Los Punsetes: «Procuramos por higiene no ser cursis ni ridículos. Solo un poco»
El grupo de punk-pop, que lleva ya diez años de homenaje a Eduard Punset, charla con ABC antes de la presentación este sábado en Madrid de su cuarto disco
Los Punsetes llevan ya diez años de homenaje al renacentista Eduard Punset, y desde hace unos meses además con un cuarto disco en la mochila, llamado «LPIV», en donde en uno de los mejores temas de toda su discografía, «Arsenal de excusas» , su cantante Ariadna, hiératica ella como siempre, frasea: «No quiero que pienses que soy… lo que soy exactamente». ABC ha conversado con su guitarrista, Manu, también conocido como Anntona , y con el batería, Chema, para averiguar qué es lo que no quieren que pensemos que son… pero que son exactamente. O mucho mejor, disfrutar de una agradable charleta con dos miembros del probablemente grupo con más mala leche (de la buena y la mejor) de nuestra España moderna, hacedores de instantáneos himnos generacionales de contundentes estribillos. Aunque también muy cuestionados por variadas razones, desde que son faltos musicales a directamente incluso tachados de cansinos. Y que este sábado, por cierto, actúan en la Joy Eslava madrileña para presentar su nuevo álbum.
«Me gusta que me pegues, me siento importante,...», canta Ariadna, que evidentemente es mujer (aunque la letra no vaya por donde puede parecer). Tenéis un sentido del humor negro tizón, provocador, como en militancia por la libertad de expresión desde antes a que todo el mundo fuera Charlie Hebdo. ¿Habéis tenido algún problema por las letras?, ¿si alguien se enfadara por ellas qué le diríais?
Chema: «Problemas reales no ha habido. Alguno al que no le haya gustado... pero muy testimonialmente».
Manu: «Hay gente a la que le pueda gustar una letra más o menos, pero problemas nunca. A ver, primero nos tendrían que explicar por qué se enfadan realmente. Si alguien quisiera entenderlo de una manera literal, cantando una mujer que le gusta que le peguen... Leída con atención se entiende, no ha habido ni una protesta ni una queja. Así que bien».
Chema: «Pero es que dependería además del contexto que pudiera ser más o menos ofensiva para el que lo pensara. Habría un cierto afán por sentirse molesto por absolutamente cualquier cosa y buscarle tres pies al gato».
¿Pero podría cantar algún superventas en España lo de «quiero morir en una discoteca llena de maricas»?, ¿somos aquí más pacatos que en otros países?
Manu: Jo, ojalá (risas). Ojalá cantaran cosas con un poco más de intención en cuanto a la letra. Nosotros no tenemos que andarnos con esas precauciones porque nuestro alcance es limitado y aunque no lo fuera tampoco andaríamos con esas precauciones. Cuando los artistas son más grandes se magnifica más...
Chema: Sí, tendrían que tener cuidado con todos los matices para intentar hacer una cosa como muy promedio... Quizá no habría que preguntárselo al cantante si no a toda la gente que tiene a su alrededor y si realmente estaría dispuesto a arriesgarse con una letra menos convencional. Sabemos que algún vídeo nuestro un poquitín más explícito en alguna cadena de televisión no lo ponen.
¿Por qué?
Manu: Porque sacamos una polla de goma o gente con mierda en la cabeza... La verdad es que es realmente pacato, teniendo en cuenta que los canales de vídeo que han funcionado en la historia se han construido con un «underground»... No sé con qué tipo de música quieren conectar. Cada uno tiene su «business», pero la radiofórmula y los canales de vídeo podrían arriesgar más y no pasaría nada. No lo digo por nosotros, arriesgar con quién sea. Es una música muy estandarizada, con poca pulpilla. Seguro que hay mucha gente que piensa que los «indies» somos un puto desastre y que no sabemos hacer la «o» con un canuto y tendrán razón... Pero mi opinión ahí la dejo.
¿Os arredraría cantar contra algo?
Manu: Nunca hemos buscado ofender a nadie y creo que hacerlo nunca puede ser la intención.
Chema: A nosotros no nos motiva ver contra quién vamos a cantar. No tenemos la necesidad de ir contra nada en concreto.
¿Pero si os sale una frase genial...?
Manu: Si nosotros pensamos que no es ofensivo, como en el caso de «Me gusta que me pegues», que puede ofender a alguien, no nos censuramos. Las letras son cosas que tampoco meditamos mucho y si se te ocurre algo que te gusta ahí está puesto en la letra. Eso no significa que nuestro objetivo sea provocar u ofender. Nosotros hablamos así, decimos las cosas así y es la forma en la que están las letras. Y ya está. A lo mejor lo que hay es ausencia de autocensura o de reflexión.
Chema: En cuanto al continente no tenemos ninguna censura, no tenemos problemas en decir «mierda», etc. En cuanto al contenido, si la cosa es muy cursi, muy ampulosa, muy grandilocuente, a mí por lo menos sí que me da cierto reparo. Es una cuestión de vergüenza propia, no cuestión de que sea un tema tabú, sino que procuramos... procuramos por una cuestión de higiene personal no ser cursis ni ridículos. Un poco solo. Lo justo y necesario.
Cantáis en una del último disco también lo de «España necesita conocer tu opinión de mierda», una especie de himno contra ese ágora de la confusión y la vanidad llamado Twitter. ¿Veis muy mal a la gente en las redes sociales?, ¿hay alguna actitud que os dé especialmente grima?
Manu: Hay tendencia a pensar que la opinión de uno es la más acertada y a decirla con suficiencia. Y las redes sociales lo hacen explotar por mil. De repente estás leyendo muchas opiniones de mucha gente sobre muchas cosas y lo magnifican de una manera insoportable. Pero que yo soy usuario... aunque habría que —ahora viene opinión de mierda mía (risas)— moderar un poco la contundencia para expresar las opiniones. A mí me da mucha grima la gente que es muy categórica y se da mucha importancia, que opina de una manera muy furibunda como si fuera lo último que va a hacer en la vida.
Chema: La mayoría de la gente está capacitada para opinar sobre muy pocos temas. Y menos aún en 140 caracteres, que eso es el mal absoluto. No hay posibilidad de reflexión en un espacio tan pequeño, salvo que seas el colmo de la concreción conceptual... y muy poca gente lo es. Y el que tiene esa capacidad no emplea esos medios para expresar sus opiniones. Yo no creo que un filósofo analítico esté todo el día en Twitter diciendo chorradas.
Manu: Bueno, que nosotros somos los primeros...
Chema: Somos los primeros usuarios de redes sociales para bien...
Hay gente que hace el ridículo, ¿no?
Chema: Procuro no opinar a discreción... Creo que hay muchísima paja y muy poco grano. Igual es por una cuestión de soledad o por creer que la gente que pone que es tu amigo es realmente tu amigo. Se ha perdido un poco el ir a un bar y tomar un café con tus amigos de verdad, decir ahí todas las chorradas y ocurrencias absurdas.
Manu: Yo creo que es lo mismo... En la red social también puedes estar diciendo chorradas con tus amigos.
Chema: Ya, pero la gente confunde sus amigos con todo el mundo. Todo el mundo no es tu amigo. Imagina que pones una chorrada en Facebook y te ve un amigo de un amigo y te pone una tontería supina. Se ha perdido el contacto directo de la tontería...
Manu: Pero eso sigue... Esto que estás diciendo es un poco «viejuno» (risas).
Chema: Ese trocito de intimidad curiosa, que uno podía disfrutar mucho, ya no se hace tanto porque hay una obsesión... ¡que está ahí y poniendo un «puto» tuit!
Manu: Es que tú eres un anacoreta.
Chema: Las redes sociales están muy bien pero se les da un uso muy torticero.
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¿Qué tal para vivir en España de la música?
Manu: Nosotros no podemos decirlo porque nunca lo hemos hecho. Somos un grupo pequeño que avanza a un ritmo modesto. Nos queda mucho recorrido para vivir de la música y no sé si alguna vez lo haremos. Nos faltaría mucho para que cinco personas vivieran de esto.
Le leí hace un par de años a Chema «Animal», el batería de Los Enemigos, decir que entendía que uno se sacara las opisiciones o que tuviera su trabajo y que por la tarde se dedicara al «hobbie» musical. ¿Cambiará esta complicada situación en el futuro?
Chema: No, no.
Manu: No... A ver, sí
¿En la época pre-internet podríais vivir de la música?
Manu: Los Enemigos, que Fino (el bajista) es muy amigo nuestro, no vivieron de la música hasta el final de su carrera. Y no de vender discos. Tampoco creo que fuera tan sencillo vivir de la música antes. Obviamente si es un grupo grande... A lo mejor Vetusta Morla, si hubieran existido en la época pre-internet, habrían vendido como Heróes del Silencio de discos, fácilmente. Si un grupo es grande, lo puedes conseguir todavía.
Chema: Ahora mismo hay gente que vive de la música, aunque también es cierto que antes había menos grupos. Gracias a internet ahora te puede escuchar mucha gente pero hay un abanico de posibilidades tan gigante que que le suene la flauta a uno es más complicado. Y además la industria tampoco se ha sabido adaptar lo suficientemente rápido a los modos de consumo... Lo veo complicado.
¿Y Spotify o plataformas similares creéis que retribuyen de manera justa al artista?
Manu: Es muy difícil opinar. El modelo me parece el correcto, lo que no sé si están repartiendo como deberían. Es muy complejo. Supongo que gran parte del pastel se lo llevan las grandes discográficas. Al artista le llega más bien poco, pero tampoco sé si Spotify va muy bien o mal. A mí me llegan 100 euros, pues no sé si es mucho o poco. ¿Y cuánto vale una escucha? Eso tampoco es fácil de medir. Lo que sí se suele protestar es sobre cuánto vale ese «play», es algo muy oscuro que depende de «ochocientasmil» cosas.
Chema: No tenemos datos suficientes para decir categóricamente esto es una tomadura de pelo (risas).
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¿Qué grupos os han influido u os gustan en común?
Manu: Los Ramones, los Planetas —«Más o menos», dice Chema al escuchar los segundos)—. Chema escucha hardcore, grupos más durillos; a Jorge le gusta una cosa más experimental; Ariadna y yo somos más poperos. Pero sí que compartimos algunas ideas en común.
¿Qué grupos españoles aparte de Los Planetas os han marcado?
Manu: A mí me gusta mucho Gabinete Caligari, de toda la vida, por esa mezcla entre pop y cosa sórdida y castiza. Me encanta y es mi grupo de referencia sobre todo en las letras. Me gustaba mucho también Golpes Bajos. O coétaneos como Triángulo de Amor Bizarro.
¿Qué discos recomendáis del año pasado?
Manu: Soy muy fan de Ariel Pink. Sacó un disco el año pasado increíble, el «Pom pom», y me gustó también mucho el de Sun Kil Moon, el «Benji».
Chema: Creo que no he escuchado música del año pasado. O sea, el año pasado he escuchado música, pero de la añada... ¿el de Juventud Juché es de este año o del anterior?
Manu: Del anterior
Chema: Pues no. Creo que... ¿Y el de Cass McCombs? (risas)
Manu: Tampoco. El año pasado en blanco
Tampoco se habla precisamente de que el año pasado haya sido una de las mejores cosechas...
Chema: Igual por eso hemos quedado los terceros en la Rockdelux (risas)
Manu: Puede ser. Aunque los dos que digo me parecen la bomba.
Lleváis diez años y seguis manteniendo cierto signo distintivo: la mordacidad, la actitud punk, la querencia por la melodía... ¿Qué evolución se ha producido en vuestro grupo?
Manu: Hacemos ahora las cosas mejor y con conocimiento de causa. Al principio teníamos mucha tendencia a que las cosas salieran rápido y a la primera, que siempre era la buena, no rectificábamos. En cuanto había algo hecho... Era una huida hacia delante. Ahora somos más reflexivos a la fuerza porque lo primero que se nos ocurre normalmente lo hemos hecho ya dos veces. Pero tenemos el mismo método de siempre.
¿Y el futuro?, ¿sois de pensar en el medio/largo plazo o partido a partido?
Manu: De año en año, pensando qué hacemos. Este año nos apetece tocar mucho.
Chema: Creo que a corto y medio plazo, el poder seguir compaginando todo, que no se vaya a hacer puñetas, es el mayor peligro que podemos tener.
Manu: El equilibrio es jodido, sí.