La historia que mueve a 'Cádiz Ayuda'

El Baluarte de la Candelaria será escenario el próximo sábado día 19 del festival solidario por un amigo, Sergio Castañeira. El joven gaditano vio su vida truncada hace justo un año cuando tuvo un fatal accidente mientras se bañaba en la playa de Los Caños. Desde entonces, Sergio lleva trabajando en su recuperación que es lenta y requiere de mucho esfuerzo.

Por eso sus amigos han organizado este festival de buena música, 'Cádiz Ayuda', para obtener fondos y que este joven de 35 años pueda empezar a hacer realidad algunas de sus nuevas metas: fisioterapia, obras de adaptación en la casa y otros gastos.

En el evento del sábado en el que actuarán grupos como Trashtucada, G.A.S. Drummers, The Agapornis, The Electric Alley, Los Hermanos Dalton, Commonplaces, The Shooters, Last Drop y Evil Empire. Asimismo, se contará también con Festykids, un concierto de rock destinado a los más pequeños, así como servicios de guardería y ludoteca, funciones de teatro y talleres infantiles, y otras actividades.

También se dispondrá de una barra para comer y cenar. A todo ello se unirá una exposición con fotografías de Sergio que se podrán adquirir y cuyos beneficios se destinarán a la misma causa.

El festival 'Cádiz Ayuda' comenzará a mediodía y se prolongará durante la jornada. Además, habrá servicios de guardería y ludoteca, se organizarán talleres infantiles y habrá funciones de teatro para los niños. Además, entre los conciertos anunciados estará también Festykids, con una divertida y moderna revisión de los temas de pop y rock más conocidos pero adaptados al público infantil.

La entrada para Cádiz Ayuda tiene un precio de 8 euros si se compra de forma anticipada, y 12 euros en taquilla. Los menores entran de forma gratuita, pero deben ir acompañados.

Desde la organización del evento solidario se recuerda que Sergio Castañeira «estuvo a un palmo de la muerte» al sufrir hace un año un grave accidente «sin hacer ninguna temeridad, ni intención de tentar a la suerte», pero «el destino le jugó una extrema mala pasada». Actualmente una cama y una silla de ruedas «se han convertido en sus perpetuas compañeras y necesita un cuidador las veinticuatro horas del día». A pesar de ello, poco a poco va recuperando alguna movilidad en algunas partes de su cuerpo, «un avance lento pero que nos llena de esperanzas».