Primavera Sound, quince años marcando el ritmo

El festival barcelonés celebra su XV aniversario con Patti Smith, The Strokes, Antony, Belle & Sebatian y The Black Keys, entre otros

Primavera Sound, quince años marcando el ritmo abc

david morán

Aestas alturas, cualquier intento por condensar el Primavera Sound en unas pocas -o en unas muchas, tanto monta- líneas es un esfuerzo tan titánico como absurdo: harían falta varias ediciones especiales para dar cuenta de los pormenores de un festival que llega a su XV aniversario convertido en un transatlántico musical de cifras mareantes. A saber: más de 200 bandas repartidas en una decena larga de escenarios, un presupuesto que bordea los diez millones de euros y casi tantos metros cuadrados para recorrer a la vera del mar (181.000 el año pasado) como personas pasaron por el recinto del Fòrum en 2014 (190.000, según datos de la organización).

Nada que ver, en cualquier caso, con aquel modesto evento que en 2001 estrenó Sr. Chinarro en el Poble Espanyol y que ha acabado por convertirse en santo y seña de una manera de entender la música en directo que trasciende estilos y corsés indies, sube y baja del escenario para alternar los conciertos con las charlas y encuentros profesionales del Primavera Pro y se desparrama a su antojo por la ciudad y el calendario. De hecho, por más que el Fòrum, base de operaciones central del festival, no abra sus puertas hasta el próximo jueves -o miércoles, si contamos la jornada prólogo gratuita en la que actuarán Cinerama , OMD y Christina Rosenvinge , entre otros- el Primavera Sound lleva en marcha desde el pasado 28 de abril, programando actuaciones en bares y centros cívicos y calentando motores para una semana grande coronada no por uno, sino por unos cuantos ochomiles.

Porque en realidad, en el Primavera Sound existen tantas rutas como caminos quiera uno seguir, pero entre los universos diametralmente opuestos de, pongamos, los africanos Sierra Leone’s Refugees All Stars y los canadienses The New Pornographers, del mallorquín Joan Miquel Oliver y los británicos Sleaford Mods, existen una serie de pilares maestros que configuran el armazón del festival. Ahí está, por ejemplo, el vigor eléctrico de The Black Keys , bisagra que conecta al festival con el rock de altos vuelos e impacto comercial; el regreso de los neoyorquinos The Strokes tras doce años sin actuar en la ciudad; la mutación en clave sintética de ; la elegancia electrónica de James Blake; el rock aguerrido y furioso de unas Sleater-Kinney felizmente recuperadas; la leyenda indomable de Patti Smith , embarcada en la conmemoración del 40 aniversario de «Horses»; la buena memoria de The Replacements , atropellados e irresistibles padrinos del rock alternativo; o, esta vez sí,, el deshielo de la siempre enigmática y esquiva Tori Amos.

Sólo con esto ya se podría armar un festival la mar de resultón, pero la gracia del Primavera Sound está en reseguir líneas de puntos imaginarias y saltar de la hipersensibilidad de Antony & The Johnsons -su actuación junto a la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña promete lo suyo- a los sablazos electrónicos de Underworld, del pop en torbellino de Ride al rock oscuro de Interpol o del punk sintético y reivindicativo de The Julie Ruin a la alianza hip hop de Run The Jewels.

Fetiches

Un laberinto de estilos y nombres propios con sus propios fetiches -Shellac actuarán por ¡novena! vez en el festival- y sospechosos más o menos habituales -Spiritualized, Swans, Giant Sand o Ariel Pink, por citar unos pocos-, pero en el que también caben excursiones hacia latitudes más o menos inesperadas. Así, con la primera línea del hip hop y el pop negro bien cubierta por Kelela, Tyler The Creator y Jungle y los malabarismos experimentales en manos de Sunn O))) o el ex Cluster Hans-Joachim Roedelius, el Primavera Sound plantará bandera en el pop libanés con Yasmine Hamdan, exhumará el recuerdo de Arthur Russell en una actuación especial, se sacará de la manga a Tobias Jesso Jr., una suerte de reencarnación contemporánea de Randy Newman, y recuperará la memoria de la Gran Guerra de la mano de los siempre ruidosos e inescrutables Einstürzende Neubauten.

Una auténtica maratón a través de las músicas populares de los siglos XX y XXI que, además de proponer un menú prácticamente inabarcable, se reserva un último as en la manga: el apartado nacional. Y es que es ahí, en la siempre reñida parrilla de salida local, donde mejor empieza a apreciarse un cierto relevo generacional gracias a la presencia de bandas como Núria Graham, Ocellot, Miquel Serra o las jovencísimas Mourn, nombres que compartirán cartel en esta edición del fesival con Las Ruinas, Nueva Vulcano y Los Punsetes , entre otros.

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