Tulsa: «Estoy contenta, se ha entendido mi evolución»
La cantautora guipuzcoana introduce sintetizadores en su nuevo disco, «La calma chicha», que presenta el 12 de febrero en la sala El Sol, de Madrid
Tras haberse forjado, con esfuerzo y dos discos repletos de buenas canciones, una excelente reputación entre los amantes de los sonidos de corte americano más melancólicos, Miren Iza puso un punto y aparte en su proyecto, Tulsa , y se marchó a Nueva York. Una huida vital de la que ha regresado de la mejor manera posible: con un gran disco, titulado «La calma chicha».
«Me fui muy sin saber nada, si iba a volver, pero me di cuenta de que allí, la verdad, no me veía viviendo», nos comenta la cantautora guipzcoana. «El dinero empezaba a escasear y echaba de menos Madrid. Quería regresar antes de que llegara el momento en que no hay retorno posible».
Antes había presentado un corto titulado titulado «Ignonauta» protagonizado por ella y su música: «Era una forma de cerrar un capítulo de mi vida, aunque abría una nueva vía al utilizar sintetizadores».
Este último detalle nos habla de la evolución en «La calma chicha»: «Siempre hay un deseo natural de ir más allá, de cambiar los elementos que utilizas. Esto pasa en cualquier actividad, no solo en la música. En mí ese deseo nació con "Ignonauta", y antes ya había trabajado con una caja de ritmos. Empiezas jugando, y tuve la suerte de contar con la colaboración de Charlie Bautista y Carasueño, que posibilitaron ese paso». Un paso que la crítica ha aplaudido sin remilgos: «Estoy muy contenta, porque se ha entendido que, a pesar del cambio de la envoltura, hay una continuidad».
El sello indeleble al que se refiere Miren es ese tono melancólico y esas letras que ahondan hasta el fondo de los sentimientos: «Intento buscar imágenes para camuflar esas emociones a flor de piel. La presentación cruda a veces no es tan evocadora. Para eso sirven los versos».