El violinista Ara Malikian actúa este miércoles en Cádiz
El violinista Ara Malikian actúa este miércoles en Cádiz - la voz
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Ara Malikian trae al Baluarte de la Candelaria su gira '15'

El violinista celebra aniversario con este tour, que para este miércoles en Cádiz

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La calidad, la presencia y la personalidad de Ara Malikian, lo convierten en un artista único. Es sin duda, uno de los más brillantes y expresivos violinistas de su generación y este miércoles visita Cádiz, dentro de su gira 2015, para actuar en el Baluarte de la Candelaria, a partir de las 22.00 horas.

Esta actuación pretende ser la culminación de ese largo periodo de trabajo y esfuerzo, así como de agradecimiento al público que le ha apoyado durante estos 15 años en los que ha representado más de 4.000 conciertos en todos los rincones de España.

Ara Malikian llena de arpegios y sintonías, con recorridos imperceptibles de las falanges de sus dedos sobre el corto tramo del mástil de un violín que parece ser parte de sí mismo.

Todos los espacios. Los que parecen hechos para abrazar a una interminable redonda, o por los que sólo parecen poder colarse en hilera las notas que forman la comitiva de una semifusa.

Ajeno a la diatriba abierta en el seno de la comunidad musical donde sesudos teóricos de la ortodoxia sinfónica siguen cuestionándose si se trata de un violinista, en el sentido académico de la palabra, o un virtuoso que exhibe un sorprendente dominio del instrumento al que, sostiene la teoría, debería sujetar casi de puntillas, formando un determinado ángulo de apertura con respecto a su cuello o su brazo izquierdo, tendiendo casi en plano el derecho.

Mientras en los ámbitos de la teoría se sigue dilucidando si son «galgos» o «podencos», el músico libanés pero de origen armenio, con pinta de rapero, vestimenta desenfadada y sonrisa perenne y fresca con la que parece haber conseguido enterrar todos sus sinsabores, sigue llenando salas y ampliando el conocimiento que el personal de calle, ese que no acostumbra a acercarse a las funciones sinfónicas, ni a los conciertos en los que se exige, si no entera, sí media etiqueta, tiene del más llorón de los instrumentos que forman parte de una orquesta.

Y todo ello habiendo mostrado sobrada capacidad para ponerse al frente de una de las más selectas para ejercer de solista con todas las de la ley, extrayendo de las tensas cuerdas del violín toda la tristeza y toda la alegría que parecen guardar en su caja de resonancia cuando alguien con alma y sensibilidad se pasea por su mástil sin trastes.

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