MÚSICA

Lamari, de Chambao: «Vivimos dormidos y en medio de una prisa increíble»

El grupo presenta en el Cabo de Plata su último disco, ‘Nuevo ciclo’, en el que colabora con Jorge Drexler, Jorge Pardo y Juanito Makandé, entre otros

ROCÍO VÁZQUEZ

La gran estrella del cartel del cuestionado Festival Cabo de Plata de Barbate (actúa el domingo) , trae a la provincia de Cádiz su nuevo trabajo ‘Nuevo ciclo’.

–¿Qué le parece la polémica por la acampada no legal del festival Cabo de Plata?

–No me ha llegado nada de la polémica. No sé exactamente dónde está la zona de acampada. Las noticias que yo tenía del festival es que estaba dando mucho que hacer y trabajo para Barbate. Obviamente si es una zona protegida habrá que poner más prevención y que la gente que vaya al festival sea responsable. Si se cuida, no tiene que pasar nada malo. Peor es que le metan fuego al monte con la especulación de la leche y que hagan ahí una urbanización. Es para arrancarse los pelos uno a uno... El mundo está fatal de los nervios, como diría Mario Díaz. Yo soy amante de la naturaleza, no puedo con el maltrato animal, bueno, no tengo que hacer propaganda de mí misma, pero no sé... Desde Zahara de los Atunes había gente dando sus puntaitas, no sé si realmente a alguien interesado en boicotear el Festival Cabo de Plata. Me llega a pensar que hay alguien con bastante poder que no quiere que se celebre.  Yo voy a ir.

–Porque no dudó ni un segundo en decir sí a esta cita...

–En realidad todos los festivales de verano molan un montón. Es cuando se presta, hay muy buena energía. Si se le añade Cádiz, yo encantada. A mí no me hace falta un festival para ir a Cádiz y perderme por sus playas, en verano o invierno.

–¿Qué tanto hay de nuevo en su recién estrenado trabajo?

–La propuesta que trae nuevo ciclo es hacer canciones fuera de lo que venía haciendo Chambao de programaciones con fusión. Desde mi punto de vista, Chambao ya hace muchos discos que dejó de hacer flamenco chill. En ‘Poquito a poco’ ya se sale de eso y empezó a coger otros caminos más orgánicos. Lo que pasa es que como hoy día estoy siempre diciendo que no es flamenco chill es cuando la gente lo toma en serio, es para hartarse de reír... Realmente lo que me apetecía es que todos los instrumentos que estaban en cada canción lo tocara el músico en directo.

Chambao empezó con cuatro personas, sin nombre y como afición. Teníamos otras ocupaciones. A falta de conocer músicos empezamos a echar manos de programaciones. Así empezamos a tontear con el flamenco chill, y la parte de flamenco no porque hiciéramos flamenco, soy una gran admiradora, pero no hago flamenco. Mi voz sigue estando ahí, está feo que yo lo diga, pero más allá del sello musical, mi voz es el sello de Chambao. La esencia sigue ahí. Que alguien venga y me explique qué es el flamenco chill, porque esa etiqueta nos la inventamos nosotros. Yo creo que Chambao sigue teniendo esa esencia y punto. Ni el cambio es para tanto, ni que vayamos a ganar o perder seguidores. Cuando una compone una canción está ajena a esas cosas.

– ‘Nuevo ciclo’ es por tanto la evolución natural de un proceso, una suma, ¿no?

–A nivel profesional una persona va cambiando a lo largo de su vida, imagina en el nivel personal. No significa que ya no seas la misma, eres tú, con más.

–Hay mucho de catártico en este proyecto. Los viajes han influido en su origen y desarrollo, ¿le pasó algo?

–No he pasado por nada en concreto. Los viajes influyen a la hora de componer. Hice algunos, tanto de trabajo como personales. Algunos de esos viajes han dado como fruto una canción. Me fui a Marruecos y salió ‘Aquí y ahora’. En Argentina me salió una chacarera, en Uruguay un candombe... Hay un reggae y esa parte sureña... Los viajes te marcan en cuanto a la creatividad, para mí resulta un estado ideal para componer. No tiene obligaciones concretas y estás con la flipaera de viajar, eres una esponja. A primeros de 2015 terminé un viaje en Uruguay (fui para un mes y me quedé tres). A la vuelta de ese viaje, sí que tuve ese despertar desde el pecho de ‘Nuevo ciclo’. Es fruto de las emociones, de las ganas de vivir, de hacer otras cosas en tu vida.

–Fundamental es en este disco la figura de Eduardo Cabra.

–No soy muy seguidora de Calle 13, aunque tienen canciones que me flipan. Sus composiciones me molan un montón a nivel de producción. A cada canción le da el punto que necesita. Eduardo es un fabricador de sonidos. Por eso fui a por él.

–¿Eligió las colaboraciones o se la propusieron?

–Todas las he elegido yo. Desde Ara Malikian a Juanito Makandé, el gran maestro Jorge Pardo y Jorge Drexler, que toca muy bien la chacarera. Me encanta divertirme y darle la vuelta a las cosas, y curiosear.

–¿Cree que la palabra fusión cobra sentido cuando se juntan dos personas?

–Exacto, la fusión es mezclar gente diferente, incluso que cueste trabajo esa unión. Decirle a Lila Downs que se grabe ‘Papeles mojados’ es difícil, mezclamos Málaga con México.

–¿Es ‘Camino libre’ una declaración de intenciones?

–Trata de salirse del tiesto. ¿Una declaración de intenciones? Sí, por lo menos lo intento. Hoy en día estamos en una especie de libertad de expresión que es totalmente mentira. Es una defensa de querer salir del borreguismo. Mi generación la siento como una generación curiosa, filósofa, y luego nos mezclamos con otras y te enseñan cómo la vida va evolucionando.Pero llega un momento en el que parece que todos estamos dormidos, pero dentro de una prisa increíble. Yparece que eres un bicho raro, y criticado, si no haces lo que hacen los demás, desde vestir a votar. Estamos zombi y todo a la carrera. Y creo que la vida es más sencilla. Hay que estar más en uno y menos en el vecino. ‘Camino de libre’ es una protesta.

–Dice en el tema que está cansada...

–Estoy cansada de seguir a los demás. Sobre todo a nivel ciudadana. Me rebelo a eso.

–¿Ha tenido que ver en su trabajo la situación actual del país?

–El disco está completamente fuera de la política.Cuando compongo estoy en el ser humano. Me interesa escribir sobre las emociones y la empatía hacia las personas, creo que esa debería ser nuestra política. El poder, el engaño y toda esta parafernalia no me interesa. Necesito escribir cosas bonitas y si protesto lo hago de una forma bonita. No me gusta alimentar algo que ya está alimentado.

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