El Real «no ha recibido ninguna queja» por los ajustes en la temporada
El director general del teatro explica la nueva gestión económica que motivó los cambios en la programación
El pasado mes de septiembre llegó a todos los abonados del Teatro Real una carta informándoles de los cambios realizados en la programación de la temporada 2014-2015 , que se inició con la reposición de «La bodas de Fígaro» . Durante los descansos en las representaciones de la ópera de Mozart se pudo escuchar en el patio de butacas las airadas quejas de algunos de ellos ante la supresión de títulos, como el estreno mundial de «La ciudad de las mentiras», que se traslada a la temporada 2016-17, y que podría ser sustituido por la ópera «Porgy and Bess», aunque el Real perfiere no confirmarlo todavía -«también estamos barajando otras opciones»-;o la decisión de presentar «Goyescas» en versión de concierto, y no escenificado. A pesar de lo cual, el precio de las entradas para el programa doble, junto con «Gianni Schicchi», será el mismo, según informan desde el teatro.
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Los cambios afectaban también a «Fidelio» y «Hansel y Gretel», que ven modificada su producción. Todo esto dejaba algo descolocados a los abonados pues no es habitual que se presente en febrero una programación , se vendan posteriormente los abonos para ella, y después se cambie a principio de curso parte de los contenidos. El teatro argumentó que se trataba de «ajustes» por el presupuesto, pero ¿qué es lo que ha pasado en esos siete meses para que se produzca esto?
Mejor planificación
«Formalmente no nos constan quejas de abonados en relación con la programación . Ni una», afirma el director general, Ignacio García-Belenguer, que explica que alguno de los cambios, que incluye también la caída de algunos nombres como el de Natalie Dessay y Carmen Maura (en «La hija del regimiento»), se debe a que se trata de «una programación de transición: es la primera de Joan Matabosch, con algunas cosas que dejó Gerard Mortier hiladas y cogidas de una manera un poco complicada. Después en mayo se planteó, de cara al futuro, que era necesario llevar una presupuestación a dos años. Es muy difícil hacer viable una institución si lo que hacemos es aprobar una temporada hipotecando el dinero a junio del siguiente, y de septiembre a diciembre salvar los números haciendo representaciones muy populares que generen ingresos y así compensar los posibles desajustes que ha habido en esa temporada. Trabajar así es muy complicado. Lo normal es aprobar el presupuesto de 2015 y al mismo tiempo el de 2016». De otra manera, «se generan unas dificultades de engranaje, hipotecando la propia programación ». Esto conlleva una serie de ajustes. «Al analizar el 2015, se ha procurado buscar un equilibro en el presupuesto a través de una decisión coordinada que ha supuesto que se posponga el estreno de Elena Mendoza», afirma. Todo se reduce a «utilizar mejores técnicas de planificación».
Informe del Tribunal de Cuentas
Con respecto al reciente informe del Tribunal de Cuentas , donde se analiza la situación del Real en 2012, año en que el coliseo madrileño dejó de ingresar 4,5 millones de euros, García-Belenguer recuerda que fue entonces cuando se recortaron las subvenciones públicas. «Hemos pasado de 27 millones a 12 millones. En los últimos años hemos dejado de ingresar 50 millones de euros». Sin embargo, subraya que la situación económica actual del Real es positiva. «No tenemos ni un euro de deuda». El objetivo que se han marcado a futuro, analizando ingresos y gastos de producción y manejando la misma subvención que recibe de Cultura en la actualidad (8,7 millones), es obtener a final de año «una rentabilidad de entre 2 o 2,5 millones de euros».
Demanda al Grupo Arturo
García-Belenguer confirma también que ya está resuelto el tema de la restauración, que hasta este verano llevaba el grupo Arturo Cantoblanco y que ha concluido su relación con el Real con una demanda «por la vía mercantil y civil». Así, el próximo lunes abrirá el bar de la sexta planta, funcionará el servicio de entreactos y también el restaurante –que solo abrirá los días de función y no todos los días, como sucedía hasta ahora–.