ENTREVISTA

Calvo Poyato: «La Vuelta al Mundo es comparable a la llegada del hombre a la luna»

El escritor ha presentado en Cádiz su novela ‘La ruta infinita’, en la que relata el trepidante viaje de Magallanes y Elcano de Sanlúcar a la especiería

El autor José Calvo Poyato, en la plaza de las Tortugas. A. Vázquez

A. G. Latorre

José Calvo Poyato (Cabra, Córdoba, 1951) es uno de los nombres más reconocidos de la novela histórica española. Obras suyas como ‘La Biblia Negra’ o ‘El Espía del Rey’ son referentes por estilo, y por rigor, de lo que supone este género. La pasada semana estuvo en Cádiz presentando ‘La ruta infinita’ (HarperCollins), su última obra, en la que repasa el viaje de Magallanes y Elcano, la gesta que, «sin pretenderlo», consiguió que se diera la vuelta al mundo, de manera oficial, por primera vez.

No le voy a engañar, empecé a leerme el libro para preparar la entrevista hace dos días. Estoy muy enganchado pero no he pasado aún del capítulo 12...

Y ya sé qué me va a decir, que todavía nadie se ha subido al barco cuando lleva más de 100 páginas (ríe). Creo que es importante, para situar al lector, colocar bien a los personajes en su contexto. Hay que presentar bien los lugares en la época en que se desarrollan.

Creo que el título de ‘La ruta infinita’ tiene más de literal que de metafórico, dado lo largo y angustioso de los periplos.

Ésa es la razón fundamental. Cuando Magallanes inicia la expedición, pensaba que la Tierra era mucho más pequeña, que tenía unos 28.000 kilómetros de perímetro, cuando mide 40.000. A pesar de que Eratóstenes lo había establecido en la Grecia Clásica, ni él ni Ruy Faleiro lo sabían. Cuando cruzan por el Estrecho de Magallanes y llegan a la Mar del Sur, después llamada océano Pacífico, se sorprenden de la inmensidad de la distancia hasta llegar a las Molucas. Ellos creían que sería mucho menor por ese error. Ahí es cuando se encuentran con ese viaje infinito. Por no hablar de que hacer el viaje, con el juego de espionaje y sabotaje entre Portugal y Castilla, fue, casi, otra ruta infinita.

En su libro conviven personajes de ficción y reales.

Creo que los personajes históricos deben responder a lo que la historia nos muestra de ellos. Por eso necesitamos de otros personajes que, siempre con los perfiles de la época, puedan encajar bien dentro de la novela. Estos personajes de ficción permiten posibilidades literarias sin traicionar el punto de vista histórico. Son especialmente útiles cuando debemos resolver algún aspecto que no conocemos de la historia y dar continuidad al relato. Yo, que soy historiador, sostengo que si no introduces estos elementos de creatividad estás escribiendo un libro de historia, no una novela.

Pero deja claro desde el principio qué personaje es real y cuál no.

Sí, siempre utilizo la nota de autor para que el lector no se llame a engaño,para que sepa cuáles son personajes y acontecimientos reales y cuáles son ficticios. A veces algún lector me escribe un poco mohíno porque descubre que un personaje con el que se había encariñado era de ficción, pero creo que es justo que sepa qué tiene en las manos.

La documentación se adivina prolija. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido a la hora de buscar información?

Sobre todo, conocer lo que era la marinería de la época. Por ejemplo, cómo combatir una tormenta en ese siglo (en lo que me asesoró un amigo que es comandante de la Armada). También, el descubrir que Magallanes quedó cojo en una refriega y que estaba casado con una sevillana.

«La importancia de la costa de Cádiz en la época es total, muchos de los grandes marinos eran gaditanos»

A menudo se dice eso de que Colón descubrió América por casualidad, ¿también se dio la vuelta al mundo por casualidad?

Hay que dejar claro que en ningún momento, como quedaba claro en las capitulaciones de Valladolid, se planteó dar la vuelta al mundo. Se establece que Magallanes navegue en todo momento por el hemisferio español. Cuando Elcano toma el mando, tras la muerte de Magallanes, incumple las normas del rey al emprender el regreso por Occidente y no por Oriente. La causa estaba justificada: sabía que en las condiciones en las que estaba no iba a poder cruzar el Pacífico.

La expedición llega y parte de Sanlúcar. ¿Qué importancia tenía la provincia de Cádiz en las rutas marítimas?

La importancia gaditana es absoluta y total. Los grandes marinos de la época eran, en buena parte, gente de la costa atlántica andaluza, gaditanos u onubenses. Y luego está Sanlúcar, que era el paso obligado para las naves que partían o regresaban a Sevilla, donde estaba la Casa de la Contratación.

Supongo que para un historiador y novelista, la crónica del viaje de Antonio Pigafetta será una especie de regalo del cielo.

Bueno, bueno, no tanto. El diario hay que cogerlo con mucho cuidado. Pigafetta escribe con sus filias y fobias. Hay que hacer un análisis crítico. Él llegó con la ‘Victoria’ y puede hablar en primer persona, lo que supone un valor extraordinario, pero exagera. Por ejemplo, habla de árboles que producen agua en Canarias o animales que sabemos que no existen. Además, sabemos que admira a Magallanes e ignora a Elcano, al que prácticamente deja fuera de su diario pese a que manda lo que queda de la expedición cuando muere Magallanes.

¿Se ha dado la importancia que merece al Quinto Centenario? Como con el Doce, había muchos proyectos pero pocos han cristalizado.

Creo que no. Fue una hazaña tan grande como cuando se puso el pie en la luna. Si americanos o ingleses lo hubieran hecho, nosotros mismos nos habríamos interesado más por eso. Los españoles parecemos sentirnos más cómodos en los momentos más oscuros de nuestra historia.

Nuestro buque escuela es el Juan Sebastián de Elcano, ¿por qué cree que se ha premiado mucho a Elcano y se ha olvidado a Magallanes?

Ahí tengo que negarle la mayor. Cierto es que la Armada ha reconocido como se merece a Elcano pero en otros ámbitos el olvido es notorio e injusto. De hecho, se habla de la vuelta al Mundo de Magallanes cuando él murió a medio camino. A Magallanes se le ha reconocido con bastante justicia, menos en Portugal, donde se le considera poco menos que un traidor. La literatura ha jugado a favor de Magallanes pero olvidamos que Elcano fue capaz de devolver lo que quedaba de expedición y cargada de clavo. Esperemos que esta novela (‘La ruta infinita’) sirva para desterrar viejos mitos.

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