maratón

Tócala otras cien veces, Sam

The National editan en vinilo el concierto en el que durante más de seis horas y sin pausa interpretaron la misma canción, «Sorrow»

Tócala otras cien veces, Sam elisabet davis

jesús lillo

Incluso la casa de discos que edita «A Lot Of Sorrow» , envasado en una caja traslúcida con nueve vinilos transparentes , considera que se trata de un «artefacto absurdo». El mamotreto, comercializado con fines benéficos a un precio ligeramente superior a los doscientos euros, ni siquiera incluye un cupón de descarga digital para facilitar las cosas, lo que obliga al oyente a asumir la parte proporcional del esfuerzo que, hasta el agotamiento físico , pudiera servir de argumento a la obra. Durante seis horas y cinco minutos, sin descanso, hilvanando cada ejecución sin dejar de tocar sus instrumentos, la banda de Matt Berninger interpretó en mayo de 2013 su canción «Sorrow» un centenar de veces, en un concierto concebido y grabado en el MoMA PS1 por Ragnar Kjartansson , realizador que tiende a reflexionar sobre el tiempo, la repetición y la música y que a veces, todo hay que decirlo, se pone bastante pesado. Como a los ciclistas en plena faena, a los miembros de The National les tuvieron que dar de comer en bandejas para no interrumpir el recital. A Kjartansson hay que darle de comer aparte.

Kjartansson reflexiona sobre las estructuras del tiempo

Un día después de interpretar «A Lot Of Sorrow», cuya versión videográfica se ha podido ver en galerías y museos europeos -el pasado agosto, dentro de un ciclo del Berliner Festspiele a analizar «las estructuras del tiempo en el arte y la sociedad», una cosa muy ligera, como para el verano-, The National hizo balance de su concierto con un irónico comentario colgado en Facebook: «En los bises tocamos "Sorrow"» . En total, 105 veces, un montón de sorrow , una barbaridad de pena, un empacho de amargura y una hartura de dolor, todo seguido.

Retrasado en varias ocasiones, quizá con la intención de añadir nuevos elementos cronológicos a una producción que puede interpretarse de muchas maneras, pero siempre a partir de la variable del tiempo, el lanzamiento comercial de «A Lot Of Sorrow», previsto para los próximos días, coincide con la publicación de «Sleep» , la nana de ocho horas de duración con la que Max Richter trata de ponerle música a un ciclo completo de sueño, otro ejercicio de estilo de cimientos minimales con el que desafiar el aguante, la atención y la capacidad de reacción del aficionado ante unos estímulos presuntamente hermosos.

Atracón

Por lo oído en el disco, ya digitalizado por esos voluntarios anónimos que filtran todo lo que pillan, no es The National el que se agota sobre el escenario. El grupo, bien armado de instrumentos, completa su reto con muy ligeras variaciones de un tema sostenido permanentemente sobre la media voz de Matt Berninger y modificado, según van pasando las horas, con teclados, metales y medidas distorsiones eléctricas. Incluso la batería se toma un respiro, pero Berninger no se calla . Para aquellos artistas que terminan por aborrecer su obra más popular de tanto interpretarla ante sus seguidores, borrada de su repertorio en un gesto de soberbia creativa , «A Lot Of Sorrow» es una cura de humildad y dedicación cuyo resultado no deja de ser aplaudido por el público que la sigue en directo. Ellos, ajenos al rebuscado significado que quiera darle Ragnar Kjartansson al atracón, no se cansan de oír su canción favorita.

Tócala otras cien veces, Sam

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