¿Que fue de A-Ha, el «one hit wonder» de «Take on Me»?
La banda noruega llegó a lo mas alto gracias a uno de los mejores videoclips de todos los tiempos, pero no supo gestionar su éxito
Habrá quien se lleve las manos a la cabeza cuando vea que decimos que A-Ha fueron un «one hit wonder», porque en Europa tuvieron varios éxitos y en su Noruega natal fueron unos colosos del pop. Pero lo cierto es que muy poca gente recuerda alguna canción suya que no sea el famoso «Take on me» . Una canción que, por otro lado, no hubiera sido nada sin su videoclip: el single no fue ni mucho menos un éxito inmediato. De hecho, pasó desapercibido hasta que aquel impresionante cortometraje de animación nos lo incrustó en la cabeza.
La semilla del grupo se había formado en 1976, cuando el guitarrista Paul Waaktaar-Savoy y el teclista Magne Furuholmen fundaron la banda Bridges. Después de un álbum de debut fallido, aparcaron el proyecto y buscaron un cantante con buena voz, actitud, carisma e imagen. Intentaron hacerse con los servicios de Morten Harket, vocalista de Soldier Blue, y tras varios meses de tira y afloja, éste aceptó su oferta a mediados de 1982.
Mientras leía las letras de una de las composiciones de Savoy, Harket encontró una expresión con gancho: A-ha. Lo curioso es que el tema en cuestión, «Nothing to it» no fue publicado hasta 2010, en una reedición.
El trío se marchó a pasar una temporada a una cabaña de los padres de Savoy para componer, y de aquel proceso creativo surgiría el grueso del disco de debut de A-Ha, que fue grabado a finales de 1982. Cargados de ambición e ilusiones, los tres viajaron a Londres para presentar su obra a varias compañías discográficas. Pero fueron rechazados por todas y acabaron malviviendo en la capital británica hasta que la bofetada de realidad los devolvió a Noruega.
Pero cual vikingos, no se rindieron y volvieron unos meses después para hacer una nueva incursión en Inglaterra. Y así fue como en el invierno de 1983 consiguieron firmar con Warner, que les exigió un hit de inmediato. Se pusieron a trabajar sobre un viejo tema de Bridges, «The Juicyfruit Song», cuyo título derivó en «Lesson One» y finalmente en «Take on me». El lanzamiento, en octubre de 1984, se saldó con un fracaso total: se vendieron trescientas copias.
Convencidos de que la canción tenía mimbres de hit, A-Ha la remezclaron para volver a lanzarla en abril de 1985, pero ésta volvió a estrellarse estrepitosamente. Entonces llegó la idea que lo cambiaría todo: un videoclip revolucionario, basado en una combinación de imagen real y animaciones en blanco y negro que narraba la historia de un romance entre una chica y un personaje de comic, un amor entre dos mundos que sedujo a millones de espectadores en todo el mundo. Dirigido por Steve Barron y creado en cuatro meses de arduo trabajo en los que se montaron más de tres mil fotogramas, el vídeo se convirtió en un éxito instantáneo que ganó seis premios MTV el año siguiente. Por fin, «Take on me» llegaba a lo más alto en las listas de ventas no sólo europeas, sino también en Estados Unidos.
El single, que vendió más de nueve millones de copias impulsó el lanzamiento del primer disco de A-Ha, «Hunting High and Low», en octubre de 1985. De él salieron otros hits, especialmente «The Sun Always Shines on T.V.», que fue número uno en Inglaterra.
Sade les robó el Grammy a Mejor Artista Nuevo, pero nada impidió que su popularidad siguiese creciendo durante 1985, cosa que su compañía no quiso desaprovechar. El grupo grabó su segundo disco («Scoundrel Days») a toda prisa, y aunque vendió casi siete millones de copias, no pudo acercarse al listón marcado por «Hunting High and Low». Su canción para la película «James Bond 007: Alta tensión», titulada «The Living Daylights», sí fue un bombazo. Pero entonces, empezó la cuesta abajo.
En mayo de 1988 A-ha lanzó su tercer álbum, «Stay on These Roads», que registró un nuevo bajón en ventas. Esta vez, se despacharon cuatro millones de copias. Aunque el final de los ochenta y el arranque de los noventa fueron felices, con conciertos multitudinarios como el de Rio de Janeiro (en 1992, ante casi 200.000 personas) o el de las Olimpiadas de Lillehammer, sus siguientes trabajos fueron sumergiéndolos poco a poco bajo la superficie hasta que, en 1994, la banda se disuelve y sus tres miembros emprenden sendas carreras en solitario.
Sin embargo, en 1999 todos vuelven al redil, y en 2002 dan su esperadísimo primer concierto en España, en una gira accidentada ya que tuvo que ser pospuesta un mes por la huelga de controladores aéreos de junio de 2002. Cuatro discos después, volvían a separarse de forma agria, en 2010. Ese mismo año se despidieron de nuestro país con un concierto en Vistalegre, que resultó tristemente afeado por la penosa acústica del recinto.
En 2011 se reunieron para un concierto en homenaje a las víctimas de los atentados del 22 de julio en Oslo y Utøya, con la promesa de no volver más a los escenarios. Pero cuatro años más tarde llegaría el que hasta la fecha es su canto de cisne, «Cast in Steel», álbum que fue presentado en una gran gira mundial.
Parecía que ese sería el final de A-Ha, y no hubiera sido una final malo: habían vendido cien millones de discos. Pero, cosas de la vida, ahí ha vuelto «Take on me» al rescate. El videoclip de la canción ha vuelto a ser noticia porque ha superado los mil millones de reproducciones en YouTube, y ha vuelto a poner al grupo en circulación. El próximo 27 de junio, se les podrá ver de nuevo sobre el escenario en el festival Rock in Rio de Lisboa.