AUTOPSIA POP A UNA CANCIÓN DEL VERANO
'Aquí no hay playa', la coña infinita
En ese cénit de organización humana llamado Madrid, The Refrescos contrapesaron cualquier subida de humos de la urbe con su ‘one hit wonder’ del verano del 89
En ese cénit de organización humana llamado Madrid, The Refrescos contrapesaron toda subida de humos de la urbe con su ‘one hit wonder’ del verano del 89. Porque «aquí no hay playa, ¡vaya, vaya!» . Eterna burla del grupo de ska madrileño que no desbarataría ni la Unesco nombrando Patrimonio de la Humanidad hasta a la Cañada Real. Porque «Aquí no hay playa, ¡vaya, vaya!», y todos en la Capital de los Alquileres Empáticos lo tienen grabado a fuego y huyen en la canícula, si pueden. «Bajo los adoquines, está la playa», dijo nunca nadie en agosto en Madrí.
Por supuesto, este fue el origen del irónico tema de The Refrescos, con el que escalaron hasta el ‘Número 1’ en la lista de Los 40 Principales. O sea, el agosto desagusto, el calor de cemento, el cemento del vacío y todo eso. Como consuelo, el intercambiador de la Avenida América en su momento más zen. De hecho, Ayuso y Almeida tienen un bonito reto de marketing para camuflar este éxodo que tanto malpublicita a la ‘city’. Recuerda a cuando los atletas cubanos compiten fuera de la isla, que aprovechan cualquier oportunidad para fugarse... En defensa de la ‘chulalópolis’, Jonás Trueba. El cineasta aprovechó para ‘rohmerear’ en fiestas tan encantadoras como la Paloma.
«Podéis tener Retiro , Casa Campo y Ateneo , podéis tener mil cines, mil teatros, mil museos…», frasea Bernardo Vazquez ‘Bernárdez’ , al que se le ocurrió todo «paseando el perro de mi hermana. Hago canciones como el que se fuma un pitillo». La mofa continúa: «Podéis tener el mando del imperio en vuestras manos. Pero al llegar agosto y el verano…». Antes, de fondo, el sonido de la marea y las gaviotas. Otro puntazo, cuando lanzan ese bizarro «¡Escucha, Leguina !». Y justo ahí, en el videoclip, varias mujeres en ‘topless’ en la playa se contraponen al termómetro a 43º de Cibeles. Con su «aquí no hay playa, ¡vaya, vaya!», los bailongos The Refrescos dieron el salto al agravio imperecedero y se encadenaron al imaginario popular. La coña infinita. Y exagerada. La ciudad respira también un silencio especial...