40 años de la «Movida», el destello de la fiesta sin fin
El 9 de febrero de 1980 se celebró el concierto de homenaje a Canito, considerado su momento fundacional. Un nuevo libro hace un recorrido por aquella época con fotografías inéditas y entrevistas a sus protagonistas

La «Movida» fue un movimiento por la libertad, por supuesto. Pero también fue un poco autista, de tan superficial: mientras Leño vociferaban con rabia «Es un mierda este Madrid», Santiago Auserón se enorgullecía de estar «Enamorado de la moda juvenil» con sus Radio Futura . También fue muy excluyente. Tanto, que marginó a sus propios padres fundacionales, Los Secretos , que fueron los que le dieron su primer sentido de comunidad a aquella incipiente escena musical, al organizar (cuando aún se llamaban Tos) el concierto que se consideraría la semilla de la nueva ola, el homenaje a Canito en la Escuela de Caminos, el 9 de febrero de 1980 .
Los principios fundamentales de la «Movida» ayudaron a que los del neo-mercantilismo penetraran en la sociedad a ritmo de un pop que parecía transgresor, pero que, paradójicamente, no molestaba a nadie. Si no te gustaba la «Movida» eras un carca, y punto. Nadie quería ser un carca en 1980 , y lo carca acabó convirtiéndose en lo transgresivo.

Fueron, efectivamente, años muy locos y desconcertantes que dieron para infinidad de anécdotas delirantes, como la del encuentro entre Siniestro Total y el Papa Juan Pablo II. Al salir de la emblemática sala de conciertos Rock-Ola un día de 1982, los componentes de la banda gallega se dieron de bruces con el papamóvil, que se dirigía al aeropuerto tras la visita del Sumo Pontífice a España. «Nos pusimos a saludarle, pero miró para otro lado», cuenta su líder Julián Hernández en el libro «La movida madrileña» , que recoge en imágenes y palabras aquella época de revolución individual.

Publicado por la Editorial Tébar Flores, reúne decenas de fotografías inéditas tomadas en aquella época por Eduardo Cimadevila a los grupos musicales fundamentales y otros menos conocidos, y entrevistas de Ana Aparicio Cillán con algunos de sus principales protagonistas. El libro aporta información de veintinueve grupos y entrevistas con dieciocho de ellos. La nómina incluye, entre otros, a Burning , Radio Futura, Siniestro Total, Loquillo y Trogloditas , Danza Invisible , Ilegales , Kaka de Luxe , Alaska y Dinarama , Gabinete Caligari , Derribos Arias , Glutamato Ye-yé , Sindicato Malone , Aviador Dro , Golpes Bajos , Los Elegantes y Los Secretos.

Ana Aparicio Cillán, especialista en este movimiento músico-social, apunta a su comienzo el 9 de febrero de 1980 con el concierto de homenaje Canito, cantante y batería del grupo Tos que había muerto el mes anterior en un accidente de tráfico. Pero la actividad de los grupos que conformaron esta corriente ya venía manifestándose, y no solo con los grupos de música sino con artistas de otras disciplinas: fotógrafos, pintores, dibujantes de cómics, cineastas o diseñadores .
Esta mirada hacia atrás devuelve una imagen entre humorística y descarnada de aquellos años musicales en Madrid. Con la distancia y perspectiva que dan los años, músicos como Javier Ojeda (Danza Invisible), Jordi Vila (Loquillo y Trogloditas), Luis Auserón (Radio Futura), Servando Carballar (Glutamato Ye-Yé) o Emilio López (Los Elegantes) repasan sus vivencias de aquella época dorada y analizan el peso e influencia que su participación tuvo en la sociedad y la música españolas, compartiendo multitud de anécdotas y confidencias. En total, más de 100 artistas están presentes de una u otra forma en esta obra.

Las imágenes de Eduardo Cimadevila captan fundamentalmente momentos de innumerables conciertos de la «Movida» y de sus grupos entre finales de los 70 y principios de los 80, pero también del público heterogéneo que acudía a ellos, de las tribus urbanas , como los modos o los punks, que afirmaban física y verbalmente con descaro sus identidades. Y las entrevistas de Ana Aparicio ofrecen una fuente de contrastes y memorias plurales que enriquecen este recuento de época, dando forma a un amplio fresco histórico, cultural e íntimo.
Para algunos músicos, como Álvaro Urquijo, de Los Secretos, no existió una movida de la que se sintieran parte; para otros, como Juanma del Olmo, de Los Elegantes, a la «Movida» la llamaban Nueva ola madrileña. Fermí Presas, de Gabinete Caligari sintetiza musicalmente aquello que definiría a los grupos de la ‘movida’: composiciones propias de dos o tres minutos, letras en castellano y una melodía muy clara, mientras que Patacho, de Glutamato Yeyé, resume el espíritu de aquel tiempo: « Cada día era una fiesta , una fiesta continua, las veinticuatro horas al día, los siete días de la semana, las cuatro semanas del mes».

Madrid fue el centro de esta corriente, pero en el libro comparecen grupos y músicos de otra «movidas» propias en sus regiones (Galicia, Andalucía, Cataluña) que inevitablemente recalaron en la capital de España, como Kiko Veneno : «Yo venía de otra movida. Era un torbellino creativo y desmitificador que abría una nueva etapa de avance hacia una época nueva de libertad y democracia».





Los autores del libro
Eduardo Cimadevila (1957) es técnico especialista de Imagen y Sonido y licenciado en Ciencias de la Información (especialidad Imagen Visual y Auditiva) por la Universidad Complutense de Madrid. Desde 1985 imparte la docencia como profesor técnico en Procedimientos de Imagen y Sonido. Durante los años de la Movida, inmortalizó con su cámara decenas de conciertos a los que asistía, construyendo un valioso tesoro documental.
Ana Aparicio (1980) es licenciada en Ciencias de la Información (especialidad de Publicidad y Relaciones Públicas) por la Universidad Pontificia de Salamanca. Su proyecto final de carrera se basó en una investigación que llevó por título La Movida Madrileña: no solo música. Contexto histórico, político y social. Su carrera profesional ha estado ligada a la música , tanto en la docencia como en distintas cuestiones de programación y management.