Lo que Malo dejó de bueno

Llega a las librerías ‘Malo sería...’, un libro homenaje al arquitecto Julio Malo de Molina que incluye algunos de sus artículos más significativos

Julio Malo, trabajando en su despacho.

Andrés G. Latorre

Una de las normas fundamentales del periodismo es hablar en tercera persona y utilizar un estilo distanciado con el tema para dar apariencia de objetividad. Esa regla, cuando se habla de Julio Malo de Molina , fallecido en noviembre de 2020 , es imposible cumplirla. Porque no sólo ha sido uno de los personajes fundamentales en la arquitectura y el articulismo de nuestra ciudad de los últimos tiempos, además de un embajador incansable de Cádiz; sino porque durante años fue un exquisito colaborador de LA VOZ . Y, sobre todo, porque al protagonista de esta historia nunca le gustaron los encorsetamientos ni las normas. Algunas, pues, podremos romper para decir que ya está en las librerías ‘Malo sería... Julio Malo de Molina, el arquitecto del papel ’, una obra en la que el arquitecto (y antiguo decano del Colegio de Cádiz) es objeto y sujeto. La obra ha sido elaborado como un acto de amor de su viuda, Carmen Fraisolí del Cuvillo .

«El libro es el abrazo que Julio hubiera dado a todos si supiera que se iba a ir, o si pudiera volver», explica Carmen . La conversación con ella estriba entre la emoción de recordar al compañero y las risas al evocar a una persona «tan brillante y generosa como divertida». El título, además del juego de palabras con el apellido del articulista, recupera el sobrenombre de ‘el arquitecto de papel’ que le puso de manera cariñosa quien fuera directora de LA VOZ de Cádiz, Lalia González-Santiago . «Le llamaba así porque ganaba muchos concursos de arquitectura... pero los proyectos en demasiadas ocasiones no veían la luz, se quedaban sólo en el papel», desvela Carmen.

Portada de 'Malo sería...'

En la portada del libro (como puede ver justo a la derecha de estas letras) aparece una imagen del siempre presumido Julio Malo con una cinta de la bandera republicana –él era un orgulloso activista del Partido Comunista– sobre un fondo negro. «La portada, y todo el diseño del libro, es obra de Emilio Gil Cerracín , que es la unica Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes al diseño en España; la edición está muy cuidada, como las que Julio hacía cuando un amigo le pedía que le editara un libro», detalla Carmen, encargada de ir seleccionando los artículos que terminarían integrando la obra.

Julio, protagonista

El libro se divide en siete bloques. En el primero, se recogen las cartas que distintos amigos de Julio le hicieron llegar a Carmen por su relación con el arquitecto. Después, continúa con seis bloques tematicos de artículos de vivencias, de Cádiz, de arquitectura, de viajes, de política y un último de literatura. Además, se incluyen unos emotivos prólogos y epílogos. El criterio de selección ha estado a medio camino entre el de su mujer (que ha contado con la ayuda de amigos de la pareja, como los miembros de la Fundación Quiñones , Juanjo Téllez , el arquitecto Augusto Penedo o Enrique Alcina ) y el del propio Julio. «Yo lo conocía muy bien, le ayudé durante cuatro años y medio en los artículos y sabía cuándo estaba orgulloso de uno», confiesa.

Ella reconoce y agradece la colaboración del Ayuntamiento de Cádiz , de la Diputación y del Colegio de Arquitectos para sacar adelante el libro, y nos pide que destaquemos que «sin LA VOZ no lo hubiéramos podido publicar, ya que fue el periódico el que nos facilitó los textos».

‘Malo sería...’ puede adquirirse en librerías de Cádiz, El Puerto, Jerez y Sevilla y por la web de su editor, Eduardo Albadalejos . La obra se presentará en la sede del Colegio de Arquitectos el 25 de marzo. Carmen subraya que se ha renunciado a los derechos de autor del libro y que «cada euro que se gane irá para pagar la edición, que ha sido cara, porque es de muy buena calidad». «No he buscado una cosa diferente a que fuera magnífica», remarca.

Julio Malo de Molina.

«Generoso de su persona»

«Carmen, de todo lo que hacía ¿qué es lo que más le gustaba a Julio?», le pregunta el periodista, que no se sorprende cuando le contestan: «la vida». Su viuda lo describe como « un perfeccionista que amaba todo cuanto hacía » y como un «mimado generoso en exceso de su persona, quien lo conocía no lo olvidaba nunca». «Entre tanto que sembró, malo sería que la cosecha no fuera excesivamente generosa», resume evocando uno de los pasajes del libro.

En los artículos que componen el libro, queda patente la inmensa cultura de Malo de Molina , fruto de una curiosidad y una sensibilidad extraordinarias. «Él presumía de que, desde joven, se leía un libro al día; además, era un gran amante de la belleza y del diseño en las cosas más sorprendentes. Podía ver una silla en un bar y apreciar cómo se había diseñado, y eso le recordaba a una película, y esa película a un libro... la vida con él era tremendamente divertida », evoca Carmen que ríe al recordar que en la ultima mudanza que hizo la pareja a El Puerto «y junto al mar», salieron «93 cajas de libros ».

Lo mejor de este libro y del encuentro que tendrá lugar el día 25 es que todo se hace para compartir un rato sobre Julio y, aunque no lo veamos, «estará dando saltos de alegría». «Él decía que el cielo tendría que ser una librería grande con un bar , en el que los amigos se fueran quedando allí de tertulia –se emociona Carmen–; el cielo para él era volver a estar con los amigos». De momento, amigo Julio, nos tomaremos una a tu salud.

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