Belako: «Hemos tenido que buscar otro trabajo con nuestro disco en el Top5 de las listas de ventas»
La banda vasca presenta su nuevo disco Plastic Drama este viernes en La Riviera de Madrid
Este pasado miércoles, Belako organizaron una jornada muy especial para agradecer a todos sus seguidores el constante cariño y apoyo que les han brindado durante el lanzamiento de su cuarto álbum, «Plastic Dram» , sin duda el que mejor recibimiento ha tenido en su todavía corta pero muy celebrada carrera. Fue un día con cierto saborcillo agridulce por la terrible situación que está pasando todo el gremio de trabajadores de la música, pero que sirvió para calentar el ambiente en Madrid antes de la esperada presentación de su álbum, este viernes en La Riviera . Su cantante, teclista y letrista Cristina Lizarraga nos cuenta cómo están viviendo este final de verano y cómo ven el futuro cercano para el cuarteto.
¿Qué tal ha ido el viaje a la capital?
Afortunadamente hemos venido en nuestra furgoneta, a salvo.
¿Y el verano, cómo ha sido para Belako?
Un poco triste, porque teníamos una gira internacional, y ahora no tenemos absolutamente nada. Ha sido duro.
Era vuestro gran año.
Tenemos esa sensación, sí. Que de alguna manera, estábamos satisfechas y contentas con la proyección internacional que estaba teniendo el disco. Esperábamos mucho, y el hostión ha sido terrible.
Ha sido vuestro disco mejor recibido con diferencia.
Totalmente. Está siendo increíble. Nos ha llegado feedback de Reino Unido, Alemania, México, incluso Francia, aunque no tengamos distribución allí. Como hay un tema en francés, parece que les ha gustado. También hemos sonado en radios de Argentina, Brasil... incluso nos han puesto en emisoras de Rumania. Hemos flipado con eso.
¿La gira se retomará?
La gente que lo organiza ha tenido que cancelar, otros posponer... ha habido de todo.
¿Cómo será el concierto en Madrid? ¿Traen buenos audiovisuales para animar un cotarro sin baile?
Sí, hemos adecuado los temas del disco, que ya son muy de directos de por sí, para hacer un repertorio muy animado aunque la gente esté en asientos.
¿La mayor presencia de guitarras y sonidos orgánicos se desarrolló pensando en el directo?
Sí, el disco se hizo en muy poco tiempo, con pocos elementos, sin post-producción. Hicimos canciones que se sustentasen por sí solas. Ha sido difícil depender de menos elementos para conseguir lo que queríamos, pero eso nos ha hecho estrujarnos la sesera para aprovechar mejor la materia prima.
Las letras tratan temas duros, como el feminicidio.
Queríamos dejar claro nuestro posicionamiento, no desde un tono aleccionador, sino asumiendo que vivimos en un mundo de contradicciones. Somos una generación que tiene la información para poder cambiar las cosas, pero también está muy aletargada en el activismo de sofá. Ese es el hilo conductor de los temas.
Hay desidia, pero también confusión porque en realidad vivimos en la era de la desinformación, ¿no cree?
Sí, hay tanta información que se emborrona todo. Vivimos en la era de la posverdad, en la que es difícil discernir entre todos los inputs que nos llegan. Es complicado posicionarte en un ambiente tan confuso.
En el disco hay posicionamiento, pero también reflexiones muy profundas sobre los contrastes emocionales de estos tiempos.
Sí, yo al escribir las letras, antes me daba miedo utilizar demasiado las emociones. Pero ahora me he dado cuenta de que tienen que ser inherentes a las letras, porque siempre voy a ser yo quien las escriba, y mis experiencias también son un reflejo del momento político que vivimos. A través de las emociones, ese análisis es mucho más humano.
Hay épocas en las que abundan los músicos que opinan que la música no debería abstraerse de la realidad social. ¿Esta es una de ellas?
El hedonismo también cumple una función política, que es la evasión. Y en momentos como este es muy necesaria. Yo también necesito ver una serie chorra de vez en cuando, tener ventanas que me alejen de la realidad. Pero nosotras, como grupo, no podemos hacer música sin posicionamiento.
Apoyan las movilizaciones de hoy, evidentemente.
Por supuesto. Nos hemos sumado en redes a la Alerta Roja. Es necesario y fundamental que vayamos todos a una en esta cuestión.
La gestión de Cultura no les ha gustado.
Se nos está relegando al sector del ocio nocturno, cuando somos otra cosa: cultura. Todos estamos demostrando que se pueden hacer conciertos adaptados a los tiempos que corren, y se ha demostrado que son sitios más seguros que los bares o los transportes.
Los ingresos por streaming han vuelto a estar en el centro del debate de la industria de la música, ahora que no se gana dinero con conciertos.
Como grupo de música alternativa, la cantidad que recibimos es irrisoria. No podemos aspirar a que eso suponga una fuente de ingresos real. La lucha está en hacer ruido donde más nos importa, que es la música en directo. Obviamente nos gustaría que el streaming diese más dinero, pero vistas las cosas, parece imposible. Seguimos dependiendo de esas plataformas, pero estamos muy lejos de estar de acuerdo con la repartición de los beneficios.
¿Tenían otros trabajos a los que hayan tenido que volver por esta situación?
Sí. Llevábamos dos años viviendo solo de la música, pero con lo que ha ocurrido hemos tenido que volver a otros trabajos para pasar el aprieto de estos meses. Y eso que no tenemos niños a nusetro cargo, ni hipotecas. Pero el alquiler, la comida, los gastos... tal y como está la situación no podemos pagarla con la música. Así que todas estamos currando en otras cosas. A mí me planteaba un dilema decir esto públicamente, teniendo en cuenta que nuestro disco está en el Top5 de las listas de ventas. ¿Eso no significa nada para nuestro bolsillo? Nos parece súper fuerte. Nuestro trabajo nos entusiasma, pero queremos vivir de ello. Y no poder hacerlo supone una crisis identitaria muy fuerte, no solo a nivel profesional sino también personal.