concert music festival

Lola Índigo cumple un sueño en Chiclana: «Estoy viviendo una simulación»

El Canijo de Jerez, Estopa y Las Chuches subieron al escenario a cantar con la granadina, en uno de los concierto más impresionantes de esta edición de Concert Music Festival

La artista terminó el espectáculo entre lágrimas, emocionada por todo lo vivido

Lola Índigo, en Concert Music Festival francis jiménez
Pepe Ortega

Pepe Ortega

Chiclana

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Lola Índigo «se pasó el juego de la vida». Lo que comenzó como un regalo de agradecimiento para un público especial terminó por ser ese sueño que cada noche se repetía: cantar para miles y miles de personas al lado de quien escuchaba horas y horas en el mp3. Chiclana fue testigo de cómo una persona vive el inicio, nudo y desenlace de un día inolvidable. Y, a veces, para reconciliarse con un mundo tan nocivo, solo hace falta ver a alguien feliz.

Una nave espacial aguardaba en el escenario ante la atenta mirada de un público ansioso por ver a 'Mimi' en acción. La aparición fue estelar. Se abrió la cápsula y Lola Índigo emergió de la nave con la mirada fija en el horizonte. Tal vez pensaba: «no sabéis la que os espera». Y estaba claro que no. Nadie tenía ni la menor idea de lo que iba a vivir durante las próximas dos horas.

'AN1MAL' para arrancar. Casi nada. En los directos de Lola Índigo no se puede pestañear. Si lo haces, te pierdes algo. Es pura acción. Movimiento. Baile. Efectos visuales, de luces. Todo. Un engranaje estudiado al milímetro para que la experiencia sea perfecta. A un concierto de Lola Índigo se va a pasarlo bien. Y eso significa que hay que bailar. «Estamos muy contentos de volver a estar aquí. Este año siento la vibra más arriba que el año pasado, que fue increíble. Chiclana siempre nos ha dado de los mejores conciertos«, afirmó con rotundidad 'Mimi'. «Tenemos una misión: en este show hay que darlo todo y vosotros si hay que saltar, tenéis que saltar; si hay que bailar, se baila; y si hay que cantar, se canta».

Porque una cosa está clara: Lola Índigo hace todo eso de una manera al alcance de muy pocas personas. La versatilidad que demuestra encima de un escenario todavía sorprende. Cómo puede ser capaz de bailar a un ritmo frenético y cantar a la vez sin que los pulmones no pidan el cambio. La nave que despegaba en Sancti Petri cogió fuerza con 'Corazones Rotos' y 'Discoteka' y ya no había quien la frenase. El público enloquecía. Había ganas de repetir lo del año pasado y se notaba. Muchos seguidores prepararon pancartas en cartón y en cartulina y no pasaron desapercibidos para la granadina. «¡Flipo con todos los carteles!».

Los temazos sucedían uno tras otro. 'La niña de la escuela, 'Dragón', 'Santería'. El concierto mezclo los éxitos de su trayectoria con algunas canciones de su último disco 'GRX'. Tras el show de los bailarines que le acompañan y 'Casanova', llegaba el momento de las ansiadas sorpresas.

«Mi madre me castigó con no ir al Espárrago Rock por sacar malas notas; pero yo me escapé y me colé en el backstage del festival. Allí estaba una persona que me hizo muy feliz porque me firmó un autógrafo en mi libreta del cole. Esa persona es El Canijo de Jerez». Y apareció. Qué crossover. «Con todo el respeto a Lola Flores, pero esta es la Lola de España», afirmó con cariño Marcos del Ojo. Cuántas veces habrá escuchado Lola Índigo a Los Delinqüentes. Aquello de «nubes de pegatinas, farolas de serpentinas...». «Esta canción la hice inspirada en tu música», le dijo a El Canijo de Jerez antes de que cantaran 'De Plastilina', un tema en el que se percibe claramente esa influencia garrapatera.

Con el cajón y la guitarra flamenca ya en el escenario, no se podían marchar tan pronto. «Ya que nos hemos puesto garrapateros, vamos a cantarnos unas coplillas de Los Delinqüentes. Esta canción es de Migue Benítez, que brilla en las estrellas», afirmó El Canijo de Jerez. Esos primeros acordes de guitarra son la antesala de la felicidad. «Me levanto temprano y yo me pongo a trabajar; Con mi guitarra en la mano y yo nunca paro de cantar; A mí me llaman el descalzo porque en invierno uso chanclas; Y yo lo hago pa' notarme en el fresquito de la mañana; To'l día en la calle, ay, en la plazuela, mira, mama, ay yo tomando el aire». Fue precioso ver cómo entre los dos cantaron ese himno.

Pero aún quedaban más sorpresas. Sara de Las Chuches también hizo acto de presencia en el escenario de Concert Music Festival para cantar 'El Pantalón', pero también para recordar ese inolvidable estribillo: «Como ronea, como ronea; Delante del novio pa' que la vea».

La última sorpresa fue la guinda del pastel. Nada más y nada menos que Estopa, que en pocos días serán los protagonistas en el festival chiclaneros. «Esta niña está tocada por los dioses y diosas. Te mereces todo lo bueno que te pase«, afirmó David Muñoz tras cantar 'Tu calorro'. Y desaparecieron entre la oscuridad del escenario. Todo fue tan rápido que pareció no haber existido. «Estoy viviendo una simulación. Estoy flipando. Si tenía un sueño, se parece mucho a esto», expresó con asombro.

Y tanto que era real. No te ibas a despertar antes de que el balón entrara en la portería y consiguieras el ascenso. Ni cuando te caes en sueños y te despiertas de un brinco. Todo era cierto. Lola Índigo cogió la agenda de su móvil y llamó a sus colegas con los que había crecido para hacer una sorpresa por «el concierto tan increíble del año pasado». Así, «improvisado». Porque a veces esos planes son los que mejor salen, y si no salen bien, quedan en anécdotas para contar en cualquier cena con amigos.

El concierto cerró con 'Reina', el tema más esperado para muchas seguidoras en las gradas. Los aplausos no cesaron durante varios minutos. La cantante dio dos pasos al frente y las gracias tanto al público como a su equipo. En ese momento, se quedó paralizada y con la mirada fija en el público. «¡Lola, Lola!», gritaban. Se había despertado del sueño despierta. Todo lo que acababa de vivir, lo había procesado nada más destensarse. «Antes de irme quiero daros las gracias. A veces, sin querer, con todo el trabajo y el estrés se me olvida que estoy aquí; pero a veces me despierto y me doy cuenta. Os deseo mucha felicidad, que viváis el presente y ojalá todos estuviéramos despiertos más tiempo«, sentenció con lágrimas en los ojos. Lola Índigo llegó a Chiclana con la intención de hacerle un regalo por lo recibido en el pasado y se marchó con uno mayor: el vivir despierta el sueño de su vida.

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