Literatura
Juan Bonilla: «'Lolita' es una obra de arte más allá de cualquier tipo de polémica»
El escritor jerezano presenta en «La novela del buscador de libros» una memoria literaria y bibliómana
![El escritor Juan Bonilla](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2019/01/06/s/bonilla-libros-viejos-k7wB--1248x698@abc.jpg)
La mayoría de los lectores de Juan Bonilla (Jerez, 1966) valoran a este escritor como uno de los mejores cuentistas de la literatura española actual — «El que apaga la luz» (1994) es lectura obligada para todo aficionado al género—, un novelista reconocido — «Prohibido entrar sin pantalones» (2013) se alzó con el premio Vargas Llosa— y un poeta que aúna levedad, humor y profundidad.
Pero además de autor celebrado, este jerezano padece el vicio o deporte de la bibliomanía, que comparte con colegas ilustres como Andrés Trapiello , Juan Miguel Bonet o Abelardo Linares .
Los tres, pero, sobre todo, sus cuitas por todo el mundo, en busca de primeras ediciones llenan las páginas de «La novela del buscador de libros» (Fundación José Manuel Lara), memoria de un bibliómano, pero también literaria y libresca de Juan Bonilla.
«No recuerdo un día en que no haya buscado libros», señala en el prólogo un escritor que reconoce que persigue en librerías e internet «libros raros y difíciles de encontrar, de autores olvidados injustamente», como le sucedió a los 17 años cuando descubrió la poesía de Julio Mariscal .
«Lo bueno que tiene esa manía, enfermedad o deporte es que unos libros te llevan a otros y todo se encadena». explica Bonilla.
«Lo bueno que tiene esta manía, enfermedad o deporte de la bibliomanía es que unos libros te llevan a otros»
Así, entre los anaqueles de su biblioteca se pueden encontrar primeras ediciones de Jorge Luis Borges o la primera americana del «Ulises », de James Joyce , numerosos volúmenes de obras de vanguardia latinoamericana y todo tipo de ediciones de «Lolita» , de Vladimir Nabokov , uno de sus autores fetiche.
Las colecciona, señala, «seguramente por hacerle un homenaje o distinguir a esos libros que te han conmovido de los que sencillamente te han gustado. “Lolita” no solo me gustó, sino que me ha hecho querer ser escritor . También es por un interés profesional, porque se puede hacer un gráfico sobre cómo ha evolucionado la cubierta de la novela por culpa del malentendido de qué es una nínfula. Antes de la película de Stanley Kubrick , todas tenía una cubierta tipográfica y una niña de unos doce años. A partir de los años sesenta, las cubiertas vienen con adolescentes lascivas», señala.
El escritor jerezano defiende que «Lolita», pese a la controversia que siempre le ha perseguido, es una « obra de arte que está más allá de cualquier tipo de polémica . El narrador de la novela se reconoce como un enfermo y se condena a sí mismo el primero. El que habla en la novela es un monstruo».
El influjo de Cansinos Assens
Junto a la obra del escritor ruso, Juan Bonilla también refiere en este volumen cómo encontró en «La novela de un literato» , las memorias de Rafael Cansinos Assens , otro punto de apoyo para su literatura, pero también para su bibliofilia. «Es la gran novela del dislate que es la vocación literaria , una novela contra la que la realidad no tiene cura», escribe en este libro.
De hecho, el título de «La novela del buscador de libros» es «homenajea a Cansinos Assens, que escribió el mejor homenaje hecho nunca a la vocación literaria. Cuando lo leí me apasionó y estaba lleno de pistas . Hoy muchos de los autores de los que habla están perfectamente editados, pero entonces eran absolutamente imposibles de encontrar , así que el único lugar donde buscarlos eran las librerías de viejo y así empezó mi afición».
Algunos de los responsables de que esas obras de autores como Rafael Sánchez Mazas o Manuel Chaves Nogales se hayan vuelto a publicar son escritores-editores bibliómanos como Abelardo Linares , Juan Manuel Bonet y Andrés Trapiello .
«Para mí son héroes, porque no solo son buscadores de libros, sino también rescatadores de autores. La biblioteca de Abelardo Linares, por ejemplo, es una especie de tesoro donde está toda la poesía española del siglo XX. Me parece alucinante que no se haya vendido», señala en referencia a que el Ayuntamiento de Sevilla no ha terminado de concretar una compra que anunció en 2016.
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