concierto
Joan Baez, la buena memoria del folk
La cantautora encandiló anoche a sus seguidores con un concierto, el primero de los dos que ofrecerá en el Palau de la Música de Barcelona, en el que repasó su faceta más tradicional
Con su inconfundible pelo canoso y ese porte de emisaria de otra época, mensajera de unos tiempos que parecían que iban a cambiar pero al final no, Joan Baez encarna a la perfección la memoria de la música popular así como la más genuina habilidad a la hora de releer las líneas maestras del folk. Virtudes todas ellas que anoche, en el primero de sus dos conciertos en el Palau de la Música de Barcelona, sacó a relucir una vez más mientras el público celebraba con una interminable salva de aplausos su versión del «Rossinyol que vas a França» y se venía arriba con el estribillo del «Imagine» de John Lennon.
El impacto no fue el mismo que, cuando hace cinco años, se presentó con el «Day After Tomorrow» producido por Steve Earle, pero para cuando cayeron, ya en los bises, una catártica y coral «No nos moverán» en versión bilingüe castellano-catalán y el clásico «(Here’s To You) Nicola & Bart», nadie quería irse a casa. Coros, palmas y reverencias para despedir una noche que la cantautora empezó fuerte, arrimándose a Steve Earle con «God Is Good» e invocando el espíritu maltrecho de Phil Oachs para adentrarse en «There But For Fortune». Todo a solas, armada únicamente con su guitarra y una voz que, algo quebradiza al principio, empezó a volar alto cuando apareció la banda -un percusionista y un multiinstrumentista que saltaba del bajo al piano- y retrocedió aún más para exhumar la tradicional «Lily Of The West». En castellano atacó «La llorona» y «Las tres heridas» y, acto seguido, cambió de continente para recuperar el himno proletario «Joe Hill» y sorprendió al público improvisando «Viatge a Itaca», de Lluís Llach, canción que presentó como un experimento y que acabó interpretando con ayuda del público.
Pedazos de historia con los Baez ha entretejido su propia carrera y que anoche repasó una vez más con gran elegancia y sobriedad, alternando citas a material más reciente como «Just The Way You Are», compuesta uno de sus músicos, con las inevitables reverencias ante los maestros, ya fuese para endulzar «It’s All Over Now Baby Blue», de Dylan; mecerse suavemente con «Suzanne», de Leonard Cohen; visitar la «House Of The Rising Sun», de Eric Burdon, o asomarse al country&western con el «Long Black Veil», popularizado en su día por Johnny Cash.
Así, entre el amor y la revuelta, entre la ternura y la protesta, Baez volvió a coronarse como gran dama del folk. En realidad el trono nunca ha estado en cuestión pero, por si acaso, la cantautora echó el resto con una pletórica «Gracias a la vida» -antes tuvo a bien leer los versos «alternativos» que había compuesto su nieta para su clase de castellano-, remate a una viaje a las entrañas de la buena memoria del folk. Amor y revuelta, sí, pero también historia. Mucha historia.