Jon Batiste, Silk Sonic y Olivia Rodrigo triunfan en unos Grammy con Zelenski como invitado estrella
Ninguno de los españoles que optaban a galardón durante la gala previa se llevaron el gramófono
Zelenski, en la gala de los Grammy: «Nada es más contrario a la música que el silencio de la gente asesinada»
Era imposible que los Grammy, la fiesta de la industria de la música, se olvidaran este domingo por la noche de lo ocurrido justo una semana antes en los Oscar. Con el mentón todavía caliente en la cara del cómico Chis Rock por la bofetada que le arreó Will Smith, los premios de la música se celebraron sin incidentes memorables. Fueron inevitables algunas bromas al respecto: un presentador, Nate Bargatze, se subió al escenario en la gala previa de los galardones menos importantes con un casco: «Esto es lo que los cómicos llevan ahora en los noches de premios». Y el maestro de ceremonias, Trevor Noah, aseguró al principio de la retransmisión que «vamos a bailar, vamos a cantar y no vamos a poner los nombres de nadie en nuestras bocas » (una referencia al «no pongas el nombre de mi mujer en tu puta boca», que Smith le dijo a Rock tras el chiste sobre el pelo de su esposa que provocó el incidente).
La gran bofetada -simbólica- fue la que le propiciaron los Grammy a los Oscar. La Academia de Hollywood se llevó críticas por la poca presencia de Ucrania en su gala. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, solicitó una aparición para lanzar un mensaje contra la invasión rusa y en busca de apoyo popular a su causa, pero se lo denegaron. Y apenas hubo recordatorios a la guerra. Los Grammy optaron por lo contrario: en el mismo día que el mundo se asomó al horror dejado por los rusos en localidades como Bucha, Zelenski tuvo su momento. Apareció por sorpresa en un pequeño vídeo, con la voz ronca pero firme, en el que dijo que los músicos ucranianos «llevan chaleco antibalas en lugar de esmoquin» y pidió a los aficionados a la música que «cuenten la verdad sobre la guerra», en la que se están enfrentando a Rusia «que trae un silencio horrible con sus bombas. El silencio de la muerte. Llenad ese silencio con vuestra música».
Inmediatamente después, John Legend interpretó su canción ‘Free’ con la ayuda de exiliadas ucranianas, como la cantante Mika Newton y la poeta Liuba Yakimchuk. La organización compartió un enlace para enviar ayuda a Ucrania.
Fue uno de los momentos emotivos de unos premios en los que el triunfador numérico fue Jon Batiste, que se llevó cinco gramófonos dorados. El músico de Nueva Orleans, que saltó a la fama por ser el líder de la banda del ‘late night’ televisivo del cómico Stephen Colbert, fue reconocido con el mejor álbum del año por ‘We Are’ y demostró su virtuosidad musical, que se extiende desde el piano a su presencia en el escenario. ‘We Are’ no ha tenido mucho éxito comercial, pero sí en la parroquia de los Grammy, que dieron a Batiste once nominaciones.
Silk Sonic, el proyecto de ‘funk’ retro de Bruno Mars y Anderson .Paak, tenía cuatro nominaciones y se llevaron cuatro galardones. Entre ellos, dos de los gordos: mejor grabación y mejor canción. Al recoger el primero, .Paak no pudo darse un homenaje: «Queremos ser humildes», dijo con una sonrisa cómplice compartida con Mars. «Pero en la industria a esto se le llama barrer».
Un premio menos se llevó Olivia Rodrigo , la nueva sensación de la música estadounidense. A sus 19 años, esta estrella de la factoría Disney se ha coronado en estos Grammy después de sacudir la industria de la música el año pasado: ganó el prestigioso premio al mejor nuevo artista, mejor álbum pop y mejor actuación pop.
También consiguieron tres premios los Foo Fighters, el grupo de rock liderado por David Grohl, el ex batería de Nirvana. Debería haber sido una noche de celebración para ellos, con actuación incluida. Pero lo impidió la muerte la semana pasada de Taylor Hawkins, su batería.
Fue uno de los contratiempos de la gala, que también se quedó sin actuación de Kanye West -la organización consideró que no estaba en condiciones de actuar-, y que a punto estuvo de perder la del grupo coreano BTS por el positivo por covid de dos de sus integrantes.
No hubo escasez de número musicales en una ceremonia de más de tres horas y media, en la que hubo lugar para todos los estilos -Billie Eilish, Lil Nas X, Lady Gaga o Brandi Carlile-, un homenaje sentido a Hawkins y poco espacio para los músicos latinos: poco más que el espectáculo de J Balvin y María Becerra.
Ninguno de los españoles que optaban a galardón durante la gala previa -como C. Tangana, al mejor álbum latino de rock o música alternativa, y Pablo Alborán, que optaba al mejor álbum de pop latino- se llevaron el gramófono.
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