El Liceo revoluciona su política de abonos y de localidades

La nueva «zonificación» del teatro da el valor justo a cada butaca, según su visibilidad

El Liceo revoluciona su política de abonos y de localidades

P. M.-H.

Toda una revolución. El Liceo se pone al día y revoluciona su forma de vender acercando sus criterios a los de los principales teatros europeos. Después de mucho trabajo de investigación y de gestión, el Gran Teatre quiere multiplicar sus fórmulas de venta ofreciendo máximas comodidades de compra tanto a antiguos como a nuevos liceístas. «Hemos hecho una apuesta por los abonados -y por los nuevos públicos- en lugar de apostar por la venta de entradas sueltas», afirmó el director general del Gran Teatre, Roger Guasch, quien aseguró que «en el ADN de este país está el asociacionismo, de ahí nuestra apuesta, pero lo afrontamos con flexibilidad; hoy hay más oferta que demanda y eso nos obliga a crear nuevas políticas de precios, a fidelizar al abonado, a recuperar a quien se ha marchado y a crear nuevos públicos».

Guasch apuntó que el Liceo tiene 14 turnos de abonos, algo que no ha cambiado desde hace 15 años. Hoy, después de la crisis y con el IVA cultural al 21 por cien, la situación es muy diferente de 1999, cuando el coliseo barcelonés renacía de sus cenizas alcanzando los casi 20.000 abonos. En la actualidad la cifra se eleva a más de 16.000, con un alto porcentaje de público abonado desde hace más de 10, 15 y 20 años. Ellos serán, precisamente, los primeros beneficiados con una nueva política que reconoce esa antigüedad ofreciendo descuentos por esa fidelidad. «También hemos “retarificado” todo el teatro después de analizar otros 23 coliseos y de escuchar a mucha gente. Lo que se busca es la equidad de la oferta».

Agustí Filomeno, director de marketing del Liceo, explicó con detalle las nuevas modalidades de abonos (con butaca fija, con butaca flexible, a la carta o de tarifa plana) y las nuevas fórmulas. «Hemos tenido que innovar con nuevos productos y dinámicas de precios, siempre teniendo en cuenta la ocupación». La nueva «zonificación» del teatro da el valor justo a cada butaca, según su visibilidad: 460 suben de precio, bajan 980 y lo mantienen 890 butacas. Eso implica que algunos abonos variarán su precio (aunque casi todos bajan teniendo en cuenta que incluyen más espectáculos), mientras que las entradas sueltas suben en promedio un 12,5 por cien. Los descuentos van encaminados a que el abonado escoja lo que quiere ver con cambios ilimitados, sin olvidar a los nuevos públicos: estudiantes, familias y jóvenes. Productos como la tarifa plana (un precio fijo por cinco o diez espectáculos a escoger) o los abonos temáticos revolucionarán, sin duda, la manera de consumir ópera en el Liceo.

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