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Estilos del flamenco: el origen de la rondeña, las rumbas y las saetas

La Niña de la Alfalfa, El Pescaílla o Peret fueron algunos de los cantaores que pusieron voz a estos estilos del flamenco

Estilos del flamenco: el origen de la rondeña, las rumbas y las saetas abc

alberto garcía reyes

El flamenco no es un cante ajustado a una norma única. Con el paso del tiempo, el folclore andaluz, en contacto permanente con la etnia gitana, y las distintas circunstancias históricas de cada momento han hecho que el flamenco sea un amplio abanico de cantes que enriquecen este Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Con motivo de la XVIII Bienal de Flamenco, ABC de Sevilla desgrana uno a uno los estilos del flamenco: sus orígenes, los grandes intérpretes de cada género y los bailes que los caracterizan. Hoy: la rondeña, la saeta y la rumba.

Rondeña

Su nombre procede no se sabe si de la ciudad de Ronda o de «ir a rondar». Copla de cuatro versos octosílabos generalmente con rima consonante, que se convierten en cinco por repetición del segundo. Es un fandango abandolao muy antiguo y con una melodía muy marcada que se utiliza en muchas ocasiones para rematar la malagueña. Se puede hacer una distinción entre rondeña grande y chica, pues hay dos estilos que nada tienen que ver el uno con el otro, si bien ambos siguen la misma estructura métrica. En la guitarra, la rondeña es un estilo de concierto creado por Ramón Montoya con una afinación propia (el bordón en Re y la tercera en Si) que gira en torno al toque por tarantas.

Paco de Lucía toca una rondeña

Rumbas

Cante de origen folclórico con copla de cuatro versos generalmente hexasílabos. Es de procedencia hispanoamericana y se popularizó en Andalucía en la época de los espectáculos de variedades, momento en el que los cantaores flamencos la adaptan a los tiempos del tango. Una de las primeras en grabar la rumba fue La Niña de los Peines. Posteriormente han surgido otras dos escuelas de este palo, una en Cataluña: rumba catalana, y otra en Madrid: Caño Roto. El Pescaílla y Peret son los principales representanes de este estilo en Barcelona, mientras que Manzanita es el más conocido rumbero de la capital de España.

Antonio El Pescaílla y Lola Flores, por rumbas

Saetas

Este cante se realiza en toda Andalucía durante las procesiones de Semana Santa. En realidad no se trata de un estilo independiente y sólido, sino que, empleando una letra alusiva a la Pasión de Cristo, se ejecuta un cante del grupo de las tonás: -seguiriya, martinete, debla, carcelera- y se ornamenta con una mayor cantidad de melismas, aunque el esquema principal de la melodía permanece intacto. La palabra saeta procede de los primeros cánticos que hacían los hermanos del Pecado Mortal y los de la Aurora allá por el siglo XVIII, pero como cante popular nace alrededor de 1840, destacando la vieja cordobesa, la cuartelera de Puente Genil o la samaritana de Castro del Río. Pudo haber sido Enrique el Mellizo quien cantara por primera vez ante una imagen procesional en el gaditano barrio de Santa María, pero de ello no se tiene constancia escrita alguna. Lo que sí es cierto es que unos años más tarde la saeta alcanzaría su esplendor en las voces de El Gloria, Manuel Centeno, Manuel Torre, La Niña de los Peines, Manuel Vallejo y, sobre todo, la Niña de la Alfalfa.

La Niña de la Alfalfa canta una saeta

Estilos del flamenco: el origen de la rondeña, las rumbas y las saetas

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