Ariel Rot: «¿Un disco autobiográfico? Quizás»

El músico disfruta de su nuevo disco, «La manada», uno de los más celebrados de su carrera

Ariel Rot, en un momento dulce ÓSCAR DEL POZO

NACHO SERRANO

Producido por su inseparable socio José Nortes, el duodécimo disco en solitario de Ariel Rot ha sido uno de los más aplaudidos de su carrera. Sutilmente alejado del canon sónico del mainstream del pop-rock nacional, «La Manada» se desenvuelve en una atmósfera de pub y tiene un espíritu de banda en directo que hacen de esta gira un delicioso caramelo para sus fans. «Mi grupo es una de las manadas a las que pertenezco, porque pertenezco a varias en realidad. Y cuando estamos en el escenario tratamos de ser cercanos pero indomables», ríe el músico argentino, que ya ha presentado su nueva criatura en ciudades como Valencia, Córdoba, Bilbao o Málaga y ahora llega a Madrid (entradas aquí ).

La portada del álbum también es obra de un miembro de la gran manada musical, Víctor Abundancia, más conocido como Víctor Coyote. «Al ser músico además de artista, era una de las mejores personas que podían hacer la portada», asegura Rot. En cuanto a lo que importa de verdad, las canciones, el ex Tequila explica que ofrecen un recorrido vital, «como en una road-movie que termina con una despedida. De ahí que el último tema se titule “Me voy de viaje”. Puede que tenga algo de autobiográfico , puede que no. En cualquier caso, eso no significa que me vaya a retirar ni nada por el estilo, ¡jaja!».

Otra de las canciones, más destacables, «Broder», tiene mucho de homenaje a Julián Infante , su compañero en Tequila y Los Rodríguez (fallecido en 2000 por motivos probablemente relacionados con los excesos), al que dedica algunas frases que le gustaría «haber dicho en su momento». También hay espacio para darse un abrazo fraternal con las nuevas generaciones, como en «Espero que me disculpen», grabada junto al dúo Los Zigarros, que quién sabe, quizá suban al escenario de la But este sábado (que según hemos visto en su página web, es día libre para ellos). «En realidad no los conozco desde hace mucho tiempo», cuenta Rot. «Coincidimos en un festival en Formentera, que era alucinante. El mejor sitio para conocer a músicos jóvenes y nuevos como Los Zigarros . Era todo muy hippie, nos dijeron que lleváramos sólo nuestra púa, ¡jaja! Y al llegar nos encontramos con una colección increíble de guitarras a nuestra disposición. Enseguida me presentaron a Los Zigarros, nos pusimos a charlar y me di cuenta de que tenía mucho en común con ellos. Hablamos los mismos códigos, nos ocurren los mismos desastres...».

En realidad este nuevo disco tiene mucho de juvenil , ya que nació como nacen los viejos discos de rocanrol. «Estaba muy disperso, con demasiadas cosas en la cabeza», cuenta Rot. «Y entonces empecé con un método casi terapéutico, que fue encerrarme en mi sala insonorizada, enchufar la guitarra, poner pedales, distorsiones, y ponerme a grabar cosas de seis, siete, ocho minutos, improvisando y haciendo el loco, subiendo el volumen del amplificador al máximo y volviendo a hermanarme con el instrumento».

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