El emocionante poema que Andrés Calamaro ha escrito a Madrid

El músico argentino actúa hoy en el festival de las Noches del Botánico y recitará estas líneas en las que homenajea la capital de España

Andrés Calamaro presenta «Cargar la suerte» en la capital MANUEL GÓMEZ

Álvaro Alonso

Hubo un tiempo no muy lejano en el que este Madrid que tanto nos mata, que diría Moncho Alpuente, vivió migraciones de argentinos. Dado lo cíclico de su economía, por las calles han ido llegando, cada cierto tiempo, una oleada de muchachos de acento lindo , te los encontrabas repartiendo «flyers», asaltando las cabinas de «disc jockeys», como mánagers o creadores publicitarios altamente cotizados. Y asaltaron también los cuarteles de invierno del rock & roll hispano, Moris, Ariel, Andrés , enseñándonos por fases el «savoir faire» en castellano. Argentina y España, en desigual relación. Es el argentino amante de la aventura, de maleta ligera y ágil. No así el ejemplar celtibérico, apegado a su árbol, su alcorque y su adoquín. Y, por circunstancias geográficas e históricas, mucho más duchos ellos en bandoneón y cultura musical , desde los albores del siglo pasado. Iluminado, bien entrado el siglo XXI, Andrés Calamaro , heredero de esa tradición, ha ido cargando sus alforjas con grandes canciones, desde aquella celebérrima «Flaca», o «Te quiero igual» , madurando como artista.

Recién ha escrito un disco en 2018 de producción docta, este «Cargar la suerte» , con cortes también grandes como «Diego Armando Canciones», un disco anclado en el «hic et nunc», que anda presentando estos días por la piel de toro. ¡Ay como aparezcas en su concierto con una camiseta falsa de los Ramones!

Sea o no una estrategia de «marketing», lo cierto es que le ha salido bien su última faena: Andrés, en el ojo del huracán mediático , ha tenido que retratarse, que no retractarse, en sus declaraciones: «Respeto las tradiciones, los idiomas, las identidades, la tauromaquia». De rebote, mira por dónde, se convierte en «trending topic» . El celebrado hórror vacui de nuestro tiempo, todo sea dicho. Todo, porque Andrés publica antes en Twitter, en un subidón, que se identifica más, visto el percal, (ay, ay ay) con los «patriotas reaccionarios».

«La vida es puro teatro», cantaba La Lupe. Para entender a Andrés, hay que leer a Anaximandro . Para saber lo que es «volver». Y, luego, dejar que la música hable. Que no nos arrebaten la libertad , cuando menos, que entonces nada nos queda.

Y ahora aprovechamos para reproducir los versos que Andrés Calamaro ha dedicado a la capital de españa y que recitará hoy en las Noches del Botánico.

Tu nombre tiene música, Madrid

Resuena en los clarines.

De cocido y botellines

De canutos con amigos.

De tertulias con poetas

Capital desconsolada.

Del imperio de Almodóvar

Mi penúltima morada

Territorio de migrantes

Interiores y de afuera.

La movida que se mueve

En el arte siempre inquieta.

Tu elegante y disonante

Melodía en un cigarro.

Los tendidos de la sombra

Que refluyen naturales.

Escenario de congresos

Y de patria como lengua.

Tu nombre tiene música

Si mengua mi tabaco.

Renace en la cerveza

De mañana al mediodía.

Tremenda melodía

la que escucho cuando viajo.

Lejos de estas calles que son mías

Madrid entera, tu melodía.

Me viste en mis peores días

Y madrugadas en la Gran Vía

Botánico lunático

jardín aristocrático

de versos académicos

nocturna y hermenéutica

Tu sello filatélico

Tu sílaba socrática

De crin polifacético

Madrid o no soy nada

Domingo Viva Zapata

Torero caro.

Tus naturales dorados

De Mona Lisa refractaria.

Edu de Asturias Mongolia

Vas como pedo de fabada.

Ofendiendo y enamorando

Juana de Arco y la opinión

[pública.

Demasiado pública para un

[discípulo

De Gustavo Bueno y Jorge Martínez.

Como el maestro de Chaves

[Nogales

Que escribió con diamantes

La vida del Pasmo de Triana

De las marismas.

Cumplí treinta años en Madrid

Y vuelven 57.

Al Botánico de la estatua de Radio

[Futura

La segunda generación de

[Tablada 25.

Se presenta en la Villa sin corte

Con el último Ronaldo

Pasajero

Me clavo una redondilla

A la villa y a la corte.

Que el respetable soporte

Si va al suelo la rodilla.

Botánico maravilla

Madrid es Plaza de Toros.

Es de judíos y moros

Me despido mientras tanto.

Para enfocarme en el canto

Que me sale por los poros.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación