canción política
El PP también fue un partido emergente, y muy pop
«La verdadera libertad» fue la canción con la que Alianza Popular se presentó en sociedad en 1977

Cuando Loquillo preguntaba aquello de «dónde estabas tú en el 77» , Jaime Morey respondía, muy punk, que grabando la canción de la primera campaña electoral del Partido Popular, entonces Alianza Popular, sin refundar, sin tutelas y sin tutías . Cantante melódico y festivalero, suavón y llevadero, habitual de Benidorm y Eurovisión , Morey fue el encargado de ponerle voz a un himno que nadie quería cantar. Entre el rollo del Mariscal Romero y la canción protesta , no estaba el horno para bollos. La superioridad moral de la izquierda ya iba tomando cuerpo, y también la secta que marginó y condenó a los disidentes. Pum-pum, quién es, cierra la muralla.
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El canon presuntamente cultural elaborado por los creadores de progreso no solo tuvo efectos excluyentes en una época clave para marcar territorio, sino que intimidó a las nuevas generaciones, que ya nunca jamás se atrevieron a decir que eran de derechas, ni siquiera de centro, que venía y viene a ser lo mismo. Véase el caso de la pobre e indocumentada artista conocida como Russian Red . Volviendo al 77 de Loquillo -«Las consignas me recuerdan/ estados de excepción/ Si las calles ya no arden/ ¿quién ha sido el culpable?»-, a Jaime Morey lo echaron de su casa de discos por enseñar el plumero y cantarle a Fraga . A México se tuvo que ir, por meterse en berenjenales políticos, en una reedición del exilio de los años treinta.
La letra de «La verdadera libertad» es vaporosa y acomplejada
Clasificada en la base de datos de la Biblioteca Nacional en las categorías de «música ligera» y «canción política», la pieza de marras está escrita por Ricardo Sáenz de Heredia e ilustrada en su portada con una pareja que en vez de hijos tiene globos, elemento pretecnológico que por aquel entonces gozaba de enorme popularidad gracias a la emisión diaria de «Un globo, dos globos, tres globos» en TVE , cuya poetisa de cabecera, Gloria Fuertes , hubiera bordado la letra del himno.
La letra de «La verdadera libertad», tan vaporosa como acomplejada , un texto cuyo argumento podría suscribir cualquier partido, incluso de la actualidad, lo mismo sirve para un roto que para un descosido, para el año 77 que para el 15. Nada que ver con el compromiso manifestado por los cantantes que militaban en la izquierda y grababan para el PCE, como Coz ( «Rock de la legalización» ), Ana Belén ( «Veremos a Dolores» ), José Menese («Romance de la libertad») o el conocido marxista e inversor Teddy Bautista , que se marcó unos arreglos de la Internacional bastante chulos. En cuestiones musicales y estribillos («Compañero, únete»), el PSOE estaba bastante moderado, más que ahora .
Partidos en el limbo
La letra de «La verdadera libertad» -cuya música despista con un arranque de cantautor para luego despendolarse, como si en vez de a unas elecciones el partido de Fraga se presentara a la OTI- es tan neutra y evasiva que ni siquiera incluye el nombre de Alianza Popular, no fuera a asustarse la gente. Una alusión al pasado que algunos, a lo María Antonia Iglesias , calificarían de fascista («No es posible olvidar una historia/ Su recuerdo nos ha hecho avanzar») abre la canción, que no es sino una tontorrona declaración a favor del consenso : «Extendamos las manos/ Cerremos heridas/ Ganemos unidos la paz/ (...) Tú decides tu camino/ Pasado a paso un nuevo día llegará/ Lo que importa es ir unidos,/ que no quede nadie atrás/ Compañero, mira siempre más allá». Por esto echaron a Jaime Morey, fallecido el pasado julio, de su compañia discográfica. Visto y oído el discurso que manejan los actuales partidos emergentes , hay que reconocer que al menos hemos ganado en concreción . La transición, además de un parto, era el limbo.