«Lugares de paz y oración»
Monasterio de Santa María de Jesús: cinco siglos de clausura y oración
La Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando edita una nueva entrega de «Lugares de paz y oración», a beneficio de este cenobio
La situación sanitaria generada por la pandemia del Covid-19 ha abierto en estos meses un escenario de crisis económica de la que no se libran ni los conventos a causa de la caída de las ventas en los tornos. Por ese motivo, «Lugares de paz y oración» , una iniciativa de la Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando que aúna arte, literatura, historia y teología en unas espléndidas carpetas, se hace más necesaria en estos tiempos difíciles, por cuanto los beneficios de su venta van íntegramente al cenobio al que va dedicado.
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La colección alcanza su octavo capítulo con la nueva carpeta dedicada al Monasterio de Santa María de Jesús , que celebra este año cinco siglos de su fundación en la céntrica calle Águilas. «Lugares de paz y oración» persigue apoyar a los monasterios sevillanos de clausura , como lugares de vida contemplativa, algo a lo que hace referencia también el subtítulo de la colección, «Hortus conclusus» , que en latín significa «jardín escondido».
Buen ejemplo del cenobio como lugar de meditación y de búsqueda de la trascendencia es este monasterio de clarisas, como señala el presidente-regidor de la Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando, Antonio María González-Pacheco y Vázquez , en la introducción a los textos de esta última carpeta: «El monasterio es una llamada ante la indiferencia de una sociedad descreída», señala para referirse al Monasterio de Santa María de Jesús, donde «en sus jardines escondidos, hortus conclusus, florece cada primavera la flor bellísima y delicada del manzano, como sus cantos litúrgicos, liturgia de las horas...».
Octavo capítulo
La carpeta alrededor de este cenobio sevillano supone el octavo capítulo de estos «Lugares de paz y oración», tras los dedicados al Monasterio de Santa María del Socorro, el Real Monasterio de San Clemente, el Monasterio de Santa Paula, el Convento de San José del Carmen —más conocido como «Las Teresas»—, el Monasterio de Madre de Dios, el Real Monasterio de Santa Inés y el Real Monasterio de San Leandro.
La publicación se presentará este jueves, a las 19.30 horas, en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría , en la que, como ha sido norma hasta la fecha, se inaugurará también una muestra con todas las obras originales de los artistas plásticos que han contribuido a la colección: Daniel Bilbao, Javier Buzón, Luis Manuel Fernández, Carmen Laffón, José Luis Mauri, Concha Ybarra y Teresa Duclós .
A estos creadores se suma ahora la gaditana Lola Montero , que aporta tres obras realizadas con acrílicos sobre tabla. Estas tras pinturas, reproducidas digitalmente sobre papel de algodón —numeradas y firmadas por la propia artista— son las que se incluyen en las carpetas, que tienen una tirada limitada a 250 ejemplares y que pueden adquirirse el día de la presentación en Santa Isabel de Hungría, en la galería de arte Haurie, que colabora en el proyecto, o solicitándolas en: cancilleria@ordendesanclemente.es
Historia esencial
También colaboran en esta carpeta los poetas José María Jurado García-Posada y Antonio Santos Morillo ; el hermano Pablo Noguera , secretario personal del cardenal Carlos Amigo Vallejo durante décadas; y la historiadora del arte Gloria Centeno Carnero , que lleva, además, cuarenta años trabajando en los archivos y bibliotecas de este convento. La dirección del proyecto sigue en manos de José Molina .
Gracias a ese profundo conocimiento de la historia del monasterio, pero también de la intrahistoria de sus moradoras, Centeno Carnero sintetiza en pocas páginas lo esencial de su historia, de su patrimonio artístico y monumental , y del día a día de las monjas de clausura, recordando la figura de quien fue su abadesa desde 1953 hasta 1985: la reverenda madre María Sagrario del Corazón de Jesús .
Entre los detalles que aporta sobre la historia del monasterio, destacan los de su fundación por parte del primer conde de Gelves o el gran incendio que dañó sus dependencias en 1765. De gran interés, además, son sus prolijos comentarios sobre la arquitectura y el patrimonio del convento, que cuenta con una portada de Alonso de Vandelvira rematada con una Virgen con Niño de Juan de Oviedo .
Como curiosidad, señala la veneración que despierta una imagen de San Pancracio que hay en un altar de su iglesia, que por su fama de «milagrosa» hace que las religiosas tengan que abrir «todos los lunes por la tarde para la devoción popular». Porque, como explica Noguera en su texto estas monjas, de «corazones generosos», quieren «olvidarse del espacio de la sociedad» para escoger, desde la clausura, «lo trascendental, la intimidad con Dios», lo que no implica un «alejamiento de la humanidad necesitada»
Aproximaciones literarias
Más literarias son las aproximaciones al Monasterio de Santa María de Jesús que proponen Santos Morillo y Jurado García-Posada, cada uno con diferentes perspectivas, abordando cuestiones que van desde la arquitectura a la religiosidad , pasando por los dulces que elaboran las religiosas y, en el caso del segundo, por sus vivencias familiares en el barrio.
Pero ambos coinciden en mirar a ese «hortus conclusus» al que hace referencia el título de la colección. Santos Morillo para hacer evocar el espacio que permite esa «humilde plegaria que procura ese don de trocar el presente en el fulgor de lo eterno».
Un lugar donde, como señala Jurado García-Posada, crecen «los árboles frutales del Edén», de la «higuera bendecida» al «asiático caqui», para concluir que tras los muros del convento «no se agota la tierra cuando es fértil y alimenta la carne y el espíritu ».