El Twanguero: «La guitarra te da una de cal y otra de arena. Ese sufrimiento no me lo quita nadie»

Considerado como uno de los mejores guitarristas del mundo, presenta su disco «Pachuco» hoy en la sala El Sol, de Madrid

El Twanguero: «La guitarra te da una de cal y otra de arena. Ese sufrimiento no me lo quita nadie»

nacho serrano

Tras el éxito internacional de «Argentina Songbook» , su último disco hasta la fecha y «The Brooklyn Sessions» , donde exploró su etapa neoyorkina, «Pachuco» es el tercer trabajo dentro de la trilogía americana de El Twanguero , considerado por muchos como uno de los mejores guitarristas del mundo. Se trata a todas luces de una grandísima obra, un disco rico y con fundamento, pues se basa en la investigación de la tradición latina que nació en Los Ángeles en los años 40, de la que emergió la tribu urbana que da título al álbum. Y que además invita al baile calenturiento, sudoroso y salvaje.

-¿Cómo vivió el éxito de «Argentina Songbook»? Porque lo fue, vendiera mucho o no...

-Viajé mucho con ese disco. España, Estados Unicos, Canadá, Argentina, México y Perú. Además, el hecho de tener a El Cigala , Bunbury , Calamaro y Fito Páez de invitados abrió mi música a nuevos oyentes.

- ¿Qué concepto ha guiado este nuevo disco?

-«Pachuco» es el choque entre la cultura latina y norteamericana. Está inspirado en la figura del ciudadano latino que vive en EEUU. Me interesa mucho el tema social cuando viajo con mi guitarra. Luego transformo mis vivencias en canciones donde canta mi Gibson dorada.

-¿Cuál es el origen de este repertorio? Creo que ahí ya estaba Candy Caramelo...

-El repertorio fue algo que fue surgiendo en sesiones improvisadas en el estudio de Candy Caramelo , que es el productor del disco y uno de los mejores músicos de este país.

-¿Qué sonidos, nombres, o referencias salían en sus conversaciones con Candy, mientras ejercía de productor?

-Mambo, rockabilly, surf, chachachá.. Música de baile, Pérez Prado y los viejos vinilos de Xavier Cugat, recuperados de la madre de Candy.

Comienza el baile

-El baile tiene un componente esencial en el disco. ¿Le irrita mucho ver a audiencias pasivas, frías e indiferentes? ¿O quizá en esos momentos aprovecha para disfrutar de los silencios que permiten escucharte a ti a tu banda con total limpieza?

-El baile es algo que tienes que provocar tú en el público, sin tener que decir nada. Si no bailan es porque algo está fallando. Tampoco hace falta ser Fred Astaire para participar de un concierto de estas características. Apoyado al final de la sala, con una cerveza en mano y moviendo ligeramente las caderas nos sirve como «baile».

-El comienzo del disco es tremendo, exuberante. ¿Es una declaración de intenciones, un «¡quédate aquí y baila!»?

-Sí. Es como una invitación al desenfreno, a la velocidad. Ese espíritu adolescente que no hay que perder nunca.

-«Bailando con El Twanguero» es un momento especial de tus shows, ¿me equivoco? ¿Suceden cosas inesperadas en el escenario en ese momento?

-La verdad es que haciendo un repertorio en el cual el 90% de las canciones son instrumentales, el hecho de tener un coro a lo Celia Cruz en ese tema causa bastante gracia, y también bastante participación del público.

Cantar con la guitarra

- «Cherry Pink» parece una de las que más técnica requieren, ¿es así? ¿Cuál sería el mayor desafío de este disco para alguien que intentara aprenderse tus partes?

-Lo más difícil de la interpretación no creo que sea la dificultad técnica, sino el saber comunicar con alma. Cada nota merece especial atención y llevo muchos años enfocado en «cantar» con la guitarra, que no tiene nada que ver con «tocar» la guitarra.

-Creo que «Calavera Cream» es mi favorita, ¿usted tiene la suya? Venga, mójese...

-«Frida Love Song» es una canción muy especial. Es una dedicatoria imaginaria de Rivera a Kahlo .

-¿Ha participado en el nuevo disco de Candy?

-No. Se llama «El Hombre Orquesta» porque tocó él todos los instrumentos. Aunque me considero participe exterior y vi todo el proceso.

-En este disco has investigado en la tradición latina de Los Ángeles en los años cuarenta. Hace poco, los Allah-Las, hicieron algo similar con la de los 60 para su ultimo disco. ¿Quedaban pachucos irredentos en la era hippie? ¿Cuáles son las grandes sorpresas que aguardan a quien se sumerja en este mundo musical?

-No los conozco. Tendré que investigar. El movimiento Pachuco se diluyó en los sesenta y dio origen al Cholo, también un personaje marginal de la ciudad de Los Ángeles. Siempre me gustó la estética del Pachuco, con sus zapatos bicolor y su gusto por la música de baile: swing, mambo, chachachá, rock & roll...

Sonido fronterizo

-A todo esto, ¿podrías explicar el por qué de este tributo a aquella «tribu urbana» para quien no conozca la historia?

-Viví una temporada en el DF y viajé bastante a L.A. durante esos meses. Ahí se me apareció la historia ante los ojos. La idea musical de fusionar ritmos latinos y guitarra eléctrica Twanguera siempre la tuve, porque de hecho es lo que llevo haciendo desde hace mucho. La historia del Pachuco fue la que hiló todo esto y le dio un argumento. Luego en L.A. también experimenté de cerca la situación del latino en EE.UU. y me dio algunas pistas para dónde tirar. «El Caminante» refleja, con ritmo de cumbia y coros en spanglish, la situación de la frontera de Tijuana.

- La portadas tienen un gran significado para usted, ¿verdad? La de este disco es realmente buena.

-Es obra del Dr. Alderete, el gran ilustrador argentino afincado en DF. Gran conocedor de la música surf y movimiento Pachuco. Muy buen amigo.

-Creo que tienes varios formatos de gira. ¿Nos puedes explicar cómo decides cuál funciona mejor en cada sitio, y con cuál giras por España?

-Estamos haciendo cosas a trío/cuarteto para salas y teatros y quinteto para escenarios grandes. Depende del espacio. Con cuarteto (guitarra, bajo, batería y trompeta) funciona genial y nos podemos mover con libertad, porque mover a cinco personas cuesta mucho. De todas formas intento siempre que se pueda hacer las presentaciones con el formato original.

-¿La excelencia con el instrumento sigue siendo una obsesión para? ¿Sufre tanto por su perfeccionismo como le pasaba a Paco de Lucía? ¿O a estas alturas se entrega más al disfrute?

-Yo me entrego al disfrute cuando estoy en el escenario, porque el público se merece eso y quiere ver a un artista disfrutar. Ahora, el sufrimiento de puertas adentro no me lo quita nadie. La guitarra te da una de cal y otra de arena.

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