Fallece Gloria Van Aerssen, uno de los dos rostros de «Vainica Doble»
Van Aerssen era, junto a la también fallecida Carmen Santonja, el alma de este histórico dúo que protagonizó una de las páginas más vanguardistas de la denominada «movida»
Gloria Van Aerssen, una de las dos componentes del popular dúo «Vainica Doble» ha fallecido este jueves en la madrileña localidad de Cercedilla, a los 83 años. Van Aerssen era, junto a la también fallecida Carmen Santonja , el alma de este histórico dúo que protagonizó una de las páginas más vanguardistas de la denominada «Movida».
Entre 1970 y 2000, año de la muerte de Santonja, «Vainica doble» publicó 11 álbumes, actuaron en diversas películas y pusieron banda sonora junto a «Con las manos en la masa», programa de televisión cuya cabecera era interpretada por ellas junto a Joaquín Sabina . Labor que repitieron para algunas de las sintonías más conocidas de televisión, como la de la series «Juncal» y «Celia». Su obra es interpretada todavía por Luz Casal , artista para la que han compuesto varias canciones, como lo hicieron para Sergio y Estíbaliz o Paco Clavel .
Fue precisamente su labor de compositoras las que hizo que se fijasen en ellas para impulsar su carrera. Vainica Doble llegaron al contubernio musical de los años setenta de una manera más o menos casual. Cantaban por ahí, sobre todo en casa, de manera discreta, en la intimidad y en la ducha, pero poco a poco irían conociendo a tipos de pro de nuestra música como Manolo Díaz, Pepe Nieto y Miguel Ángel Arenas, «Capi» , que de vez en cuando las convencían para que agavillaran un puñado de canciones y se pasaran por el estudio.
Así llegaron sus discos: «Vainica Doble» (1971), «Heliotropo (1973), «Contracorriente» (1976), «El eslabón perdido» (1980), «El tigre del Guadarrama» (1981), «Taquicardia» (1984), «1970» (1991), «Coser y Cantar» (1997), «Miss labores» (1999) y «En familia» (2000) , repletos de sabiduría y originalidad. En 1997, cuando todo el mundo da por finiquitada la unión musical entre Gloria y Mari Carmen, reaparecen con un nuevo trabajo, Carbono 14 (Polygram), que cuenta con colaboraciones de Miguel Bosé, Alejandro Sanz o Germán Coppini entre otros.
En un carrusel de anécdotas del grupo, se podría incluir que el «El Heliotropo», el segundo álbum del dúo como se mencionaba, fue producido por el poeta José Manuel Caballero Bonald, en una faceta algo desconocida del premio Cervantes, que trabajó como productor de discos para Ariola.
Fueron referenciales para importantes músicos de «La Movida», reivindicadas de hecho constantemente por Fernando Márquez «El Zurdo», figura preeminente del movimiento, que incluso publicó un libro de entrevistas con el dúo. Carlos Berlanga hizo una versión de «La funcionaria» también, en donde participaban las propias Carmen Santoja y Gloria Van Aerssen. Y enlazando, este tema aparecía en el disco «Taquicardia» de 1984, que reeditó el sello Munster hace unos pocos años. Y es que esta banda gozaba y goza de ascendiente entre la juventud, como se vio en la Movida con los ejemplos mencionados o posteriormente con las versiones de sus canciones que han hecho bandas como Grupo de Expertos Solynieve o Nacho Vegas.
Precisamente este pasado julio, con motivo del 15 aniversario de la muerte de Carmen Santoja, se llevó a cabo un concierto inédito homenaje a las Vainica. Como se señalaba en la promoción del concierto, «Carlos Berlanga y Fernando Márquez acercaron a Vainica Doble a los nuevos grupos de música indie como Le Mans, La Buena Vida, Nosoträsh o Family, algunos de los cuales grabaron también para Elefant Records, compañía que editó el último disco del dúo». El homenaje lo llevaron a cabo grupos como Parade, Pauline en la playa o El día después (el nuevo grupo de «El Zurdo»).
La muerte de Gloria Van Aerssen era esperada por su familia, que publicaban un emotivo texto de despedida en el que aseguraban haber aprendido que «la música, la pintura, el cine te ayudan a disfrutar los buenos momentos y superar los malos. Nos ayudarán ahora a decir adiós a las meriendas, a los paseos, a las partidas de gin rummy, a los gin tónics, a las conversaciones disparatadas. Siempre nos dijo que quería morir comida por un oso polar, tal y como hacían los esquimales en «Los dientes del diablo». No hemos conseguido encontrar un oso, pero sí un hospital en medio de un bosque en Cercedilla, donde ha sido tratada con mucho cariño, y la han ayudado a morir sin sufrimiento».
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