar con este formato reducido. Tengan en cuenta que no hace el mismo trabajo Keith Richards (arropado por dos y a hasta tres guitarras adicionales) que un guitarrista sólo. En el rock de Belako, a medias entre el progresivo y el heavy, su trabajo es fundamentalmente melódico , es decir, en pos de la canción. Es una decisión de músicos que saben lo que están haciendo y tienen claro el sonido que quieren sacar.
«Truth», del nuevo disco, consolidó la la energía en la Riviera, con dos partes muy diferentes conectadas por un buen interludio. Hacer canciones con tanto contraste entre secciones es una tarea muy difícil, son muy pocos los artistas que lo han hecho con éxito. Belako va en esa dirección.
A parte de la voz, que es imposible que se escuche cristalina en una sala de conciertos seas quien seas, la Riviera demostró estar preparada para los decibelios del cuarteto. Curiosamente parece oírse mejor al final de la sala que en el medio... pero es una teoría en desarrollo y no estoy listo aún para defenderla hasta la muerte.
La nota cómica de la jornada la pusieron unos fans que, desde la tercera fila, cantaron todos los temas junto a Lizarraga . Un diez por el entusiasmo, un suspenso en afinación... que a nadie importó demasiado.
« Plastic Drama « es, aparte del título del disco, una canción brillante. Con una batería entre la salsa y ritmos étnicos africanos, la voz de Lizarraga rompe con fuerza sobre el rasgueo de una guitarra que suena a surf-rock. Esta canción es el perfecto ejemplo de por qué la clasificación de música por géneros es una empresa fútil y absurda. ¿Qué es? ¿Rock? ¿Pop? ¿Indie? No es importante, es una canción muy redonda.
«Render me numb» es una buena reflexión sobre la deshumanización que sigue a la guerra contada sobre un complejo ritmo asincopado en el que el bateria se deja los brazos, el torso y un trozo de alma. Buena versión también de « Tan lejos «, una canción de pop laxo y disonante de la banda Décima Víctima.
Siguió « Truce «, también del último disco, que presenta la progresión de acordes más clásica del mundo (1-6-2-5) aderezada por unos buenos apartes de una guitarra ligeramente distorsionada y el intercambio de protagonismo vocal entre Lizarraga y el guitarrista Billelabeitia.
«Tie me up», el primer single que lanzaron de Plastic Drama, cerró oficialmente el concierto a falta de bises. De nuevo buena canción de estilo inclasificable en la que brilla el bajo de Lore Bellabeitia .
Tras volver al escenario se despidieron con « The Craft «, uno de los singles del nuevo disco que cierra la noche con una buena dosis de rock enérgico.
La Riviera se mantiene, impertérrita ante el tiempo, desafiante. Recibe a Devendra Banhardt, a Belako y a todo el que se atreva. «Vosotros envejeceréis», les dice, «yo seguiré».
