Arquitectura
Pablo Sendra diseña el desorden para hacer la ciudad más humana
El arquitecto sevillano afincado en Londres es coautor junto al sociólogo Richard Sennett de «Diseñar el desorden»

Crear espacios donde los ciudadanos puedan interactuar entre ellos y con los elementos urbanos, así como facilitar el contacto social entre individuos y grupos diversos forma parte del planeamiento para lograr una ciudad abierta que defiende el arquitecto sevillano radicado en Londres Pablo Sendra . Un diseño diametralmente opuesto a estructuras muy planificadas, marcadas por la especulación e inhóspitas para la vida, que caracterizan en buena medida a las grandes urbes contemporáneas.
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Esta concepción del planeamiento urbano la ha puesto ya en práctica este profesor de Planificación y Diseño Urbano de la prestigiosa Barlett School of Planning de Londres , además de cofundador del estudio de diseño urbano sevillano Lugadero en proyectos como ‘Play Wimbledon’ , que ganó en 2014 frente a un centenar de participantes el concurso internacional para la mejora del centro este municipio del Great London, implicando a sus ciudadanos a que participaran en él a través del juego.

Hace unos años, Pablo Sendra decidió poner negro sobre blanco sus ideas sobre cómo debería ser el urbanismo contemporáneo y se alió para ello con el prestigioso sociólogo estadounidense Richard Sennett, profesor de la London School of Economics, autor de ensayos como ‘Construir y habitar’ o ‘Los usos del desorden’ , donde reflexiona con lucidez sobre cómo el espacio urbano marca las vidas de los ciudadanos.
El resultado es ‘Diseñar el desorden’ , publicado con éxito el pasado año en inglés en Verso y traducido recientemente en España por Alianza . Un volumen que se presentó el pasado miércoles en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus) , con intervenciones de Sennett, por videoconferencia, y Sendra.
Ambos autores abogan, frente a planteamientos urbanísticos rígidos y obsesivamente planificados, por la implantación de «infraestructuras para el desorden», que «permitan reconfigurar el espacio público , fomentar la interacción social con actividades no planteadas y respetando el entorno construido», señala el arquitecto.
Estas infraestructuras para el desorden se oponen a usos rígidos del espacio público, que lo mercantilicen y promuevan la exclusión social, promoviendo, al estar abiertas al «cambio constante», «usos espontáneos del ámbito público », que «estimulen la expresión cultural» y construyan «espacios comunes» que hagan tolerable la diferencia y «donde la gente pueda interactuar y compartir intereses y experiencias».
Ejemplos de desorden
Un ejemplo de estos diseños para el desorden es Gillett Square , una plaza londinense cuyo origen era un aparcamiento en el que «la primera acción fue colocar quioscos y alquilarlos a rentas muy bajas. Los alquiló la comunidad afrocaribeña y se convirtió en un punto de reunión. A partir de ahí, se pavimentó la plaza y se ubicaron contenedores con mesas de ping pong, pantallas, artefactos para el ‘skateboarding’... que hacían que mucha gente diferente usase la plaza, tolerase los diferentes usos y se produjera un diálogo entre comunidades y con los elementos físicos del espacio público».
Por ello, para una humanización del espacio público de las ciudades, Sendra aboga por dos estrategias paralelas pero que pueden ser coincidentes. De un lado, «interacciones pequeñas» activadas por los ciudadanos que pueden configurar «redes» de actuación; y, de otro, más «municipalismo», que compatibilice esas actuaciones desde abajo «con una administración capacitada para repartir recursos para que nadie y ninguna comunidad se quede fuera».En definitiva, crear una ciudad más humana.