música
Fallece Claudio Prieto, maestro del clasicismo moderno
El compositor palentino, autor de más de doscientas obras, obtuvo numerosos reconocimientos a lo largo de su vida
La biografía del compositor Claudio Prieto acumula un abundante número de reconocimientos y responsabilidades, propios de quien estuvo involucrado en el acontecer diario de la música española. Desarrolló la afición musical en bandas y otras agrupaciones, y llegada la década de los sesenta saltó desde el Conservatorio madrileño a Italia acercándose a la vanguardia que aprende con Petrassi, Maderna y Porena. Los años de estudio culminan en Darmstadt (Alemania), momento a partir del cual ya puede identificarse un lenguaje propio que se detecta en la premiada «Solo a solo» y en «Catedral de Toledo».
Palpitaba ya un regusto clasicista que le inclinará hacia consideraciones más amables. Todo coincide con la inminente llegada de la democracia y de un pujante asociacionismo que en el terreno musical abanderan los compositores. Prieto participa en la creación de la Asociación de Compositores Sinfónicos Españoles (ACSE) sin descuidar el cambio que también se opera desde una perspectiva estética. Llama la atención la temprana «Sinfonía núm. 1» recibida como «una de las principales de su época en la música española» y, la segunda, que definirá el «nuevo lirismo» o, en expresión de entonces, la «biensonancia». La grafía de mayor academicismo alcanza, en el caso de Prieto hasta la propia edición de la partitura incluyendo elementos decorativos que serán santo y seña de Arambol, editorial que difunde su propia música
A las sinfonías se unen conciertos y sonatas para toda clase de instrumentos, recuperando al intérprete como actor necesario antes que como mero transmisor de ideas. En los ochenta, firma el «Concierto imaginante» para violín, el «Concierto de amor» para violonchelo, el «Concierto mediterráneo» para trompeta y «Concierto de otoño» para corno inglés, comienzo de una larga serie. Otros muchos autores se sumaran a esta moda, aunque será él quien la defienda con mayor pujanza
El recuerdo de Claudio Prieto está próximo a la progresiva moderación lingüística y al entronque con la tradición clásica hispana según muestra el «Fandango», recreación libre de Soler, estrenado en 1984, y convertido en una obra de popularidad internacional. La voz final serán algunas sugerencias poéticas especialmente cercanas al autor: desde la «Sinfonía núm. 4, Martín y Soler» al «adagio» orquestal «Peñas arriba» y varias de sus últimas composiciones sinfónicas como «Veredas del tiempo» o «Manos tendidas». Relevantes premios dan fe de todo lo hecho: el Castilla y León de las Artes, el Nacional de Música Cultura Viva , el de mejor autor de Música Clásica, así como la Medalla de Oro de la Diputación de Palencia y la denominación con su nombre del Instituto de Guardo y la Academia Municipal de Música de Palencia.