pablo carbonell
«Nunca he sido un artista incomprendido. Me siento muy respaldado para el nivel de absurdo que manejo»
Los Toreros Muertos ofrecen este domingo un concierto en la Sala Malandar con el que celebran sus treinta años

Pablo Carbonell , alma máter del grupo Los Toreros Muertos , es uno de los artistas más irreverentemente geniales que se han visto en España en las últimas décadas. Ahora tanto él como sus viejos compañeros, Guillermo Piccolini y Many Moure , regresan a la carretera con una nueva gira para celebrar el treinta aniversario de la formación de la banda, «Nadie les dará más por su dinero». Este domingo sonarán de nuevo temas suyos como «Mi agüita amarilla» , «Manolito» o «Yo no me llamo Javier» en la Sala Malandar.
Preguntado por si ve esta vuelta treinta años después como un acto de nostalgia o con ganas de comerse el mundo con su nueva gira, Pablo Carbonell asegura que «me parece muy lógico resaltar que es incompatible la nostalgia con las ganas de comerse el mundo. Aunque no es ni eso ni lo otro. No hay nostalgia porque el tiempo no se les nota igual a las canciones como a nosotros. Volver a disfrutar de las canciones, verlas vivas otra vez, produce un efecto rejuvenecedor en el que las escucha y en el que las canta».
Aunque Los Toreros Muertos fueran unos apasionados por el ska, a Pablo Carbonell no le hace gracia que sean considerados como unos Madness españoles pero en una versión más canallesca, ya que este músico afirma que «eso de los Madness es una etiqueta que no nos complace, con todo el respeto. Nos sentimos más cercanos a Los Talking Heads o a Frank Zappa . Hemos hecho tres temas ska de un repertorio de 43 canciones. Lo que pasa es que yo bailo muy sincopado».
En todo caso, Los Toreros Muertos lograron que canciones míticas como «Mi agüita amarilla» se convirtieran en auténticos himnos y que sonaran en todas las discotecas del país. «Es un mérito de la gente que entendió que la propuesta iba más allá de la escatología; que la canción era una reflexión profunda sobre nuestra huella en el planeta y un análisis metafórico de la creación artística», agrega Carbonell. Respecto al concierto que van a ofrecer este domingo en la Sala Malandar, el líder de Los Toreros Muertos añade que « va a ser un problema porque tocaremos un domingo y la gente en un concierto nuestro siempre se cree que es viernes o sábado . Estoy viendo mucho dolor para la gente que madruge el lunes».
Volviendo al nombre de las gira de este grupo, «Nadie les dará más por su dinero», asegura Pablo Carbonell que su grupo es capaz de ofrecer cosas que otros artistas no ofrecen: «Para empezar precios muy populares, un lifting emocional, un rato de diversión didáctica en el que se pueden aprender ritmos, estilos, conceptos: muchas cosas. La música culta es lo que tiene».
Con su habitual sentido del humor, Pablo Carbonell asegura que tanto Guillermo Piccolini, como Many Moure y él «nunca nos hemos sentido como unos tres mosqueteros, peros si quieres te contesto afirmativamente. A estas alturas como quieran llamarnos nos tenemos que conformar. Ya puestos, nos veo más como las tres gracias de Rubens».
Preguntado por la postura que mantuvieron grupos como Los Toreros Muertos, No Me Pises Que Llevo Chanclas o Los Inhumanos a la hora de hacer un tipo de pop más desenfadado, aunque quizás no se haya comprendido siempre en España, Carbonell admite que «no sé qué semilla hemos podido plantar pero, por favor te lo pido: a Los Toreros Muertos no nos vayas a cargar con el mochuelo de las cosas que se oyen por ahí. Nosotros somos un grupo muy serio y sólo admitimos comparaciones con artistas iconoclastas y surrealistas . El dadaísmo nos aburre».
Pablo Carbonell añade que «la idea es acabar esta gira de febrero grabando un disco en directo, con cinco temas nuevos en el teatro Falla. Volver a girar del 16 de abril al 16 de mayo con el disco bajo el brazo. Luego iremos a Venezuela, México y volveremos a España a girar en verano. ¿Habrá disco nuevo de estudio? Por ahora nos tendremos que conformar con este directo». En cuanto a cómo se definiría él mismo, si como un soñador, un loco, un artista incomprendido o un showman, éste asegura que « nunca me he sentido un artista incomprendido. Me siento muy respaldado para el nivel de absurdo que manejo . Debe de ser por cómo anda el patio. A la vida le cabe todo».