ensayo musical

Max Richter desafía al sueño con una nana de ocho horas

El compositor británico edita «Sleep» en doble versión, resumida e integral, y prepara su estreno en un teatro de Berlín lleno de camas

Max Richter desafía al sueño con una nana de ocho horas abc

jesús lillo

Autor de «Incógnito. La vida secreta del cerebro», David Eagleman es el neurólogo de moda en Estados Unidos, donde sus provocadores ensayos se han convertido en arrolladores éxitos de ventas y cuya emisora pública estrenará en octubre su primera serie documental. Perejil de casi todas las salsas mediáticas, capaz de mezclar Derecho y Psicología en la misma receta o de examinar a sus pacientes a través de internet en busca de rasgos sinestésicos , Eagleman debuta ahora en el campo de la música como asesor científico de Max Richter. En busca de una nueva cima creativa, el compositor británico lanza a través de la Deutsche Grammophon «From Sleep», adaptación y resumen comercial de una obra que a lo largo de ocho horas trata de reflejar toda una secuencia onírica, un ciclo integral de sueño plasmado en lo que su autor define como «una nana para adultos». El objetivo de Richter es acunar al oyente, sujeto pasivo de un sedante y a la vez agotador reto musical que, sin embargo, lo lleva a la vigilia y a no pegar ojo.

Volcado en el cine, donde ejerce como prolífico compositor de bandas sonoras, y procedente del ámbito de una música electrónica que contribuyó a sublimar a mediados de la década de los noventa, Richter tiende al órdago y la sobreactuación. Hace tres años recompuso «Las cuatro estaciones» de Vivaldi , producción que coincidió con el «Mahler Remixed» de Christian Fennesz y que, pese a sus delicadas salidas de tono, cautivó al gran público. Ahora pretende llenar un teatro berlinés de camas y presentar en directo «Sleep» en una función que, muy puntual, comience a la medianoche y termine a las ocho de la mañana. La fiesta del pijama, en versión sinfónica . Será este otoño.

«Dormir es una de las actividades humanas más importantes»

«Se podría decir que la versión de una hora de “Sleep” es para ser escuchada con atención y que su formato original está concebido como acompañamiento de un sueño», dice Richter, que de la mano de Eagleman propone al público un experimento que pasa por estimular al oyente «en sus diferentes estados de conciencia» . «Dormir es una de las actividades humanas más importantes. Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo», recuerda Richter, quien aprovecha sin disimulo el legado de las vanguardias de mediados del siglo pasado, al menos de manera conceptual, en una composición con la que trata de aproximar al público a un ensayismo musical que durante décadas ha sacrificado melodías y convenciones y de forma deliberada se ha alejado del mercado. «Por el camino hemos perdido las nanas», se queja el compositor británico, cuya última producción no sólo representa un experimento formal, sino una suerte de manifiesto contra el desasosiego y a favor de la calma , «una declaración política muy importante para mí». Para su particular revolución, Max Richter no tiene ni quiere prisas.

Muerte y resurrección

«From Sleep», que en edición limitada de vinilo transparente será publicado la próxima semana, contiene las claves más reconocibles de la obra de Max Ritcher: secuencias minimalistas, drones y mucha cuerda ralentizada, clásica o sintética . Sobre el sonido reverberado, marca de la casa, la voz de Grace Davidson, deformada y sin palabras a través de un arrullo que se suma a la opiácea abstracción del autor de «Infra», a veces próxima a los patrones de un réquiem ortodoxo, quizá por lo que el sueño, argumento de la particular revolución de Richter, tiene de muerte y resurrección.

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