Entrevista

Estopa: «Politizar la música es prostituir la música»

Tras 15 años en la cresta de la ola, los hermanos Muñoz presentan su nuevo trabajo 'Rumba a lo desconocido'. «El paso del tiempo no ha desgastado nuestras ganas de componer»

Estopa: «Politizar la música es prostituir la música» fOTOS: MAYA BALANYÁ; VÍDEO: SONIA SÁNCHEZ

AITOR SANTOS MOYA

David y José Muñoz son dos tipos peculiares. A golpe de caña de cerveza —y algún que otro pitillo— van superando preguntas con la naturalidad y el desparpajo que les caracteriza. En pleno corazón de Madrid presentan su nuevo trabajo 'Rumba a lo desconocido' y para tal fin, están dispuestos a todo. Hasta el punto, incluso, de que algunas entrevistas tengan lugar dentro del acogedor escenario que han preparado para el lanzamiento. «Se está más a gusto en la calle, pero aquí tenemos el cartelito detrás. Mola, ¡eh!».

El cartel promocional mola, pero mucho más los protagonistas. Aunque se empeñen en reiterar que ya tienen una edad, por ellos no parecen pasar los años. José mantiene su rasta. David, siempre será David. Y entre ambos, prometen larga vida a Estopa . Ganas no les faltan, talento nunca les ha faltado... ¿y cañas?, tendrán que esperar a la siguiente conversación.

- Pregunta formal para romper el hielo. ¿Qué queda y qué ha cambiado de aquellos jóvenes e irreverentes hermanos Muñoz que dejaron su barrio de toda la vida (San Ildefonso de Cornellá de Llobregat) para vender más de cuatro millones de discos?

David: «Quedar, quedan los restos y lo que ha cambiado es el tiempo. El paso del tiempo te va moldeando y erosionando».

José: «El transcurso de los años tampoco nos ha dado que ahora lo sepamos todo. Seguimos siendo igual de ignorantes».

- ¿Os ha desgastado ese paso del tiempo?

D: «A la hora de componer no. En el resto de aspectos quizás. Ser el centro de atención es incómodo, pero por otra parte he de decir que el 99,9% de la gente es súper educada, se nos acercan de una manera natural, con sentido común y mirándonos a los ojos. Nosotros miramos a los ojos a todo el mundo».

J: «Bueno, dependiendo de la hora se acercan de una manera o de otra. No es lo mismo el chico que te pide un autógrafo a las 12 del mediodía con su periódico bajo el brazo, que el que te lo pide a las 5 de la mañana en la barra de un bar con siete copas encima».

D: «Luego está el 0,1% que es 'gilipollismo', pero eso es inevitable (risas)».

- ¿Estopa... por aquello de 'dar estopa'? ¿Tanta guerra distéis a los viejos?

D: «No mucha (risas). Estopa viene de que necesitábamos un nombre y realmente nos hacía gracia. Era oclusivo, misterioso, no todo el mundo conoce el significado, no tiene el artículo 'Los...', es como Ketama...».

J: «... pero ya estaba pillado».

- Hablemos del presente, ¿qué celebramos hoy? Un homenaje a la rumba... o a lo desconocido.

D: «Un homenaje a la rumba. Lo desconocido ya vendrá, es el futuro. Es el mar abierto».

J: «Es como cuando llega la tortuga madre y deja sus huevos en la típica playa australiana. Al cabo del tiempo salen del cascarón las crías y durante la travesía hasta el mar deben hacer frente a un montón de depredadores».

D: «Dragones de Komodo, varanos, cigüeñas incluso... pues no hay peligros, ni nada».

J: «Total, que de mil tortuguitas llegan cien. Pues nosotros nos sentimos como ellas, hemos llegado al mar y ahora viene el auténtico viaje».

- Nueve de cada diez vendedores de pianos afirman que Estopa ha logrado algo muy difícil en el panorama musical español: no caer mal a nadie. ¿Cuál es vuestro secreto?

J: «Ya nos estás diciendo quién es el vendedor que no piensa lo mismo (risas)».

D: «Nueve de cada diez médicos recomiendan el chicle sin azúcar. ¿Quién es el que no lo recomienda?».

- Olvidaros de los vendedores de piano, pero no de desvelar vuestro secreto...

D: «Discrepo, si que caemos mal a algunos. Es verdad que delante nuestra no nos lo han dicho, pero la realidad es que no puedes gustar a todo el mundo. Además, ni siquiera perseguimos ese objetivo. Si cayéramos en la trampa de gustar a todos, al Papa, a Obama... acabaríamos locos».

J: «Ya estaría guay. Pero de momento nos gustamos a nosotros mismos y con eso nos vale».

- Volvamos a lo serio, ¿cómo veis el negocio de la música hoy en día?

D: «La música ya estaba en crisis antes de la famosa crisis y además la música hoy en día no está tan valorada como lo estaba hace diez años. De hecho veo que a lo mejor la gente se piensa que los artistas somos muy millonarios y no compran discos porque dicen... “éste ya tiene mucha pasta”. Y yo creo que hay que pensar más allá, en los que montan los escenarios, en los que fabrican los discos, en los que limpian...».

J: «Sucede lo siguiente: si los discos no generan, las discográficas no pueden invertir en grupos nuevos».

D: «Dicho lo anterior, no tengo el valor moral de decirle a alguien que no piratee un disco. Cada uno es mayorcito, cada uno sabe si se puede llevar un 'Donette' de un supermercado o no».

- Pero en un supermercado suele haber un vigilante de seguridad...

D: «Aquí es más fácil, estás en la intimidad de tu habitación, pulsas 'Enter' y en un momento tienes el disco descargado. Pero en fin, quiénes somos nosotros para decir qué se debe hacer y qué no».

J: «Y los gobiernos no toman ninguna medida porque sería una medida impopular».

- Gracias a la pregunta anterior puedo enlazar con la situación actual de España, ahora que se avecina marejadilla justo al final de los Pirineos...

D: «¿Se avecina marejadilla? Yo no he visto llegar a las manos a nadie. Veo discusión, tensión creativa (risas), gente que piensa distinto en una misma mesa, independentistas, de Ciudadanos, del PP, del PSC...».

J: «La clave está en respetar lo que la gente piensa contrario a ti. Nosotros por ejemplo podemos ser votantes del 'No', pero respetamos a las personas que no apoyan nuestra postura».

- ¿Que opináis de que Junts pel Sí utilizara vuestra canción 'Pastillas de freno' para celebrar que habían ganado las elecciones?

D: «Cuando comercializas una canción la puede poner cualquiera».

J: «No necesitan pedir permiso, igual que las radios. Eso sí, yo creo que sería un error politizar la música».

D: «Politizar la música es prostituir la música. No es bueno hacer esa asociación. Y si me preguntas si me parece bien, pues que te voy a decir... ellos la ponen y nosotros ¡clin, clin, caja! Que la pongan muchas veces y así cobramos más. Y que se animen el resto de partidos».

- Ahora que está muy de moda todo lo emergente, ¿«coleta morada», «pájaro naranja»... o Inés Arrimadas?

D: «Un tío con coleta en la cama es un tío con coleta en la cama (risas)».

J: «En una 'guapocracia', Inés Arrimadas (más risas)».

D: «Pero pasa una cosa. Aunque ahora estemos de cachondeo, molesta un poco. Seguro que la señorita Arrimadas tiene muchos valores y talento, y Albert Rivera que también es un guaperas, y que además es colega nuestro, tres cuartos de lo mismo».

J: «Que culpa tiene el guapo de ser guapo o el feo de ser feo».

- Cambiando de tercio, pero siguiendo con otro tema de moda. ¿Es posible que en un futuro veamos a Estopa pulsando un botón, girando el asiento y diciendo al unísono «Tú eres la Voz»?

D: «Nunca digas de este agua no Bucarest, pero dicho esto, si me vierais estaría súper incómodo, no sería como soy... y estaría cobrando mucha pasta (risas)».

J: «No tengo ni idea. Es algo desconocido para nosotros».

D: «No me veo, porque sencillamente no me veo juzgando a nadie. En nuestros videoclips no seleccionamos a nadie, los tienen que hacer otras personas. Soy incapaz de decirle a un tipo “deja tu teléfono y ya te llamaremos”».

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