Salen a subasta las fotografías de las vacaciones de los Beatles en Tenerife

Los Beatles estaban a punto de convertirse en los Beatles. Es decir, en un fenómenos de magnitudes planetarias. En abril de 1963 acababan de lanzar su segundo single, «Please Please Me» , y tras unos años agotadores de conciertos en sesiones dobles en Liverpool y Hamburgo, Paul McCartney pidió, o más bien rogó, unos días de vacaciones, que fueron doce en total. El destino escogido para Paul, Ringo y George , fue Tenerife. Lennon se fue a Torremolinos con Brian Epstein , pero eso es otra historia.

Fue en la ciudad alemana antes citada donde conocieron a la fotógrafa Astrid Kirchherr, quien realizó una serie de fotografías icónicas de la banda previas a su look de corbata y flequillos. Es decir, con cuero y tupé. Además, comenzaría una relación sentimental con Stuart Sutcliffe, por aquel entonces bajista del grupo y quien moriría en 1962.

Ella tenía un amigo llamado Klaus Voormann, también fotógrafo y precisamente quien descubrió y llevaría a Astrid a conocer a ese, por aquel entonces, quinteto que incendiaba los clubes más sórdidos con su rock & roll. Y fue él quien precisamente poseía una casa familiar en Tenerife, concretamente en Los Realejos. Un día recibió una carta de Paul preguntando si podían ir allí.

Así que en Canarias se dieron cita todos ellos -menos Lennon, como ya queda dicho-, y las imágenes que inmortalizaron aquellos placenteros días fueron tomadas con la cámara de Astrid, una Rolleicord portátil. Nos muestran a unos jóvenes todavía desconocidos disfrutando del sol, relajados y ajenos completamente a lo que se les vendría encima al volver a su tierra. Nada volvería a ser como en aquella visita a la paradisiaca isla española.

Son fotografías raramente vistas, en color, reveladas de forma profesional en 1985 a partir de los negativos originales de Astrid Kirchherr. Se hicieron 15 copias, y solo unos pocas se habían vendido hasta ahora con el juego completo e intacto. Como la que sale a la venta el 5 de diciembre bajo el título «Tenerife '63», a un precio inicial de algo más de cuatro mil euros, a través de la casa de subastas de Dallas Heritage Auctions .

Las anécdotas nos cuentan que Paul estuvo a punto de ahogarse en una playa -una pérdida que hubiera sido inconmensurable para el devenir del pop- y que el gerente de un hotel rechazó una actuación de estos extravagantes -para los cánones de la época- británicos porque su música no resultaba adecuada para la clientela.