Amaral, un estreno por todo lo alto
El festival arrancó con problemas de sonido, pero acabó con la apoteosis pop del dúo zaragozano
Justo antes de entrar en el recinto del DCODE , un grupo de chicos y chicas repartían publicidad de oootro nuevo festival en Madrid. No se han estrujado el cerebro: se llamará «El Festival» y tendrá lugar en la Caja Mágica dentro de un par de semanas. Mientras debatían si también se pegará un leñazo como la hecho el Weekend in the City (que se ha tenido que cancelar por la escasa venta de entradas), los Dcoders procedían a cerrar de forma «oficial» la temporada de festivales enfilando el camino de acceso al Complejo Deportivo Cantarinas, donde tiene lugar este macroconcierto desde hace varios años.
Al ser un festival de un solo día, DCODE abre cada año sus puertas muy pronto, esta vez a las once y media de la mañana, quizá demasiado pronto para comenzar una fiesta. Pero el reclamo de Carolina Durante , que tocaba al mediodía, fue suficiente para atraer a unos cuantos miles de Dcoders tempraneros en busca de un salvaje concierto matutino. Y pudo haberlo sido, de no ser por los problemas de sonido que casi estropearon su actuación. Hasta cuatro veces sin quedaron sin potencia en los amplificadores los madrileños, que tuvieron que tirar de fragmentos a capela para no suspender por completo su intervención. «Gracias a vosotros, y no al DCODE», dijo su cabreado cantante al terminar el show.
La Casa Azul montó uno de sus clásicos fiestones a la hora de comer (sin que faltara su infalible «La revolución sexual»), con una solana que no quemaba tanto como en otros años por estas mismas fechas, y Viva Suecia construyó otra de esas comuniones con el público que tanto hacen que se hable de ellos. Y sería sólo la primera del día para los murcianos: nada más terminar de tocar, se metieron en una furgoneta rumbo a su tierra para tocar en el festival B-Side, solo unas horas después.
Con el sol todavía bien alto, DCODE recibió una nueva oleada de festivaleros para ver a Miss Caffeina , que ya empezaron a dejar el recinto pequeño. «Es un placer estar en nuestra ciudad, y en un escenario más grande. Esta canción se la dedicamos a todos nuestros enemigos de la infancia. Se llama “Calambre”», dijo el cantante a su hinchada, que recibió con ovaciones otros hits de su repertorio como «Ácido», «Fiesta nacional», «Oh sana», «Mira cómo vuelo», «Bitácora» y hasta una versión del bombazo de baile «Freed from desire» de Gala y un guiño al «Vogue» de Madonna, todo ejecutado con una sorprendente solidez por el cuarteto, que además no paró de interactuar con la multitud, en un sabio ejercicio de inteligencia emocional festivalera.
Los suecos The Cardigans lucieron leyenda en el mismo escenario con la caída de la noche, mientras el estadounidense Eels calentaba el ambiente en otra de las tablas del festival, donde a partir de las diez de la noche se empezó a congregar la multitud para recibir a Amaral , que comparecieron en DCODE para estrenar en directo su nuevo disco «Salto al color» recién salido del horno (se publicó este mismo viernes). Y con él empezaron su repertorio a las diez y media de la noche, disparando los punteos de guitarra de «Señales» en oleadas hacia el público, y presentando las novedades sintéticas de esta nueva etapa con una perfecta sincronización. Sin embargo, tratándose de un festival, Eva Amaral y Juan Aguirre decidieron tirar de viejos hits antes de lo esperado, y de pronto encadenaron sus dos canciones más populares, « El universo sobre mí » y «Marta, Sebas, Guille y Los Demás», para regocijo de los que los siguen desde sus primeros días. Después dieron un salto en el tiempo hasta «Hoy es el principio del final», un tema muy exigente vocalmente, que sirvió para comprobar que Eva sigue siendo una de las mejores cantantes pop de este país, y regresaron a la presentación de su nuevo trabajo desplegando una «Bien alta la mirada» de altos vuelos. «Eso de que quien bien te quiere te hará llorar, no nos cuadra. Quien te quiere te querrá bien alta », dijo Eva a su público (que después celebró el guiño final a «A galopar»), ya numerosísimo al acercarse la medianoche. Y es que se hablaba mucho de que el cartel de este año no era demasiado atractivo, pero al final, DCODE logró una estupenda cifra de asistencia, con unos veinte mil asistentes que despidieron el verano saltando al color por todo lo alto.