Amaia Montero carga contra La Oreja de Van Gogh en Twitter, y después borra su cuenta
La artista asegura que «las caretas tarde o temprano se pudren y se caen y entonces es cuando se ve la verdadera cara», e insinúa que la nueva cantante es una mujer «carente de personalidad y sumisa»
El guitarrista y compositor de La Oreja de Van Gogh , Pablo Benegas, dijo estas palabras a este periódico el pasado mes de abril: «Tenemos relación y contacto con Amaia. Mantenemos una relación normal, y está todo bien». Pero una nueva polémica, la enésima entre la cantante y su viejo grupo, ha vuelto a demostrar que eso está bastante lejos de la realidad.
Este domingo, Amaia Montero tuiteó este mensaje, claramente dirigido a sus antiguos compañeros: «Quiero pensar que la vida es justa, que le tiempo pone a cada uno en su lugar, que las caretas tarde o temprano se pudren y se caen y entonces es cuando se ve la verdadera cara. Y aunque ya vamos tarde, no pierdo la esperanza de que ocurra. Ese día descansaré y se hará justicia». Después afinó incluso más aún, lanzando esta grave insinuación sobre la nueva vocalista de la banda, Leire Martínez: « Las hay absolutamente carentes de personalidad, sumisas que se dedican a cumplir órdenes bajo el lema del «easy life», que para mí eso no es vivir, es respirar, y qué horror vivir sin poder ser uno mismo teledirigido y encima ir de todo lo contrario».
Para rematar, dio algunas pistas sobre lo amarga que fue su salida de LODVG: «Yo pertenezco a un tipo de personas radicalmente contrarias, con mis equivocaciones, mis aciertos, pero con las cosas claras. Y eso es difícil de aceptar para ciertas personas. Eso desgasta, desgasta mucho. No es tan fácil como 'Amaia se fue'. Siempre lo he dicho, prefiero morir de pie que vivir de rodillas».
Tras esta retahíla de mensajes, uno de sus seguidores lanzó una pregunta sutilmente: «Quiero pensar que están pasando más cosas con La Oreja de Van Gogh que no son públicas para que tenga esta actitud últimamente», a lo que Amaia contestó: «Bingo» . A continuación, invitó a sus fans a preguntarle lo que quisieran: «Tras 13 años esquivando la pregunta de millón que todo el mundo me hace, y cuando cuento lo que ni siquiera podría ser el prólogo, me disparan a matar. No llevo el chaleco antibalas puesto, así que adelante. ¡Y no os dejéis nada, por favor!». Poco después, profundizaba sobre su marcha de la banda: «Estar bien significa entre otras cosas no permitir que te insulten, te vejen, te hagan bullying, etc... estoy en paz». Tras esta tremenda rajada, Amaia ha escrito «Una retirada a tiempo es una victoria» y ha borrado su cuenta de Twitter . Este periódico ha intentado hablar con La Oreja de Van Gogh a través de su agencia de management para conocer su reacción a estas acusaciones, pero no ha habido respuesta.
Lo cierto es que esta pequeña avalancha de acontecimientos se veía venir desde hace unos días, cuando Amaia se enzarzó con un seguidor del grupo que compartió en redes una foto de varios discos de La Oreja de Van Gogh firmados por Leire Martínez, incluyendo los que grabó Amaia. «¡Impresionante colección en cuanto a la cantidad de material! pero ninguno de los míos está firmado por mí... y eso hace un tanto extraño por no decir otra cosa! Jamás firmaría un disco que no me correspondería .... por pura honestidad y respeto», le replicó Montero.
El divorcio se produjo en 2008, tras once años de carrera y más de seis millones de discos vendidos. Siempre se ha especulado con que Amaia dejó el grupo para lanzar una carrera solista con mayor proyección comercial y mayores beneficios para ella, al no compartirlos con ningún otro músico. Pero los rumores apuntan a que hubo algo más: se dice que no se sintió bien tratada en la toma de decisiones ni en el plano personal (por eso la mención al bullying), y de ahí la inquina que sigue perdurando a día de hoy. Lo que nadie de su entorno niega es que la tensión entre Amaia y Benegas fue un crescendo durante su tiempo juntos.
Los componentes de LODVG explicaron lo que sintieron cuando Amaia se marchó a los pocos días de anunciarla: «Fue como tirar del freno de mano a 200 km/h. Había sido una década de una intensidad irreconciliable con nuestras vidas de antes pero aquella tarde se frenó en seco. Fue como hacerse adulto de un día para otro. Después de un par de semanas muy complicadas, de mucho miedo y conversaciones entre nosotros, tomamos la decisión de continuar con el grupo sin saber muy bien hacia dónde nos dirigíamos. Lo único que teníamos claro era que queríamos seguir juntos. Decidimos celebrar nuestra decisión y nos fuimos a cenar los cuatro. En el restaurante, Xabi nos sorprendió con cuatro ejemplares del libro de David Trueba «Cuatro Amigos». Había escrito en la portada de cada uno de ellos una palabra. Al juntarlos completaban la frase «solo juntos tiene sentido. Fue muy emocionante. Nos abrazamos y lo celebramos sin piedad. Aquella noche sentimos que juntos éramos invencibles y comprendimos que 'La Oreja de Van Gogh' no era una historia de música, era una historia de amistad».