bienal de flamenco
Estilos del flamenco: el origen de la muriciana, las nanas, las peteneras y el polo
Antonio Marchena, Fosforito o la Niña de los Peines, fueron algunos de los principales intérpretes de estos estilos flamencos
El flamenco no es un cante ajustado a una norma única. Con el paso del tiempo, el folclore andaluz, en contacto permanente con la etnia gitana, y las distintas circunstancias históricas de cada momento han hecho que el flamenco sea un amplio abanico de cantes que enriquecen este Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Murciana
Cante con copla de cuatro o cinco versos octosílabos que pertenece al grupo de Levante. Su origen no está claro porque la discografía es tan confusa que ha catalogado como murciana a cantes diametralmente opuestos. Aunque es un estilo de la zona de Cartagena, tiene un importante reflejo en Almería, donde José Sorroche lo interpreta con maestría.
Pepe Marchena canta una murciana
Nanas
Es un cante que no se ajusta a ningún compás concreto, sino que suele tomar prestada bien la estructura de la toná, bien incluso la de la bulería por soleá. Se empleaba para dormir a los niños.
«Nana del caballo grande», por Camarón de la Isla
Peteneras
Cante con copla de cuatro versos octosílabos que al cantarse se convierten generalmente en seis por repetición de uno de ellos y el añadido de otro ajeno a la copla. Es uno de los palos más curiosos del flamenco. Su historia es incierta, aunque hay un cierto consenso acerca de que su nombre procede de una cantaora nacida bien en Paterna de Rivera (Cádiz), bien en Paterna del Río (Almería), conocida como la Paternera. Está adscrita a una cierta superstición, ya que sus primeras letras versaban sobre entierros y funerales, y la mayoría de los gitanos sigue sin aceptarla. Es un cante antiquísimo, incluso procedente de las llamadas plañideras, pero su aflamencamiento no se produce hasta finales del siglo XIX, cuando Medina el Viejo crea la hoy llamada petenera chica. Posteriormente, la Niña de los Peines gesta una versión más ornamentada y de difícil ejecución que hoy se conoce como petenera grande. Se acompaña por arriba y su compás es relativamente libre, porque en algunas partes se sujeta a un 6/8.
La Niña de los Peines, cantando por peteneras
Polo
Cante con letra de cuatro versos octosílabos, que riman el segundo y el cuarto. Presenta numerosas afinidades musicales con la caña y surge como estilo flamenco a principios del siglo XIX, si bien con el nombre de polo también existían anteriormente unas canciones folclóricas bailables con acompañamiento de vihuelas, panderetas y laúdes. Su invención se atribuye al rondeño Tobalo, aunque muchos expertos no están en absoluto de acuerdo con esta premisa. Actualmente es un cante no muy usual, que comienza con un «ayeo» que sirve de temple y se suele rematar con la llamada soleá apolá de Triana, pues el polo pertenece a la familia solearera. Se trata de un cante algo más libre que la caña en cuanto a las posibilidades de improvisación del cantaor, pero lleva un compás muy remarcado de ¾. Entre los primeros cantaores que la literatura cita como grandes maestros de este estilo están Tobalo, El Planeta, El Fillo, Curro Durse, Antonio Chacón, Pepe el de la Matrona, Antonio Mairena y Fosforito.
Fostorito canta una soleá apolá
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