Diego «el Cigala» triunfa en Nueva York

El cantaor puso patas arriba el Carnegie Hall el pasado viernes, en su debut en la mítica sala

Diego «el Cigala» triunfa en Nueva York Luna Revenga

javier ansorena

La noche del viernes, Diego «el Cigala» se presentaba en el Carnegie Hall con la sombra del concierto que dio una semana antes en San Juan, la capital de Puerto Rico . Los medios locales habían retratado a un cantaor ebrio, desconectado del público y con un sonido decepcionante. Pero el templo de la música neoyorquino estaba dispuesto a perdonar y le regaló al madrileño un teatro lleno y mucha expectación. Su rostro totémico mandaba en los folletos del Carnegie Hall para sus conciertos de mayo. En los pasillos del teatro se escuchaba todo el espectro de acentos del español -desde el puertorriqueño del Barrio, al cubano de Miami o el gitano de Lavapiés- y rugió un «¡Diego, te amo!» desde el patio de butacas en cuanto acabó la ovación que recibió al cantaor.

Antes, los cuatro músicos que le acompañaban habían dejado claro en un número instrumental por dónde caminaría el rumbo musical de la velada: un jazz latino en el que se acomodarían el bolero, el tango o la copla, los territorios que El Cigala ha pervertido con su timbre flamenco para convertirse en un fenómeno de masas en todo el mundo desde «Lágrimas negras» , su disco con el pianista cubano Bebo Valdés .

«Es la ilusión de todo cantante, estoy muy feliz y orgulloso de estar aquí en el Carnegie Hall», dijo El Cigala después de una versión desigual de «Naranjo en flor» , donde tuvo algún desliz con la letra. El recital había arrancado con dudas, con un cantaor que parecía inseguro con su voz y sin acoplarse bien al grupo. La cosa empezó a tomar vuelo con «El día que me quieras» , el quinto número que interpretaron, en el que hubo aplausos en medio de la canción.

El primer giro flamenco claro no llegó hasta una excelente versión del tango «Por una cabeza» , rematada por bulerías. La banda que le acompaña en esta gira no es flamenca, ni falta que hace. Jaime Calabuch «Jumitus» (piano), Yelsy Heredia (contrabajo), Isidro Suárez (percusión) y el sorprendente guitarrista israelí Dan Ben Lior se amoldaban con maestría a la complejidad rítmica del Cigala, que se unió a la percusión con palmas, nudillos, chasquidos de dedos y el repiqueteo de su colección de pulseras, anillos y colgantes de oro.

A partir de ese tango, y aunque la voz del cantaor nunca acabó de romper, el concierto solo fue para arriba, con grandes éxitos como «Inolvidable», «Corazón loco» o «Lágrimas negras» ; momentos pop, como una versión de «Vida loca» , de Pancho Céspedes ; un homenaje al concierto icónico en el mismo teatro de Buena Vista Social Club con «Veinte años» ; y un cierre por copla derivada en fiesta cubana con «La bien pagá» . Para el bis de «Dos gardenias» el público ya estaba entregado, de pie, abandonadas las butacas, con bailes y palmas en un escenario cercado, algo que no es habitual en el Carnegie.

Diego «el Cigala» triunfa en Nueva York

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